Ohiggins muy enfermo en Perú, no escribe cartas a sus amigos

Tuve feliz marcha sin sol hasta aquí, pero bastante mortificado del pecho y del reumatismo de la pierna; ambas cosas que espero desaparezcan en cortos días de descanso. Carta de Ohiggins a José Toribio Pequeño, Lima 12/1. (4,T32,375. Estuvo 53 días en cama: idem,446)

El estado de sitio en que estuvo mi correspondencia, por una parte, y últimamente tiempo de elecciones siempre tempestuosas, por otra, fueron motivos demasiados poderosos para abstenerme de entrar en correspondencia con mis amigos, porque ya que no había peridido alguno en mi largo ostracismo, no se quisiesen inventar aspiraciones que no existen, porque las cautivaron Libertad e Independencia, legítimas poseedoras que nada dejan ni aun para inocentes comunicaciones de sincera amistad [...] De suerte que en el término de 18 años no ha podido el tesoro nacional de Chile pagarme un solo peso de mis sueldos atrasados ni de mis haberes corrientes. Carta de Ohiggins a Casimiro Albano, Lima 12/2. (4,T32,381)

Por Acosta he recibido hoy su estimable de 8 del corriente y puedo asegurarle que mi salud se mejora aunque lentamente, cada día más. Al principio, sin duda por el viaje, se había agravado, pero las medicinas repetidas y particularmente los purgantes han minorado la bilis que considero relacionadas en mucha parte con la afección al pecho; ya no hay tos ni dolor al corazón y solo resta al andar a pie una corta fatiga al pecho, talvez menor que cuando estaba en Montalván. Carta de Ohiggins a Pequeño, Lima 13/2. (4,T32,384)

Como en toda esta semana no he salido a la calle, por estar obligado a mantenerme en mi cuarto por las medicinas que estoy tomando, nada sé de lo que pasa afuera. Carta de Ohiggins a Pequeño, Lima 4/3. (4,T32,391)

La mejoría de mi salud sigue adelante y hoy he vuelto a comenzar las píldoras para curar radicalmente la enfermedad, continuado con la agua de zarzaparrilla y una toma de éter con el licor de Osmán todas las noches. Carta de Ohiggins a su hermana Rosita, Lima 9/3. (4,T32,393)

Yo no siento ya cosa alguna y solo sí alguna debilidad en los muslos, efectos de la mucha dieta y remedios purgativos diariamente que no han cesado en cerca de 3 meses. Carta de Ohiggins a Rosita, Lima 2/4. (4,T32,399)

Miller muy enfermo en Londres

Mi querido general y amigo; debía haber participado a Usted mucho antes mi llegada aquí a fines del mes de enero, mas mi salud ha estado, y aún está tan quebrantada y mi ánimo tan abatido que no he tenido valor para escribir casi a persona alguna. No por eso he dejado de averiguar acerca de Usted, y he celebrado mucho el saber que Usted está sin novedad en compañía de su preciosa y distinguida hija a quien, como a su distinguido esposo, saludo afectuosamente.
Mucho desearía dar a Usted un afectuoso abrazo, mi querido general, antes de regresar al Pacífico, mas temo que será difícil porque pienso volver al Perú tan luego que salga de las manos del facultativo que me está asistiendo, aunque quizás esto no será antes de dos o tres meses.
No sé si me permitirán desembarcar en El Callao, pero habiéndome dado de baja en el Ejército supongo que como ciudadano británico no me lo impedirán.
En México recibí una cartita de Usted acerca de los asuntos de nuestro finado amigo Paroissien. No la contesté porque ya venía para acá. Pasé por los Estados Unidos donde permanecí, o más bien, viaje durante 6 meses. Carta de Miller a San Martín, Londres 5/3. (1,T19,404)

San Martín gusta del asado y el buen vino

Usted me dice que su salud se halla quebrantada, y bien, la experiencia me ha demostrado que el mejor médico es la tranquilidad de espíritu y cambiar de temperamento. Me explicaré: yo tengo una casita de campo a 7 leguas de París que se va en 1 hora por el camino del fierro. En este pequeño cotage (cabaña) tendrá Usted un cuarto enteramente independiente del mío y del de mis hijos, si Usted quiere venia a pasar el tiempo que quiera en esta habitación será recibido y tratado con una franca amistad, una completa independencia, un asado y una botella de buen vino. He aquí lo que le ofrezco: si se cansa Usted del campo en 1 hora estará en París y viceversa alternando en una u otra parte. Nosotros partimos para la campaña el lunes próximo para no volver a ésta que a fines de diciembre. Avíseme Usted de su resolución sobre mi propuesta. Carta de San Martín a Miller, París 11/3. (1,T20,343)

San Martín y Merceditas aportan datos al libro de Lafond

Yo estoy reuniendo todos los dibujos y vestidos posibles. El Sr Balcarce ¿ tendrá él de estos algunos de Buenos Aires que yo pueda hacer copiar ? ¿ Tiene Usted el estandarte de Pizarro en París o en el campo ? ¿ Podría yo tener alguno de sus retratos más parecidos para hacerles hacer una copia ?. Un editor quiere continuar mis pubicaciones, pero quiere que sea una obra de lujo y me pide la mayor cantidad de dibujos posibles, también me dirigiré a todos mis amigos y a Usted si quiere que yo lo cuente en ese número, mi general. Carta de Lafond (traducida del francés) a San Martín, París 18/3. (1,T19,405-406)

Yo soy siempre feliz cuando recibo una palabra suya, pero dígame Usted sin problemas si yo no lo canso con mis pedidos continuos porque no quiero ser impertinente. Sin embargo, Usted se siente bien al conversar algunas veces con un viejo servidor. Estoy verdaderamente molesto que mi esposa no haya visto a la Señora de Balcarce (Merceditas), de quien aprecio todas sus amables cualidades; su estado de embarazo y sus dos pequeñas hijas le han impedido recibir visitas este invierno. Carta de Lafond a San Martín, París 29/3. (1,T19,407)

Ohiggins piensa en regresar a Chile

El viaje que hicieron el año pasado los vapores Perú y Chile por los estrechos de Magallanes en el término de 30 horas, es un hecho decisivo de la importancia del vapor en esos estrechos [...] Mi salud es, a Dios gracias, mejor que cuando tuve el gusto a de ver a V aquí en enero último, y es mi ánimo regresar a Chile mediante Dios en setiembre próximo, particularmente con el objeto de recomendar la colonización de los estrechos de Magallanes con arreglo al plan que he explicado a V, así como otras medidas calculadas a impartir las ventajas de la civilización y de la religión a los pobres desnudos habitantes salvajes de las Tierra del Fuego y de la Patagonia occidental, cuyo miserable y desgraciado estado es un borrón sobre la cristiandad y sobre mi país, en especial. Carta de Ohiggins a Juan Smith, Lima 3/5. (4,T32,406)

San Martín sigue en litigio con su chacra en Chile vendida en 1819

Su favorecida del mes de noviembre del año pasado me ha sido entrega por nuestro amigo el general Borgoñó, cuya vista me ha causado una verdadera satisfacción; con él he renovado la memoria de mis amigos de Chile, y por consiguiente Ud a su apreciable de 3 de octubre de 1833, en la que me comunicaba la sentencia dada por contra nosotros, y al mismo tiempo le incluía una nota igual a la adjunta de Balcarce; como Ud verá el resultado es que Escalada dijo haber pasado los documentos originales al escribano Agrelo, más este asegura los devolvió luego de sacar las copias legalizadas, yo creo esto último, pues la conducta de mi buen cuñado me dan margen a creer los ha ocultado o extraviado. Aun no he visto a Bardel que ha estado ayer a verme, y no me encontró, pero la semana entrante iré a París con mi hijo político, y trataremos con dicho Bardel de este asunto; sus resultados se los comunicaré si merecen escribirse en otra carta.
Cada día se me hace más insoportable mi residencia en Europa; desgraciadamente el horinzonte de la República Argentina no se despeja enteramente, es decir, me ofrece aún las garantías de orden que yo deseo para evitarme un tercer viaje a Europa, resuelto a como estoy a no mezclarme en sus disensiones domésticas, o por decirlo más claramente, en sus sangrientas querellas. Dichosos Uds. que con su recto juicio, y sin hacer caso de teorías irrealizables en nuestros países, por lo menos en muchos años, dan el ejemplo de orden a todos los demás Estados americanos.
¡Qué me dirá Ud si le aseguro que hace tres años no he tenido carta de nuestro amigo el general Ohiggins! Yo no puedo creer ni jamás creeré me haya olvidado; él tiene un alma muy noble para hacerlo. Sin duda la situación crítica en que se ha hallado el Perú por tan largo período, le ha impedido escribirme, o sus cartas se habrán extraviado. Carta de San Martín a José Ignacio Zenteno; Grand Bourg, 7 leguas de París, 26/4. (4,T9,160)

San Martín prepara un viaje por el Mediterráneo

No dudo que Usted tendrá un agradable paseo a Toulón (Tolón a 800 km al sur de París), y espero que los dolores de estómago desvanecerán con el ejercicio del viaje y los interesantes objetos que va Usted a ver. Si concluído el actual paseo de Usted quiere emprender otro más largo a Constantinopla, al gran Cairo, Tierra Santa, etc. le acompañaré con gusto, y en este caso, podríamos volver a Europa por Calcuta, Cantón, Panamá y Nueva York, ¿ qué dirá Doña Merceditas a este proyecto ? Sea esto como fuere, yo tengo un gran deseo de dar a Usted un abrazo y espero que no pasará mucho tiempo antes que tenga el gusto de verificarlo si Usted vuelve a París, como pensaba, en uno o dos meses. Carta de Miller a San Martín, Londres 15/6. (1,T19,409)

San Martín con 62 años no viaja al Mediterráneo

Mi querido amigo; sea mil veces enhorabuena por su mejoría, pues aunque Usted no me dice una sola palabra sobre el estado de su salud lo supongo muy aliviado cuando me propone el corto viaje de Constantinopla, Gran Cairo, Jerusalén y regresar a Europa por Calcuta, Cantón, Panamá y Nueva York. Yo no estaría distante de acompañarlo a Constantinopla, pero en cuanto a los otros puntos, Usted convendrá conmigo que a los 62 años cumplidos la propuesta excursión es un poco larga con tanto más motivo cuánto la salud no es la más brillante para una correría de tal tamaño.
Hace pocos días regresé de mi viaje, éste no se realizó al Mediodía de la Francia, como se lo anuncié a Usted en mi anterior. Es el caso que en el día que salimos de París y los anteriores hizo un calor tal que mi compañero de viaje me manifestó sus temores que si caminábamos a un país más meridional sufriríamos en extremo y aunque habíamos caminado ya una posta regresamos y dirigímos nuestra excursión al Oeste. Efectivamente hemos recorrido una gran parte de la antigua Bretaña y todo el país histórico de la Vandée (500 km al sudoeste de París), con la obra de Rochejaquilin en la mano visitamos todos los principales puntos en que se marcaron los más memorables sucesos de esta terrible guerra y en donde se encuentran aún muchos de los que la sostuvieron, siendo de notar que la Vandée, que antes era una de las provincias de Francia la más pobre, es en el día de una prosperidad y abundancia extraordinaria, aquí tiene bien el adagio de que no hay mal que por bien no venga.
Como Usted dice que no pierde la esperanza de darme un abrazo debo prevenirle que debiendo partir para El Havre de Gracia, de aquí a 4 o 5 días para tomar los baños de mar (que los facultativos me recomiendan mucho, y que efectivamente me han hecho bien los años anteriores) puede Usted escribirme a este punto por la restante, y si es que Usted se decide a venir, en este caso debo advertirle que la mayor parte de los viajeros ingleses que vienen a Francia lo verifican por el camino de fierro de Southampton, y desde este punto hay un buque a vapor que viene al Havre por si Usted se aventura a realizar su proyecto, yo iré a habitar el Hotel de Baños de El Havre, en donde permaneceré por 12 o 15 días, tiempo suficiente para poder recibir carta de Usted. Carta (incompleta) de San Martín a Miller, Grand Bourg 30/6. (1,T20,344-345)

San Martín no quiere vivir en Europa, Chile sería una opción

Gran gusto he recibido con la favorecida de Vd. de 26 de abril último que me incluyo otra de la misma fecha del señor don Mariano, su apreciable hijo, que me han sido dirigdas por conducto del señor Santa Coloma; y no lo he tenido menos al conocer y tratar personalmente al señor don Gregorio Gomez con quien he convenido, que tan luego como aplaquen los disturbios de la nueva y sangrienta conmoción que acaba de agitar las Provincias Argentinas, especialmente a la de Cuyo, mandaremos a Buenos Aires la copia de los documentos que tengo en mi poder, para que, legalizada la firma del escribano Agrelo, se me devuelvan con oportunidad. Entretanto disponga Ud a Bardel para que testifique los hechos en que él mismo fue parte. Y sírvasé avisarme cuando será, sobre más o menos, su regreso a este país, a fin de que yo pueda prepararme a entrar a la prueba sin exponerme a que exprie su término antes de haberla rendido, cosa que nos traería un daño irreparable; pues una vez circunducto ese término no hay poder que lo haga revivir. Pero tenemos más.
Me dice V. que cada día se le hace más insoportable su residencia en Europa, y que la República Argentina aun no le ofrece para retirarse a ella garantías. Y entonces ¿por qué se olvida Vd. de Chile? Y por qué no elige Vd por su patria adoptiva esta República que reconquistó a fuerza de su sangre, y que abundando en gratitud hacia su restaurador, reconoce en Vd a uno de sus más ilustres fundadores. En la carta a que contesto ya Vd nos felicita porque despreciando teorías irrealizables damos ejemplo de orden y de verdadero civismo a todos los demás Estados americanos. ¿Qué habría dicho Vd si hubiese presenciado nuestras recientes elecciones de Presidente de la República? Tres partidos políticos, no facciones, sostuvieron la lid electoral, ¡pero, con qué franqueza, urbanidad y decoro! Nada de coacción, nada de disturbios ni violencias. La autoridad pública parecía imposible, todo lo hizo el pueblo, pero de un modo digno que sería de Inglaterra y aun del mismo Norte-América, de suerte que pasada la agitación electoral, es decir, el simple acto de elección, todo entró por sí mismo en la marcha regular y firme que de algunos años a esta parte felizmente hemos emprendido. Entretanto, el Presidente electo tuvo la bellísima ocurrencia de casarse con una hija de su noble y generoso rival el general Pinto, otro de los candidatos a la Presidencia, lo que produjo la fusión de los partidos más influyentes y el contentamiento casi uniforme de todos los chilenos [...].
Aguardamos por momentos al general Ohiggins que ha prometido al Gobierno una visita.
He aquí un breve y decolorido bosquejo de nuestro actual estado. Jamás, desde la administración de nuestro amigo Ohiggins, ha habido en Chile otra que sea tan favorable a Vd como la presente. Lo sé de positivo. Desde el momento que pise Vd nuestras riveras será reconocido en su carácter de Capitán General del Ejército con el goce anual de $3.000. Su presencia removerá en el acto toda dificultad y arreglo al pleito de la chacra, y a lo más a vuelta de tres meses entrará Vd en posesión de esa preciosa finca, cuyo valor no baja de $50.000, y en donde rodeado de antiguos y nuevos y sinceros amigos, libre de compromisos, de etiqueta y del ruido del mundo, escudado por las leyes, y acatado por la gratitud y consideración pública, gozará Vd tranquilo a la sombra de sus laureles de la dulzura de la vida privada. Carta de José Ignacio Zenteno a San Martín, Santiago de Chile 13/10. (4,T9,161-165. En la carta le cuenta de los barcos de vapor que llegan a América y que haría el viaje más rápido desde Europa)

San Martín y Ohiggins son esperados en Chile

Yo acepto con el mayor placer el honor que me confiere la Sociedad Chilena de Agricultura y suplico a V, señor Secretario, admita muy agradecidos reconocimientos por la afectuosa manera en que se ha servido dirigirme su diploma. Carta de Ohiggins al secretario Antonio García Reyes, Lima 7/10. (4,T32,440)

Muy mejorado de los males que me aquejan, y conforme con la opinión de todos los médicos que me han asistido de que vaya a tomar baños termales y aires puros de Chile mi patria natal, a fin de adquirir una prueba de naturaleza robusta y sana, he determinado embarcarme en uno de los vapores para Valparaíso a mediados de diciembre próximo. Carta de Ohiggins a Juan Agustín Alcalde, Lima 25/10. (4,T32,449)

En estas circunstancias escribe a Usted el Presidente (Manuel Bulnes Prieto, Presidente de Chile) convidándole con un retiro honorable en el seno de sus amigos de aquí, que no dejan de ser bastantes, fuera de los muchos de la nueva generación que veneran y aprecian debidamente el recuerdo de los bienes y glorias que proporcionó Usted al país. Una consecuencia de su venida sería el goce de sus honores y sueldos de general, y aún sin que Usted se decidiese a ella, ya se habría promovido en las Cámaras por los Ministerios una pensión a favor de Usted. Entretanto, el general Ohiggins restituído a su rango y honores hace tiempo, debe venir en el curso de este mes, habiendo retardado su viaje por una larga enfermedad de más de 8 meses. Supongo que escribirá a Usted desde Chile y le hablará extensamente del estado del país. Carta de Miguel de la Barra a San Martín, Santiago de Chile 14/12. (1,T19,410-411)

En mi anterior de 13 de octubre último que ahora le remito por duplicado, dije a Vd que en el momento que pisase estas riveras sería reconocido en su carácter de Capitán General del Ejército, con el goce anual de $ 3.000; no quise avanzar más por entonces, porque no gusto aventurar sobre mis palabras responsabiliades ajenas, y muchos menos en materia de gravedad y relativas al Gobierno. Sucede pues que andando días y hallándome en la corte se ofreció hablar de la próxima venida de nuestro Ohiggins, y particularmente de la persona y situación de Vd; encontes el Presidente, dirigiéndome la palabra, me dijo que para él sería el día más glorioso aquél en que pudiera dar un abrazo a Vd en este país, que sería el colmo de su ventura ver reunidos en Chile durante su administración a los hérores de nuestra Independencia San Martín y Ohiggins, y que me pedía que así lo escribiese a Vd, ya que él no se atrevía a hacerlo por no haber tenido ocasión de cultivar su amistad en aquel glorioso tiempo en que Vd el hombre de Chile y de esta América, él era todavía un joven subalterno [...]
Para que se... Vd más de la buena opinión que aquí goza y el deseo que los chilenos tienen de poseerle, le diré que el Consejo de la Sociedad de Agricultura en sesión ordinaria del 6 del corriente, acordó por unanimidad en votos (20 eran los sufragantes) proponer a Vd a la Junta General que va a celebrar el 26 de éste, para que se lo nombre socio protector. Carta de José Ignacio Zenteno a San Martín, Santiago de Chile 20/12. (4,T9,165)

San Martín y un nombramiento en Chile

La Sociedad Chilena de Agricultura ha elegido y proclama Protector al Capitán General José de San Martín. En fe de lo cual extendemos el presente diploma con el sello de la Sociedad y firmado por su Presidente y Secretario, en Santiago de Chile a 26/12. (1,T19,412)

Bibliografía

1) Instituto Nacional Sanmartiniano. Documentos para la Historia del Libertador General San Martín, Tomos (T) 1 al 20.
2) Espejo, Gerónimo. El Paso de los Andes.
3) Instituto Nacional Belgraniano. Documentos para la Historia del General Don Manuel Belgrano, Tomo (T) 1 al 7.
4) Instituto Ohigginiano. Archivo de Don Bernardo de Ohiggins, Tomos (T) 1 al 37.
5) Documentos para la Historia de la Bandera Argentina (2001), Guillermo Palomo y Valentín Espinosa.
6) Actas Capitulares de Mendoza, Tomo (T) 1 al 4.
7) El Redactor de la Asamblea 1813-1815.
8) Espinosa, José María. Memorias de Gervasio Antonio de Posadas.
9) Archivo Histórico de Tucumán.
10) Revista de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, Tomos (T) 1 al 25.
11) Registro Oficial y Nacional de la República Argentina.
12) Senado de la Nación Argentina, Biblioteca de Mayo, Tomos (T) 1 al 19.
13) Diario Los Andes.
X) Archivo General de la Provincia de Mendoza: Época Colonial e Independiente (EC,EI), Carpetas y Documentos (C,D), Protocolos (P).
Y) Archivo General de la Nación Argentina: Documentos Escritos.
Z) Archivo Nacional de Chile.