Rosas, agradecimiento y nombramiento para San Martín

Apreciable general y distinguido compatriota; al leer su estimable de fecha 5 de agosto último, he tenido el mayor placer, considerando por todo su contexto los nobles y generosos sentimientos de que se halla Usted animado por la libertad y gloria de nuestra Patria. Mi satisfacción habría sido completa si me hubiese sido posible excusar el funesto recuerdo de los sucesos que lo obligaron a retirarse de este país y que nos ha privado por tanto tiempo de sus importantes servicios; pero, ¡ quién sabe si esto mismo, desmintiendo la maledicencia de sus enemigos, ha mejorado su posición para que sea más estimables lo que haga para esta República en lo sucesivo !

En efecto, el tiempo y los acontecimientos, considerados en su origen, relaciones y consecuencias, suelen ser la mejor antorcha contra las falsas ilusiones que producen la ignorancia, la preocupación y las pasiones. Felicito a Usted por el acierto con que ha sabido hacer conocer la injusticia de sus perseguidores, y le doy lleno de contento las más expresivas gracias por la noble y generosa oferta que se sirve hacerme de sus servicios a nuestra Patria en la guerra contra Francia; pero aceptándolos con el mayor gusto, como desde luego los acepto para el caso en que sean necesarios, debo manifestarlo que por ahora no tengo recelo de que suceda tal guerra, según lo espero por la mediación de Inglaterra, y notorios perjucios a las demás potencias neutrales; y por lo mismo, al paso que me sería grato que Usted se retribuyese a su Patria por el gusto de tener de concluir en ella los últimos días de su vida, me sería muy sensible que se molestase en hacerlo sufriendo las incomodidades y peligros de la navegación por sólo el motivo de la guerra que no se verificará, y mucho más cuando concibo que permaneciendo en Europa podrá prestar en lo sucesivo a esta República sus buenos servicios en Iglaterra o Francia.

Al hacer a Usted esta franca manifestación sólo me propongo darle una prueba del alto aprecio que me merece la importancia de su persona recordando lo mucho que debe a sus afanes y desvelos la Independencia de esta República, como también la de Chile y Perú, mas no exigir a Usted ninguna clase de sacrificio que le sea penoso, ni menos que se prive del placer que podrá tener en volver cuanto antes a ésta, su Patria, en donde su presencia nos resultaría muy grata a todos los patriotas federales.

Los adjuntos cuadernos impresos darán a Usted una idea de los sucesos de este país en 1838. Que Dios conceda a Usted la mejor salud y ventura, es el voto de su muy atento servidor y compatriota. Carta de Juan Manuel de Rosas a San Martín, Buenos Aires 24/1. (1,T19,388-389)

Muere la madre de Ohiggins en Lima

Llegó al fin el momento terrible que esperábamos; nuestra buena y querida madre falleció el domingo 21 del corriente, antes de las doce de ese día de lágrimas y confusión. Fueron necesarios todos los auxilios de la religión para sufrir tan acerbo dolor. Su cristiandad, sus hechos domésticos y desprendimiento que han llevado todo el carácter de los llamados a la bienaventuranza, espero que por la misericordia del Todopoderoso, le hayan conducido a la Patria Celestial, donde no dudo que descanzan; encomendarla a su Creador es nuestra obligación. Rosita y Petita tan inconsolables como yo, deploramos su ausencia y bendecimos su memoria. En tal situación no he podido escribir a V sobre asuntos importantes y urgentes. Don Juan José Soto será dador de esta carta; lo recomiendo a V para que le den buen alojamiento y lo que necesite. Carta de Ohiggins a José Toribio Pequeño, Lima 29/4. (4,T32,313)

Ohiggins vende azúcar para subsistir

El azúcar sube por instantes, ya está a 3 pesos 4 reales y la blanca a 4 pesos; logremos, pues, esta época y venda cuanto haya disponible con excepción de la mala que iremos dejando, como dije a V en mi anterior, para las 500 arrobas del empréstito, esto no lo diga V a nadie. Sírvase V el número de panes que se han labrado en la presente cosecha para guardar mis especulaciones. Tenemos que hacer un esfuerzo para dejar corrientes dos trapiches y ver si así podemos resarcir el azúcar que hemos dejado de hacer por falta de hormas, aunque sea poner arrieros libres para el acarreo de las cañas y paja y para los hornos, pues que según el precio de los azúcares, merece la pena hacer estos gastos, en cuyo caso se hará poca chancaca y no faltará dinero para los gastos de la hacienda mientras vengas azúcares. Carta de Ohiggins a José Toribio Pequeño, Lima 6/5. (4,T32,317. Empréstito: idem,328)

Ohiggins es reconocido en Chile

A los dos días de esta fecha y estando esta carta cerrada para echarla al correo, recibí una carta de las amigas de V y mías, de las señoras Rozas, en la que me dicen, llenas de contento, lo siguiente: "Acabamos de saber, en este instante, que el gobierno ha dado de alta a nuestro querido Gran Mariscal del Perú y Capitán General del Ejército del Perú. El señor don Bernardo Ohiggins, está ya restituído por nuestro Gobierno en todos sus honores y rentas". Carta de Ramón de Aris a Ohiggins, Santiago de Chile 27/6. (4,T34,619. Aris muere el 10 de octubre, su hijo Juan sigue comunicado con Ohiggins.)

San Martín no acepta la propuesta de Rosas por falta de capacidad

Repetable general y señor; es con una verdadera satisfacción que he recibido su apreciable del 24 de enero del corriente año, ella me hace más honor de los que mis servicios merecen, de todos modos la aprobación de éstos por los hombres de bien es la recompensa más satisfactoria que uno puede recibir.

Los impresos que Usted ha tenido la bondad de remitirme me han puesto al corriente de las causas que han dado margen a nuestra desavenencia con el Gobierno francés. Confieso a Usted, apreciable general, que es menester no tener el menor sentimiento de justicia para mirar con indiferencia un tan violento abuso del poder; por otra parte, la conducta de los agentes de este Gobierno, tanto en nuestro país como en la Banda Oriental, no puede calificarse sino dándole el nombre de verdaderos revolucionarios, ella no pertenece a un Gobierno fuerte y civilizado, pero lo más singular tanto en nuestra cuestión como en la de México, es que ni en la Cámara de Pares, ni en la de Representantes no ha habido un solo individuo que haya exigido del Ministerio la correspondencia que ha mediado con nuestro Gobierno para proceder de un modo tan violento como injusto; esta conducta puede atribuirse a un orgullo nacional cuando puede ejercerse impunemente contra un Estado débil o a la falta de experiencia en el Gobierno representativo y a la ligereza proverbial de esta Nación, pero lo que no puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su Patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempo de la dominación española, una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer.

Me dice en su apreciable que mis servicios pueden ser de utilidad a nuestra Patria en Europa, yo estoy pronto a rendírselos con la mayor satisfacción, pero faltaría a la confianza que Usted me honra si no le manifestase que destinado a las Armas desde mis primeros años, ni mi educación, ni instrucción, ni talentos son propios para desempeñar una comisión de cuyo éxito puede depender la felicidad de nuestro país, si un sincero deseo del acierto y una buena voluntad fuesen suficientes para corresponder a tal confianza. Usted puede contar con ambas cosas con toda seguridad, pero estos deseos son nulos si no los acompañan otras cualiades. Deseo a Usted acierto con todo y una salud cumplida, igualmente el que me crea sinceramente su afecto servidor y compatriota. Carta de San Martín a Rosas, Grand Bourg 10/7. (1,T19,391-392)

San Martín es nombrado Ministro Plenipotenciario de la Confederación Argentina

Departamento de Relaciones Exteriores. Buenos Aires, Julio 17 de 1839. Año 30 de la Libertad, 24 de la Independencia y 10 de la Confederación Argentina. El Gobierno encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, ha acordado: Art. 1º: Queda nombrado Ministro Plenipotenciario de la Confederación Argentina, cerca del Exmo Gobierno de la República del Perú, el Brigadier General don José de San Martín, con la asignación que determina el presupuesto del presente año, aprobado por la Honorable Junta de Representantes. Art. 2º: Espídansele las credenciales correspondientes, comuníquese, publíquese e insértese en el Registro Oficial. Rosas. Felipe Arana. (11,T2,403)

El Gobierno encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina ha acordado y decreta:

Artículo 1º: Queda nombrado Ministro Plenipotenciario de la Confederación Argentina cerca del excelentísimo Gobierno de la República del Perú, el brigadier general José de San Martín con la asignación que determina el presupuesto del presente año aprobado por la Honorable Junta de Representantes.

Artículo 2º: Expídanseles las credenciales correspondientes, comuníquese, publíquese e incértese en el Registro Oficial. Firmado por Rosas y Felipe Arana, Buenos Aires 17/8. (1,T19,394)

Por tanto, y teniendo plena confianza en la prudencia, lealtad y sabiduría del brigadier general José de San Martín, veterano de la Independencia, cuyos títulos sabrán valor los pueblos peruanos y su ilustrada administración, ha venido en autorizarlo, nombrarlo y constituírlo, como por el presente lo nombra, autoriza y constituye por su Ministro Plenipotenciario cerca del Excelentísimo Gobierno de la República del Perú con las cualidades que prescribe el superior Decreto del 17 corriente, y a cuyo efecto se le expide el presente diploma firmado y sellado según corresponda. Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires 19/8. (1,T19,394-395)

Gabriel Lafond y el libro sobre la Independencia Americana

Desde hace algún tiempo me ocupo de poner en orden diversos documentos que he podido reunir sobre la guerra de la Independencia del Perú, durante mi estadía en América. Yo busco corroborarlos con las obras inglesas de Mier y de Stevenson; pero su parcialidad por Lord Chocrane y contra Usted es excesiva. Me he presentado varias veces, mi general, para verlo con el Señor Viel y otros amigos, pero no habiendo tenido el honor de encontrarlo, no he creído correcto dejarle mi nombre, para Usted sin interés, que podría no recordarlo. Podría decirme si puedo presentarme en su casa de campo para charlar con Usted. Carta de Lafond a San Martín, París 5/9. (1,T19,395)

Llega a Londres el nombramiento de San Martín

Señor general; tengo el honor de transmitir a Usted por conducto de la Embajada de S.M.B en París, y de mi amigo, el señor Staines, un pliego del Gobierno de la República, recibido con mi correspondencia por el paquete que llegó ayer, que se me encarga pasar con seguridad a sus manos, y contiene el nombramiento de Usted como Ministro Plenipotenciario cerca del Gobierno del Perú; igualmente una carta del señor general Rosas, y otra del señor Sarratea desde Janeiro. Carta de Manuel Moreno a San Martín, Londres 15/10. (1,T19,398)

San Martín sigue en litigio por su chacra en Chile vendida en 1819

Mucho tiempo hace que acusé a Vd recibo de su estimable de 27 de diciembre de... en que me incluyó el nuevo poder, y que su hijo el señor Balcarce me remitiría las cartas y cuentas originales de Peña, Campbell, etc. que pedí a Vd con tanta instancia y que cada día se hacen más necesarias y urgentes. Han transcurrido más de dos años sin que haya vuelto a tener carta de Ud. ni menos recibido una letra de Balcarce. Cuando oí decir que éste había llegado a Montevideo, le escribí por la casa de Juanico instándole por los papeles, pero todo ha sido infructuoso. Entretanto (como a Ud se lo había anunciado) suspendí la prosecución del pleito. Pero Mackencie, sea que penetrase mi designio, o que le ocurriese aprovechar la favorable disposición que le brindaba un favorable tribunal compuesto por enemigos de Ud (El Consulado); agitó de manera la secuela del juicio que a pesar de los embarazos que incesantemente le opuse, no pude evitar que en 28 de abril último llegase el momento de la sentencia... que ha condenado a Ud a perder la chacara y con ella los miles que se le adeudan. Apelé como era indispensable a la Corte Superior; sigo allí mi sistema de ganar tiempo, siempre en la expectación de los benditos papeles; pero si ellos no viniesen, llegará día en que agotados mis recursos defensivos, la plaza será víctima del abandono de su señor y dueño que hizo impotentes los esfuerzos de su defensor. Uso de intento este lenguaje a lo militar, para que Ud recordándose a si mismo, reconozca también mi apurada situación respecto de los intereses cuya defensa me ha confiado. Carta de Luis Ignacio Zenteno a San Martín, Santiago de Chile 3/10. (4,T9,157)

San Martín en desacuerdo con los métodos de Rosas

Hace 4 días recibí tu apreciable del 15 de agosto y me apresuro en contestarte, pues me dice Mariano (Balcarce) sale un buque de El Havre para ésa (Buenos Aires) el 24 de éste.
Es con verdadero sentimiento que veo el estado de nuestra desgraciada Patria y, lo peor de todo, es que no veo la menor vislumbre de que mejore su suerte. Tú conoces mis sentimientos y, por consiguiente, yo no puedo aprobar la conducta del general Rosas cuando veo una persecución general contra los hombres más honrados de nuestro país. Por otra parte, el asesinato del Dr Maza convence que el actual Gobierno de Buenos Aires no se apoya sino en la violencia, a pesar de esto, yo no aprobaré jamás el que ningún hijo del país se una a una Nación extranjera para humillar a su Patria.
A mi me ha sorprendido tanto como a ti mi nombramiento de Ministro del Perú; he renunciado a este cargo porque he creído que, lejos de ser útil al país, por el contrario, sería perjudicial a sus intereses mi presencia en Lima. Al principio de nuestras desavenencias con el Gobierno francés, creí de mi deber ofrecer mis servicios a la República pero como simple militar; esto, sin duda, es lo que ha motivado el nombramiento citado, yo por lo menos no tengo otro antecedente.
Te he dicho y te repito que si las cosas no van bien por ésa y te ves en la necesidad de volver a emigrar a otro destino, aquí tienes un cuartito, un asado y más que todo, una buena voluntad, pues prescindiendo de nuestra vieja amistad, sabes que todos los individuos de esta casa te aman sinceramente.
Todos gozamos de salud, Mercedes me encarga para tí un millón de recuerdos, y yo repetirse que es y será tu mejor amigo. Carta de San Martín a Gregorio Goyo Gómez, Grand Bourg 21/10. (1,T19,401)

San Martín no acepta el cargo de Ministro Plenipotenciario

Señor Ministro de Relaciones Exteriores de la República. Por la honorable nota del 18 de julio del presente año se sirve Usted comunicarme el Decreto del Excelentísimo Señor capitán general de la Provincia de Buenos Aires, encargado de las Relaciones Exteriores de la Federación Argentina, de mi nombramiento como Ministro Plenipotenciario cerca del Gobierno de la República del Perú; esta prueba de alta confianza con que me honra SE ha excitado mi más vivo reconocimiento, y no correspondería a ella si no manifestase a Usted las razones que me impiden aceptar tan honrosa misión.
Si sólo mirase mi interés personal, nada podría lisonjearme tanto como el honroso cargo a que se me destina, un clima que no dudo el que más puede convenir al estado de mi salud, la satisfacción de volver a ver un país de cuyos habitantes he recibido pruebas inequívocas de desintersado afecto, mi presencia en él pudiendo facilitar en gran parte el cobro de los crecidos atrasos que se me adeudan por la pensión que me señaló el primer Congreso del Perú, y que sólo las conmociones políticas y casi no interrumpidas de aquel país no han permitido realizar. He aquí, señor Ministro, las ventajas efectivas que me resultarían aceptando la misión con que se me honra, pero faltaría a mi deber si no me manifestase igualmente que, enrolado en la carrera militar desde la edad de 12 años, ni mi eduación, ni mi instrucción las creo propias para desempeñar con acierto un cargo de cuyo buen éxito puede depender la paz de nuestro suelo. Si una buena voluntad, un vivo deseo del acierto, y una lealtad, la más pura, fuesen sólo necesarias para el desempeño de tan honrosa misión, he aquí todo lo que yo podría ofrecer para servir a la República, pero SE, el señor Gobernador, conocerá como yo que estos buenos deseos no son suficientes. Hay más, y este es el punto principal en que con sentimientos fundo mi renuncia. SE, al confiarme tan alta misión, tal vez ignoraba o no tuvo presente que después de mi regreso de Lima el Primer Congreso me nombró Generalísimo de sus Ejércitos señalándome, al mismo tiempo, una pensión vitalicia de 9.000 pesos anuales. Esta circunstancia no puede menos que resentir mi delicadeza al pensar que tenía que representar los intereses de nuestra República ante un Estado de quien soy deudor de favores tan generosos, y que no todos me supondrían con la moralidad necesaria para desempeñarla con lealtad y honor. Hay que añadir que no hubo un solo empleo en todo el territorio del Perú que ocupó el Ejército Libertador en el tiempo de mi mando que no fuese quitado a los poco afectos y reemplazados por hijos del país. Esta circunstancia debe haberme hecho una masa de hombres reconocidos, lo que comprueba que, a pesar de mi conocida oposición a todo mando, no ha habido crisis en aquel Estado sin que muchos hombrs influyentes de todos los partidos me hayan escrito exigiendo mi consentimiento para ponerme a la cabeza de aquella República. Con estos antecedentes, ¿ cuál y qué crítica no debería ser mi posición en Lima ? ¿ Cuántos no trataría de hacerme un instrumento ajeno de mi misión y en oposición con mis principios ? En vano yo opondría a este proceder una conducta firme e irreprochable; me sucedería lo que a mi llegada a Mendoza, en el año 23, que los enemigos de la Administración de Buenos Aires en aquella época me presentaban como el principal agente de la oposición a pesar de la distancia que me separaba de la Capital y de la conducta, la más imparcial. He aquí, señor Ministro, las fundadas razones en que por primera vez y con sentimiento mío me veo obligado a no prestar mis servicios a la República, y que espero se servirá Usted elevarlas al conocimiento de SE, el señor Gobernador, protestándole al mismo tiempo, mi más vivo y sincero reconocimiento a la alta confianza que me ha dispensado. Dios guarde a Usted muchos años. Carta de San Martín a Felipe Arana, Grand Bourg 30/10. (1,T19,399-400)

Designación y Renuncia

Es designado el Brigadier General don José de San Martín, Ministro Plenipotenciario en el Perú. El General San Martín declinó el cargo con fecha 30 de octubre de 1839 -había sido designado en Julio 17 de ese año- aduciendo razones de delicadeza. Entre otras cosas argüía que el Congreso del Perú le había votado una pensión vitalicia, a parte de que sus hombres lo llamaban para que se pusiera a la cabeza del Gobierno de Lima. (10,T9,N28,462)

Toribio de Luzuriaga y la biografía de San Martín

En tiempo recibí la apreciable de Usted del 17 de julio del 37 de Grand Bourg, cerca de París, y por el señor Mariano (Balcarce) he tenido el gusto de saber que continuaba el restablecimiento de su salud. A dicho Señor he pasado un manuscrito con que trato de dar publicidad a mis documentos, en fin, comento que ha tenido que tocarse la memoria de Arenales (Biografía de San Martín escrita por el hijo de Arenales), y como en ella se explican con desaire algunas operaciones de Usted de esa campaña. Yo me alegraré que no sea de la desaprobación de Usted mi escrito para el que no he tenido más ayuda que mi memoria y buena voluntad, y que en algunos otros de Usted, para gloria de la Patria, queden enmendados mis desaciertos a fin de que los historiadores tengan en lo venidero datos seguros. Lo considero a Usted muy distraído con sus nietas, póngame Usted a los pies de Merceditas, y recibiendo Usted los respetos de su ahijado y expresivos recuerdos de Pepa que devuelve a Usted. Carta de Luzuriaga a San Martín, Buenos Aires 20/11. (1,T19,390)

Bibliografía

1) Instituto Nacional Sanmartiniano. Documentos para la Historia del Libertador General San Martín, Tomos (T) 1 al 20.
2) Espejo, Gerónimo. El Paso de los Andes.
3) Instituto Nacional Belgraniano. Documentos para la Historia del General Don Manuel Belgrano, Tomo (T) 1 al 7.
4) Instituto Ohigginiano. Archivo de Don Bernardo de Ohiggins, Tomos (T) 1 al 37.
5) Documentos para la Historia de la Bandera Argentina (2001), Guillermo Palomo y Valentín Espinosa.
6) Actas Capitulares de Mendoza, Tomo (T) 1 al 4.
7) El Redactor de la Asamblea 1813-1815.
8) Espinosa, José María. Memorias de Gervasio Antonio de Posadas.
9) Archivo Histórico de Tucumán.
10) Revista de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, Tomos (T) 1 al 25.
11) Registro Oficial y Nacional de la República Argentina.
12) Senado de la Nación Argentina, Biblioteca de Mayo, Tomos (T) 1 al 19.
13) Diario Los Andes.
X) Archivo General de la Provincia de Mendoza: Época Colonial e Independiente (EC,EI), Carpetas y Documentos (C,D), Protocolos (P).
Y) Archivo General de la Nación Argentina: Documentos Escritos.
Z) Archivo Nacional de Chile.