Algunos
aborígenes del valle de Cuyo llegan a Santiago de Chile a comprar ovejas de Castilla, munidos de oro y plata para pagar las mercancías adquiridas; entonces, piden hablar con García Hurtado y en la entrevista, le solicitan que envie españoles a poblar la región, ya que están cansados de venir a servir a sus encomenderos en Santiago de Chile; y a su vez, dan cuenta que en la zona hay minas de oro y plata.
Cuevas, Araya y otros vecinos que tienen títulos de encomiendas se oponen a la conquista de Cuyo, aduciendo que la región en cuestión está dentro de la jurisdicción del Cabildo de Santiago de Chile y que el gobernador Valdivia había emitido la correspondiente provisión real repartiendo toda la zona entre los vecinos de la ciudad; todo ello asentado en el Libro de Cabildo y que cualquier orden que al respecto diera García Hurtado no se ajustaba a derecho, y sería agraviada por el Procurador y las autoridades del Ayuntamiento.
El 8/9/1560 con graves problemas de salud, Andrés Hurtado emite su testamento en Lima y el 14/9/1560 en franca agonía testa sus bienes y los reparte entre sus familiares; muriendo a los pocos días.
García Hurtado se decide a organizar un contingente y comienza a reclutar hombres y fondos para comprar pertrechos y provisiones, para llevar a cabo la expedición y asi, conquistar el valle de Cuyo y hacerse del control de las supuestas riquezas de aquella región; dando inicio así, a una carrera contra reloj en donde los tiempos lo apuran y motivado por:
A) El afán de conquistar y fundar ciudades.
B) Molestar al descubridor de la región Villagra.
C) La guerra de Arauco contra los Mapuches y la falta de mano de obra aborígen para trabajar.
D) Juan de Cuevas se había hecho del control de la región con sus encomiendas...
E) Participar de la conquista de Cuyo para evitar ser reclutado en la guerra de Arauco...
F) Los Huarpes querían ser colonizados por los españoles...
G) Someter a los Huarpes como mano de obra...
H) La noticia de la existencia de minas de oro y plata...
García Hurtado le ofrece al comendador Meza hacerse cargo de la expedición; pero, se rehúsa aduciendo problemas de enfermedad. En su lugar, nombra el
20/11/1560 a Castillo, como Capitán General y Teniente Gobernador para fundar una ciudad en la región de Cuyo. La expedición es costeada por Castillo y los soldados que participan de la misma, con dinero de su propio bolsillo, sin tocar las arcas de Su Majestad; comprando armas, munciones, pertrechos de guerra y ganado, por lo que Castillo contrae una deuda de 10.000 $. El
11/12/1560, Castillo se presenta ante las autoridades del Cabildo de Santiago de Chile, con los títulos correspondientes que le había otorgado su mandante García Hurtado y le solicita a los licenciados Altamirano y Juan de Escobedo suscriban sujeto a derecho el dicho nombramiento y que lo pregonen públicamente en la ciudad para así anoticiar a los vecinos. Ese mismo día, en presencia del escribano Pedro de Salcedo y por voz de Francisco de Figueroa, es pregonada la provisión correpondiente en la Plaza Mayor, siendo testigos del acto:
Juan de Maturana, Diego García de Cáceres, Gonzalo de los Ríos, Juan Delgado y Pedro de Villagra.
Ante la protesta de los integrantes del Cabildo de Santiago de Chile que tenía jurisdicción sobre Cuyo, García Hurtado en una carta fechada el 17/1/1561, les respondería y expondría en ella, los verdaderos motivos de la fundación de una ciudad en Cuyo; uno de ellos, era que los aborígenes eran obligados a pasar a Chile y cruzar la cordillera de los Andes a riesgo de sus vidas desde el año 1552, y también, para sensarlos y sabér cuántos habían, sumando a ello, que en esos cruces que hacían los aborígenes daban cuenta de la existencia de metales preciosos.
El
24/1/1561, Castillo recibe una última provisión del gobernador, por la cual, es facultado para encomendar aborígenes y repartir tierras en la zona de Cuyo, con el agregado que los integrantes de la expedición que reciban encomiendas, no deberán regresar a Chile a
confirmar los títulos de propiedad, dentro de los 6 meses posteriores a la entrega como era costumbre. Con esta orden, Castillo tiene la libertad absoluta de manejar la región según disponga y, a su vez,
lo complica a Villagra en cualquier decisión a futuro que tome sobre Cuyo cuando asuma como gobernador. La única restricción que García Hurtado impone a Castillo, es la de no entrar en los territorios del Tucumán, por corresponderle al capitán Zurita.
Llevado a cabo todos los preparativos y organizada la gente para el viaje, integrada en su gran mayoría por yanaconas y negros; Castillo parte desde Santiago de Chile en dirección este, con rumbo hacia la cordillera de Los Andes, junto a su expedición conformada por:
Alonso Campofrío de Caravajal, Alonso Moro Xirón, Alonso de Torres, Antonio Cambranes, Antonio Chacón, Anze de Fabre, Bartolomé Copin, Bartolomé Flores, Cristóbal Molina, Diego Cabrera y/o Diego de Frías, Diego Lucero, Federico de Peñaloza, Felipe Inga, Francisco de Urbina, Gaspar de Lemos, Gabriel de Cepeda y Niño, Gabriel de Sosa, Gaspar Ruiz de Rojas, Gerónimo de Sayavedra, Gonzalo Ruiz de Arce, Gonzalo Hernández, Hernando Arias de Sayavedra, Hernando Ruiz de Arce, Juan de Contreras, Juan Eugenio de Mallea, Juan de Maturana, Juan de Rivas, Juan de Villegas, Juan Gómez de Don Benito, Juan Gómes Galán, Juan Gómez Isleño, Juan o Gonzalo Marquez, Juan Martín Gil, Lope de la Peña, Marina Gallego, Martín de Elvira, Martín de Santander, Mateo Dias, Martín Pérez de Mercotegi, Martín Inga, Pedro de Rivas, Pedro de Villegas, Pedro de Zárate, Pedro González de Hevia, Pedro Hernández, Pedro Moyano Cornejo, Pedro o Gonzalo Márquez, Pedro Gueleguelen y Ventura de la Cueva.
Luego de recorrer 12 leguas, llegan al valle del Aconcagua y levantan un campamento. Castillo envía a algunos aborígenes que estaban en el lugar, para que crucen la cordillera y den aviso a los aborígenes que están en Uspallata, que va en camino una expedición con españoles; en ese momento, se incorpora al contingente el padre y vicario Hernando de la Cueva que había sido nombrado por el obispo Rodrigo González. Al volver los emisarios y viendo Castillo que puede proseguir su viaje sin peligro, se reorganiza y realiza el cruce de la cordillera de Los Andes por:
A) El paso de Los Patos (Norte: Ligua - Chile a Calingasta - San Juan).
B) El paso del Aconcagua (Centro: Santa Rosa de Los Andes - Chile a Las Heras - Mendoza)...
C) El paso de El Portillo (Sur: San Gabriel - Chile a Tunuyán - Mendoza).
Pasada la cordillera, Juan Gómez de Don Benito que venía caminando en la retaguardia de la expedición, se encuentra con un cacique que le dice ser de la encomienda de Cuevas y, junto a él, otro cacique que le dice ser de la encomienda de Rodrigo de Araya. Al llegar al valle de Uspallata, los residentes encabezados por el cacique Conecho y su hijo Chacha, reciben a Castillo amistosamente y le ofrecen leña, agua y yerba para sus caballos y ganados. Los expedicionarios se quedan algunos días y hacen amistad con los aborígenes del lugar, entregando algunas objetos o cosillas y hablándoles de la santa fe católica. A su vez, los aborígenes le dicen que han estado en guerra con otros españoles y le piden a Castillo que los ampare y defienda de ellos. En este momento, Castillo debe tomar una decisión para determinar en qué zona habría de fundar la ciudad en Cuyo. El panorama que tiene en sus manos es por demás complejo, pero, seguramente la decisión ya estaba gestada a partir del conocimiento que tenia Cuevas y algunos vecinos encomenderos de Cuyo que hasta ese momento manipulan el sistema aborígen en beneficio de Su Majestad y en detrimento de Huarpes, Puelches y Pehuenches. La posibles zonas con las cuales cuenta Castillo para fundar una ciudad son las siguientes:
A) Valle de Mahuelturata (Huarpes).
B) Valle de Huanacache (Guanacache, Huarpes).
C) Valle de Cuio (Guentota, Huarpes)...
D) Valle de Uco (Huarpes).
E) Valle de Jaurua (Xaurua, Huarpes).
F) Valle de Diamante (Puelches y Pehuenches).
G) Valle de Malalhue (Puelches y Pehuenches).

Al igual que en el asiento de Aconcagua, Mateo Dias dice que Castillo le pide a los aborígenes que vayan a los asentamientos del valle de Huantata y hablen con los caciques Huarpes, dando aviso de su llegada y así, evitar algún tipo de hostilidad con una parte de los aborígenes y con algunos españoles partidarios de Villagra que tienen encomiendas en Cuyo, como es el caso de Cuevas; y, de las cuales se benefician en gran medida y no están dispuestos a perder.
Una vez que Castillo dispone levantar el campamento, algunos yanaconas que son de la encomienda de Cuevas, entre ellos Chacha, se suman a la expedición y son encomendados a los capitanes Lope de la Peña y Pedro Moyano Cornejo. Diego Lucero, dice que uno de los yanaconas encomendados se queja por la actitud de Castillo y le pide que lo deje regresar a Santiago de Chile a servir a Cuevas. Al momento de tomar la decisión y a partir de Uspallata, Castillo puede haber tomado 3 rutas posibles:
A) Hacia el nordeste: pasando por Villavicencio y luego por Canota (Ruta Provincial 92 - Las Heras)...
B) Hacia el centro-este: pasando por El Challao y luego por Ciudad de Las Heras (Ruta Provincial 13 - Las Heras)...
C) Hacia el sureste: pasando por Potrerillos y luego por Vistalba (Ruta Nacional 7 y 40 - Luján de Cuyo).
Al llegar al valle de Huantata luego de recorrer
10 leguas, Castillo entabla una relación amistosa con los caciques más importantes: Ocoyunta (¿ Coyo o Coyocanta ?),
Allaime, Gueymare (Goaimalle),
Anato, Tabaleste (Tabalque), el gran señor
Esteve (Esteme) y Ayguil, que algunos años antes había perdido a su padre (Huchiquimi) en una batalla contra las fuerzas de Villagra. Se produce un intercambio de obsequios y, con la venia de los naturales de la región, Castillo luego de analizar varios lugares se establece en el valle, por consideralo el más apto por ser lugar fértil y abastecido, no menos sanos en sus aires, que apasible en su entorno.
El 7/2/1561, la Real Audiencia de Lima a cargo interinamente del gobierno del virreinato del Perú, anticipándose a la llegada del nuevo Virrey y que a su vez, traía el nombramiento para Villagra, emite una provisión real en donde le entrega 2.000 $ y lo autoriza a Villagra para que envie un contingente armado al Tucumán y se haga del control de región. Para ello le ordena al capitán Gregorio de Castañeda que consiga gente para organizar una expedición y así emprender su viaje a la gobernación del Tucumán para retomar el control del norte que estaba al mando de Zurita, quien había sido enviado por García Hurtado.
Una vez instalado en el valle de Huantata, Castillo comienza a analizar la situación geográfica del lugar y, lo más importante, con qué acequia iba a abastecerse de agua. Castillo tiene 5 posibilidades hídricas que eran abastecidas por el Río de la Ciudad (Canal Zanjón Cacique Guaymallén), para proveer de agua al ejido público y al ejido para huerta y viña. A partir de la ubicación actual de la plaza Pedro del Castillo y teniendo en cuenta la pendiente del terreno oeste-este y sur-norte:
A) Acequia de Allaime al oeste (calles: Almirante Brown - Godoy Cruz y Tiburcio Benegas - Ciudad de Mendoza).
B) Acequia de Tabalque al centro (calle Salta - Ciudad de Mendoza, luego Acequia de la Ciudad).
C) Acequia que pasa por este Pucará o Anato (Canal Zanjón Cacique Guaymallén, luego Acequia del Molino).
D) Acequia de Goaimalle al este, cruzando por las zonas de Peipolota (+ o - calle Las Cañas - Dorrego y Las Cañas), Anancat (Exacequia de Goazap Mayu, + o - calle Allayme - San José y Nueva Ciudad) y, más al nordeste, Taitanquen (Acequia Alta de Taintanquen, + o - calle Allayme - Belgrano y El Bermejo)...
E) Acequia de los Carrizales (+ o - calle Avellaneda - Guaymallén).
Entonces, a ruego y pedido del cacique
Goaimalle, que era dueño de las tierras de Anancat; las cuáles, habían sido compradas por el padre de Goaimalle (cacique Pilectay) al tío de Esteve (cacique Goazap); y que, al morir Pilectay heredó Goaimalle; y al ser tan pocas las tierras de Anancat y la tribu de Goaimalle tan grande, se fueron extendiendo hasta llegar a las tierras de
Peipolota; en donde,
Castillo y su expedición se establecen. Comienzan los trabajos de mensura de los terrenos, empezando por el predio donde se ubicará la Plaza Mayor y en el centro de ella se erigirá el Rollo de Justicia; con la intención de tomar posesión jurídica del lugar elegido lo antes posible.
En Santiago de Chile, García Hurtado recibe la noticia que su padre, el virrey Andrés Hurtado, había fallecido. Comienza a organizarse para dejar la ciudad y regresar a Lima, confirmando a Quiroga en su reemplazo y en forma interina y a Francisco de Riberos como Teniente de Santiago de Chile. García Hurtado se recluye en el convento de la Orden de San Francisco y envía un pequeño barco de propiedad de Gonzalo de los Ríos hacia Ligua, distante 22 leguas de Santiago de Chile; allí, junto a dos de sus criados se embarca y emprende su regreso a Perú.
El
22/2/1561, el muy magnífico señor capitán teniente general en estas dichas provincias y sus comarcanas por el ilustre señor don García Hurtado de Mendoza, gobernador y capitán general en las provincias de Chile por Su Majestad, y por sus provisiones que para ello tiene, y son notorias, y por ante mi, Juan de Contreras, escribano público y de cabildo en las dichas provincias y testigos suscriptos dijo: que por el dicho proveimiento él ha venido, como al presente comparece, a estas provincias con gentes y cosas necesarias para poblarlas, y en ellas, con buen ejemplo y doctrina cristina, y traer a los naturales de ellas a vivir cristianamente, encomendándolos a cristianos españoles que consigo tienen, y con este santo fin y buen propósito, él, por indios que del camino les ha enviado, les ha hecho las amonestaciones, como Su Majestad lo manda, y los dichos naturales han salido de paz y lo están al presente; por tanto, en nombre de la sacra católica real majestad del rey de Castilla don Felipe, y por aquella vía que de derecho a su real nombre convenga, como su vasallo, tomaba la posesión en el dicho asiento por él y por todas las demás asientos y provincias comarcanas, para que de ellas y en ellas Su Majestad, como su real patrimonio, haga, disponga lo que servido sea; y usando de la dicha posesión en el dicho asiento, quieta y pacíficamente y alzado y tendido de damasco carmesí con una cruz negra, que en sus manos trajo Alonso Campofrío de Caravajal, alférez, dió muchas vueltas a caballo por una
plaza que en el dicho asiento estaba, apellidando él y los demás españoles el real nombre del dicho rey de Castilla, nuestro señor, en cuyo nombre y por quien la dicha posesión tomaba, como su vasallo que era, dando a entender por lengua que se habla en Chile, por Bartolomé Flores (traductor), español, que consigo traía a este su cacique y señor principal del dicho valle y asiento (cacique Esteve) y a otros muchos caciques y principales e indios que al presente estaban, eran y habían de ser vasallos y sujetos al dicho rey don Felipe, nuestro señor, y a la Corona Real de Castilla, para agora y para siempre jamás que el mundo durase, y ellos, por la dicha lengua dijeron: que lo habían entendido y que en su nombre y por los demás caciques y demás indios presentes y de todas demás comarcanas provincias, eran y querían ser vasallos, sujetos al dicho Rey Don Felipe, nuestro señor, y a la Corona Real de Castilla a la cual siempre reconocerían servidumbre, y así lo decían y dirían a sus hijos e indios que de ello no tenían voz, y dieron su mano al dicho señor capitán teniente general en lugar de subjeción y vasallaje al dicho Rey don Felipe, nuestro señor, y a la Corona Real de Castilla, y aprehendida y tomada la dicha posesión quieta y pacíficamente por el dicho capitán y teniente general, y habiéndo pasado y besado muchos de los dichos caciques debajo del estandarte real, se les dijo por la dicha lengua que él venía y había venido a poblar las dichas provincias, a los amparara y no vejar, a doctrinar en las cosas de nuestra santa fe católica, y usando con ellos en el hacer justicia lo que con sus hermanos españoles cristianos que traía, y que si por alguno de ellos y por otra persona les fuese hecho algún agravio, se viniese a quejar ante él, que él los desagraviaría y ternia en justicia, y que por temor y ni venganza ni otra cosa le dejasen de hacer, y que entre ellos tuviesen amor, paz y amistad, y a los dichos caciques les encomendó el buen tratamiento y amor en sus inferiores, y después de todo esto les dijo y encomendó lo que era obligados a guardar en la paz que le había dado; y quebrantándola por su culpa tenían y se les habían de dar y hacer grandes castigos, como se habían hecho en otras provincias que la habían quebrantado y sobre seguro muerto españoles, por que él de su parte, le terná y guardará como les ha prometido y antes dicho, los cuales, por la dicha lengua, dijeron así harán y cumplirán, estando en todo ello presentes por testigos... estantes a caballo en el dicho asiento, y el dicho señor Capitán y teniente general pidió a mi el dicho escribano se lo diese por testimonio y firmolo aquí de su nombre con los dichos testigos que supieron firmar... Ante mí, Juan de Contreras, Escribano Público y de Cabildo.
A partir de aquí y en los días posteriores, Castillo sale a visitar a caciques y naturales, en un radio de 40 leguas en torno al casco urbano y hace amistad con todos ellos, hablándoles de la santa fe católica y que por su intermedio, ya no tendrán que preocuparse por guerras con los españoles; además, comienza a encomendar los aborígenes de las zonas visitadas entre los hombres de su expedición. Al llegar a las Lagunas de Guanacache, Castillo y Pedro de Ribas, son recibidos por el cacique Callaupacatapa y el yanacona Aileta, quien les dice que pertenecen a la encomienda de Cuevas. Al regreso de su viaje, Castillo se aloja frente a la Plaza Mayor (¿rancho o tienda de campaña?), en el solar destinado a la Santa Iglesia Mayor, ubicados delante de los solares del vicario Hernando de la Cueva y su sobrino Ventura de la Cueva, hijo de su hermana Juana y de Villagra.
Luego de ponerse de acuerdo con los caciques comarcanos, comienza la ceremonia de fundación con una misa a cargo del vicario Hernando de la Cueva, con ornamentos y adherezos comprados por Castillo en Chile; finalizada la misa y estando en el asiento y valle de Huantata, provincia de Cuyo de esta otra parte de la gran cordillera nevada, el
2/3/1561; ante mi, Francisco de Urbina escribano de juzgado en estas dichas provincias y testigos suscriptos, el muy magnífico señor Pedro del Castillo, capitán y teniente general en ellas por el muy ilustre señor don García Hurtado de Mendoza, gobernador y capitán general en las provincias de Chile, por Su Majestad, y usando de los poderes y comisión que para ello tiene, dijo: que él había venido a poblar estas dichas provincias y en ellas adoctrinar con ejemplo a los naturales de ellas, de las cuales he tomado posesión en nombre de Su Majestad del rey de Castilla don Felipe, nuestro señor, y los dichos naturales le han dado la paz, y para mejor sustentarse de comidas y lo necesario, han acordado,
hasta ver la disposición de la tierra, poblar en este dicho asiento una ciudad, haciendo las diligencias que en tal caso se requieren; por tanto, que él en nombre de Dios, nuestro señor, y Su Majestad, tomaba y tomó por advocación de la iglesia que en la dicha ciudad hubiera a señor
San Pedro, y en nombre de posesión de la dicha Santa Iglesia tomó y alzó en sus manos una cruz alta, la cual puso en la puerta de la iglesia, y pidió a mí el dicho escribano se lo diese por testimonio y lo firmó de su nombre, siendo testigo el padre y vicario Hernando de la Cueva y todos los expedicionarios. Y después de los susodicho, el capitán Castillo dijo: que usando los dichos poderes que tiene y en nombre de Su Majestad del Rey, nuestro señor, y como su vasallo que era, alazaba y alzó en sus manos un árbol gordo por Rollo y árbol de Justicia, para que en él se ejecute su justicia real para ahora y siempre jamás, y dando a entender a todos los caballeros, soldados, pobladores y conquistadores, que presentes estaban y por lo arriba dicho, tomó y recibió juramento en forma debida de derecho en un libro misal que en sus manos tiene el padre Hernando de la Cueva, de todos los expedicionarios presentes; y, a la conclusión del dicho juramento, fundó la
Ciudad de Mendoza, nuevo valle de Rioja; por respeto de Don Garcia de Mendoza que habia reservado este titulo para echar el sello para las fundaciones de las ciudades, que edificó en Chile, queriendo cumplir primero con los dictados de sus
padres y abuelos, que con su propio renombre por el cual era conocido. A continuación, estando al pie del árbol de justicia, Castillo le entrega al escribano Urbina, un medio pliego de papel sellado y cerrado, y le ordena que lo abra y lo lea públicamente ante todos los presentes; y en el cual, nombra a los representantes del Cabildo:
Alcaldes: Alonso Campofrío de Caravajal y Juan de Villegas.
Regidores: Pedro de Zárate, Gabriel de Cepeda y Niño, Lope de la Peña, Pedro Moyano Cornejo, Hernando Ruiz de Arce y Francisco de Urbina.
Procurador y Mayordomo: Pedro Márquez.
Oficiales Reales: Antonio Cambranes y Alonso de Torres.
Alguacil Mayor: Gaspar Ruiz de Rojas.
Alférez Real: Alonso Campofrío de Caravajal.
Escribano Público y de Cabildo: Juan de Contreras.
Y a cada una de las autoridades nombradas, Castillo le toma el juramento debido, y al terminar todos dijeron
"si juro, y amén"; y encarga en nombre de Dios, nuestro señor, y de Su Majestad, y por el juramento dado que guarden al servicio de Dios y de Su Majestad, haciendo justicia a las partes que se las pidan y de su oficio lo que son obligados, por el bien y provecho de la Ciudad. Luego, Castillo entrega las varas de justicia a los Alcaldes y Regidores, siendo testigos: Alonso de Torres, Martín de Elvira, Pedro González de Hevia y Juan de Maturana; rubricado el acto por el escribano Urbina.
Habiendo asumido legalmente en sus cargos, el escribano Contreras y las autoridades del Cabildo: Campofrío, Villegas, Zárate, Cepeda, Peña, Cornejo, Arce y Urbina, se juntan en el Ayuntamiento y le ordenan al procurador Márquez, que llame al capitán Castillo; el que se presenta ante los capitulares y exhibe una provisión real emitida por el gobernador García Hurtado y refrendada por el escribano Francisco Hortigosa de Monjaraz, y que, conforme a ella ordena sea recibido en el cargo de Capitán General y Justicia Mayor de Mendoza. Los escribanos
Contreras y Urbina, ponen mucho énfasis en la confección de las actas labradas hasta ese momento a partir de una descripción muy detallada de los sucesos acaecidos, lo que no era muy común hacer al momento de fundar una ciudad.
Bibliografía
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Y) Archivo de la Nación Argentina.
Z) Archivo Nacional de Chile.
Toma de posesión del valle de Guentata; 22/2/1561: En el nombre de Dios amen en el asiento de Guentata que es a las espaldas de la gran cordyllera nebada en veynte y dos del mes de hebrero año del nascimyo de nro salvor H Xpo de myll y qos e sesenta y vn año el muy magco señor capt he general en estas dhas probinçias e sus comarcanas por el Yllmo sor don Ga Hurtado de Mendoça gobor y capt genal en las provinçias de Chile por su magt e por sus probisiones q para ello tiene que son notas y por ante my Joan de Contreras zcro puco e del cabo en las dhas prouas e tos dixo que por el dho proveymyo , el a venydo como al prente pare a estas dhas prouinçias con gente y costa necesarias a las poblar y en ellas con buen exemplo y dotrina xpianos traer a los naturales della a pulicia natural e buyr xpianamente encomendándolos a xpianos y españoles que consigo tiene e con este sto fin e buen posyto el por indios que del camyno les a enviado les hazer las amonestaciones como su magd lo manda y los dhos naturales han salido de paz y lo están al psente, por tanto en nombre de la sacra católica real mgt del rrey de Castilla (fol 172v ) Don Felipe e por aquella via que de su rreal nombre convenga e como su vasallo , tomaba y aprehendia la posesión en el dho, asto por el y por todos los demás asientos y prouias comarcanas para que dellas y en ellas su magd como su rreal patrimyo haga e disponga lo q sdo sea e husando de la dha posesion en el dho ne, quieta e pazficamte e alçado e tendido vn estandarte de damasco carmesí con vna cruz negra que entre manos truxo Also de Campofrio de Carvajal, alférez dio muchas bueltas a caballo por una plaça que en el dho asiento estaba, apellidando el y los demas españoles el real nombre del dho rey de Casta nro señor en su ne e por quien la dha posesion tomaua como su vasallo que hera, dando a entender por lengua que se habla en Chile por Bme Florez español q consigo traya a Esteme caçique e señor principal del dho valle e asyento e a otros muchos caçiques e prinzpales e yndios q presentes estavan, heran y abian de ser vasallos e subjetos al dho rrey don Felype nro sor de la corona real de Castilla para agora e siempre jamas que el mundo durase y ellos obedesciendo por la dha lengua dixeron que lo auian entendido e que en su nombre e por los demas caçiques e yndios presentes e no presentes e de todas las demás comarcanas prouincias heran y querian vasallos subjetos al dho rey don Felipe nro sor e a la corona real de Castilla a la qual syempre reconoscerian (fol ) seruydumbre y anssi lo dezian e dizian a sus hijos e indios que dello no tenyan nota e dieron sus manos al dho captt tenye genl en lugar de subjezion e vasallaje al dho rey don Felipe nro señor e a la corona real de Casta, e ay rendida e tomada la dha posesión quieta e pacíficamente por el dho sor captt e thenye gen e aviendo pasado e vesado muchos de los dhos caciques debaxo del estandarte real, se les dixo por la dha lengua, el venya e auia venydo a poblar las dhas prouinçias a los anparar y no bexar e dotrinar en las cosas de nra Sta Fee católica e husando con ellos en hazer justa lo que con sus hermanos españoles xpianos que traya e que si por alguno de ellos e por otra persona le fuese hecho algún agrauyo se binyesen a quexar antel, que el los desagraiaria e ternya su justa e que por temor ny bergüenza ny otra cosa no lo dexasen de hazer, e que entre ellos tuviesen amor y paz y amistad y a los dhos caçiques les encomendó el buen tratamyo e amor a sus inferiores y después de todo esto, les dixo y encomendo lo que heran obligdos a guardar pa la paz que ellos vian dado e quebrantandola por su culpa tenyan se le auian de dar e hazer grandes castigos como se avia fecho en otras prouincias que la avian quebrantado e sobre seguro muerto españoles porquel de su pte la terna e guardara como les a prometido e ante dhos ( fol 173v) Los quales por la dha lengua dixeron asy harán y cumplirán, estando en todo ello presentes por tos el muy rdo padre Hdo de la Queba bisytador general y cura y vicario en estas dhas probinçias e Also de Campofrio de Caravajal, alferez general e Po de Çarate e Federico de Peñaloza, Juo de Villegas e Lope de la Peña e Gabriel de Cepeda P° Moyano Cornejo e Alo de Torres e Hdo Ruiz de Arce, Mateo Diez, Gaspar Ruiz alguazil mayor, Gabriel de Sosa, Anto Cambranes, Anto Chacon, P° Marquez, Po de Ribas, P° de Villegas e P° de Elvia, Juo Gomez e Hdo Arias, Myn Perez de Yguceta, Diego Lucero, Myn de Elvira, Anze de Fabre, Myn de Santander, Bme Copin, Gaspar de Lemos, Juo de Malla, Juo Myn Peres, Be Flores, Juo Gomez, P° Hdes, Diego de Frias, Diego Cabrera, P° Ruiz de Arce, Juo de Maturana e Franco de Horbina estantes a cauallos en dho asiento y el dho sor captt e tenye general pidió a my el dho scriuo se lo diese por testimonyo e firmolo aqui de su nombre con los dhos tos que supieron firmar. P° del Castillo, Hdo de la Queba, Alo de Campofrio de Caravajal P° de Çarate, Fedrico de Peñalosa, Juo de Villegas, Gabriel de Çepeda, Po Moyano Cornejo, Alo de Torres, Hdo de Arce, Mateo Diaz, Gaspar Ruiz P° Marquez, P° de Villegas, Anto Cambranes, D° Luzero, Anto Chacon, Myn Perez de Marcotegui, Anze de Fabre, Myn delvira, Bme Copin, Juo Myguel Gil, Hdo Arias, Bme Flores, Joan Gomes, don Benyto Benyto Lope de la Peña, Juo de Maturana, Do de Frias Do Cabrera, G de Arze Franco de Horuina, ante my m de Contreras scro puco y del cauildo. (12, texto original)
Acta de Fundación de Mendoza nuevo valle de Rioja; 2/3/1561: En el nombre de Dios. En el asiento y valle de Guentata, provincia de Quyo, desta otra parte de la gran cordillera Nebada, en dos días del mes de Março, año del nacimiento de nuestro Salvador Jhesu Christo, de mill e quinientos y sesenta e un años, el muy magnífico señor Pedro del Castillo, capitán, theniente general en las dichas provincias y sus comarcanas por el illustrísimo señor don García Hurtado de Mendoça, Governador y Capitán General en las provincias de Chile por Su Majestad, e ante mi Francisco de Urbina, escrivano de juzgado en las dichas provincias, dixo que, por quanto él ha benido a estas dichas provincias a las poblar y reducir al servicio de Dios nuestro Señor y de su majestad, como por las provisiones dello tiene consta y le es mandado y tiene dellas tomada posesión en nombre de la majestad del rey de Castilla don Felipe nuestro Señor, y mucha parte de los naturales della han dado la obidiencia y están en paz, y porquel tiempo que ha questá en ellas ha sido breve, en el qual no ha podido hallar asiento ni lugar para donde fundar una ciudad con mero ynperio, y porque de no fundarla e alçar rollo y nombrar Cabildo y regimiento, podrían redundar ynconbenientes y daños, ansí en lo que toca al servicio de Dios y de su magestad como contra los naturales y españoles que en esta provincias están y para que cesen los dichos ynconbenientes y esta tierra se perpetúe y pueble y se puedan encomendar los yndios en los españoles basallos de su magestad que en su servicio en este dicho asiento están para que los puedan dotrinar y enseñar las cosas de nuestra santa fee y mostrarles a bibir políticamente guardándoles y haziéndoles en todo justicia, me pareció convenía en este dicho asiento y valle alçar rollo y nombrar alcaldes y regidores y procurador de la çiudad y ofiçiales de Su Magestad e demás ofiçios que son anexos para el mejor gobierno della, y ante todas cosas señalando la avocaçión de la yglesia Mayor de la dicha çiudad, la qual se ha de llamar y nombrar señor San Pedro, a quien tomó por patrón e abogado en esta dicha ciudad, y por mayordomo della a Juan de Maturana, la qual dicha çiudad se ha de llamar y nombrar la ciudad de Mendoça, nuebo valle de Rioja, en todas las escrituras y demás cosas que fuere neçesario nombrarse, a la qual doy por términos y jurisdiçión, con mero misto ymperio, desde la gran cordillera Nebada aguas vertientes a la mar del Norte, y todos los repartimeintos de los vezinos que a ella se repartieron el qual dicho asiento y nombramiento de allcaldes y regidores y oficiales de su magestad y vezinos y moradores della hago dándoles y señalándoles solares en esta traça de la dicha çiudad como ban señaladas y nombrados y escritos. Los quales dichos solares han de ser de grandor en quadra de frente de dosçientos y veinte y çinco pies de doze puntos y las calles de treynta y çinco pies de ancho.
Yo por virtud de los poderes que para ello thengo y en nombre de su magestad y como mejor conbenga para el derecho de los conquistadores y pobladores y vezinos y moradores destas dichas provinçias y desta dicha çiudad, hago el dicho nombramiento y les doy, señalo y nombro, en nombre de su magestad por propios suyos y de sus herederos y subcesores, los dichos solares que arriba están declarados para agora y para siempre jamás, para que puedan bender trocar y enajenar y hazer dellos a su voluntad, como cosa abida y thenida por derecho y justo título como esta lo es, guardando en ello y en nada cosa dello las hordenanças de su magestad y porque como he dicho conbiene nombrar la dicha çiudad, y alçar rollo y hacer allcaldes y regidores y demás ofiçios en este dicho asiento para su mejor sustentación por estar de lo que asta oy se ha visto más en comarca de todos los naturales y donde ay más comidas para que menos con bexación de los dichos naturales se puedan sustentar los españoles y de donde se pueda mejor beer y bisitar la tierra y buscar si obiere otro sitio y lugar que sea mejor para poblar la dicha çiudad y para lo que tocare al serviçio de Dios y de su magestad y bien de los naturales y conservaçión de los españoles conqurriendo en el sitio y lugar más calidades que en el sitio y lugar deste, y así mudándose esta dicha çiudad el nombre desta y de allcaldes y rejidores y demás ofiçios tenga donde se mudare que tiene en esta guardándoles los solares a los vezinos y moradores en la parte que en la traça desta los tienen azia los vientos que están señalados en la margen de la dicha traça que es fecha ut supra. Y el dicho señor Capitán y teniente general lo firmó de su nombre. Pedro del Castillo.