En mayo de 1549, Valdivia después de servir a Su Majestad en el Perú, llega a Valparaíso y de inmediato se traslada a Santiago de Chile para retomar nuevamente el cargo de gobernador. El 20/6/1549, Valdivia emite una provisión real y por la cual, faculta a Aguirre a fundar y poblar una ciudad en la zona de La Serena, siendo rubricado y pregonado el acto por el escribano Juan de Cárdenas; quién también, le informa a Villagra que debe prepararse para viajar a Perú.
El
9/7/1549 Valdivia manda en comisión a Villagra, para que reclute hombres, traiga caballos y se entreviste con Gasca para informarle de la situación en Chile. Para ello lo embarca en una fragata con destino al Perú; además, le ordena que a su regreso ingrese a la región del Tucumán y reclame el territorio por corresponderle a la gobernación de Chile.
Una vez llegado a la ciudad de los Reyes, Villagra tiene una entrevista con Gasca, quien, lo excime de culpa y cargo por la muerte de Sancho de la Hoz y, a su vez, le emite una provisión real en donde le encomienda los decubrimientos que haga en la región del Yungulo (Noroeste de Argentina), haciéndole entrega de pertrecho y dineros para que inicie su vuelta a Chile. El martes 20/8/1549, Villagra pregona la provisión correspondiente y comienza a reclutar hombres para su expedición.
Entre tanto, Aguirre llega a La Serena y retoma el control de la región que había sido despoblada por los enfrentamientos con los aborígenes de la zona y el 26/8/1549, funda la ciudad de San Bartolomé de La Serena, siendo testigos: Gonzalo de Peñaloza, Diego de Rojas, Cristóbal Martín, Esteban de Zabala y rubricado por el escribano Juan González.
El 15/9/1549 Valdivia sale al campo con algunos soldados y tiene un accidente, siendo despedido por su caballo, el cual, se le cae encima y le rompe todos los dedos del pie derecho, por lo que debe reposar en cama durante 3 meses. El 20/12/1549,
Valdivia asume nuevamente la gobernación de Chile y
dicta su testamento debido a que no se encontraba bien de salud a raíz de su accidente; y en el cual, al momento de su muerte es su voluntad que lo suceda en el cargo el capitán Jerónimo de Alderete y para el caso que Valdivia deje alguna deuda en vida será su responsabilidad pagarla con sus encomiendas y hacienda, Alderete no acepta tal condición y entonces se incluye en la lista sucesoria a Aguirre y en tercer lugar a Villagra. Entre tanto, Valdivia se traslada con un contingente al sur de Chile y el 5/10/1550, funda la ciudad de Concepción del Nuevo Extremo (Chile) frente a las costas del Pacífico, creando el Cabildo de la ciudad y repartiendo solares entre los 40 vecinos y soldados con los cuales había llegado a la región.
Cumpliendo con la real provisión dada por la Real Audiencia de Lima, Nuñez del Prado, organiza una expedición con la que ha de colonizar la región del Tucumán; para ello, comienza a reclutar hombres en la ciudad de Potosí (Bolivia), luego de algunos días, logra reunir una fuerza de 90 soldados y decide dar inicio a la expedición. Mientras tanto, deja a cargo del campamento a su maestre de campo Juan de Santa Cruz para que junte algunos hombres más y luego se los envíe para reforzar la expedición. Nuñez del Prado llega al valle de Chicoana (Bolivia) y allí levanta un campamento a la espera de los refuerzos que debe enviar Santa Cruz. A su vez, Villagra comienza a reclutar hombres en Lima con engaños, diciéndoles de las grandes riquezas que hay en Chile; luego de un tiempo, logra reunir una fuerza de 100 soldados y emprende su regreso en dirección sureste, para volver a Chile previo paso por la región del Tucumán.
Villagra llega a la ciudad de Huamanga en donde logra incorporar algunos hombres más a la expedición; después parte con destino al Cuzco. Al llegar se entrevista con el corregidor Juan de Saavedra y le muestra las provisiones emitidas por el licenciado Gasca, a su vez, envía a algunos de sus capitanes al suroeste a las ciudades de Arequipa y Collado, en donde incorporan más soldados. Llegados los capitanes, Villagra y la expedición siguen su marcha y llegan a Potosí y se encuentran con Santa Cruz, quien está abocado a la tarea de reclutar más hombres para Nuñez del Prado. Antes de seguir su camino, Villagra se reúne con el comerciante Juan Vélez de Lara quien le da en préstamo 30.000 $ en oro y ropa; también, recibe 8.000 $ en oro de Antón de Luna; y, Juan de Oviedo, Alonso de Moya y Antonio Nuñez, le hacen sendos préstamos de ropa y oro.
En la villa de Plata (Potosí), el corregidor Esquivel le ordena a Villagra que deje en libertad aquellos aborígenes que no quieren participar de la expedición. Es aquí donde Villagra se hace de los pertrechos y dineros necesarios que le faltaban para continuar con su largo viaje hacia Chile. Luego de unos días, emprende su marcha y llega al valle de Sococha (Bolivia); allí, Villagra le ordena a su maestre de campo, Gabriel de Villagra, que se dirija a Cotagaita (Bolivia) a la espera de Santa Cruz; allí, se encuentran con el alguacil Martín Monje, enviado por el licenciado Polo Ondegardo (Corregidor de Charcas) y le ordena a Villagra que le quite las cadenas a los aborígenes que lleva. Villagra no hace caso de la orden y se dirige al sur y llega a Humahuaca (Jujuy - Argentina); después pasan por Esteco, en donde, por el gran hambre que tienen deciden sacrificar algunos caballos y perros para alimentarse; desde allí, recorre 20 leguas hasta llegar a la provincia de Tuama.
Preocupado porque los refuerzos no llegan, Nuñez del Prado, envía a Miguel de Ardiles y Nicolás Carrizo, junto a 30 soldados a Potosí. Al mismo tiempo, Santa Cruz parte desde Potosí con algunos refuerzos más y luego de algunos días de marcha se encuentra con Ardiles y Carrizo en Cotagaita. A su vez, Nuñez del Prado y el resto de la expedición siguen en dirección sur, con el fin de llegar al Tucumán. El 24/6/1550, Gabriel de Villagra y 60 hombres, toman por sorpresa el campamento de Santa Cruz y tras un breve enfrentamiento se hacen del control de la situación, quitándole sus armas, pólvora, caballos y 28 hombres, dejando a Santa Cruz, Ardiles y Carrizo de a pie y librados a su suerte.
El 29/6/1550, luego de varios enfrentamientos con aborígenes de la región, Nuñez del Prado llega a destino y funda la ciudad del Barco (Santiago del Estero - Argentina, hoy Monteros al sur de Tucumán). Luego de nombrar el Cabildo de la ciudad y de realizar el repartimiento de tierras, Nuñez del Prado, envía al alcalde Martín de Rentería a explorar las zonas de Macherata, Collagasta, Mocata, Ligasta y Tomagasta (Tucumán - Argentina), siendo recibido cordialmente por los aborígenes de la región.
Llegado Gabriel de Villagra a Jujuy, junto a las tropas que habían desertado de Santa Cruz, sumado a las que ya tenía Villagra logran reunir unos 180 hombres, que después de reorganizarse parten y llegan al asiento de Tomagasta a fines de octubre de 1550, tomándola por la fuerza y sometiendo a los aborígenes del lugar.

A principios de noviembre, Nuñez del Prado, le ordena a Rentería que vaya nuevamente a visitar a los caciques comarcanos para afianzar los lazos de amistad. El 10/11/1550, Rentería levanta un campamento en el pueblo de Tepiro y un cacique amigo le informa que en Tomogasta hay soldados españoles que han sitiado la ciudad. Este día, Rentería llega a Tomagasta al cuarto de alba y se encuentra con Villagra y 100 hombres a su mando, se produce un enfrentamiento y, Rentería derrotado decide regresar a la ciudad del Barco, informándole a Nuñez del Prado que Tomagasta ha sido invadida por intrusos españoles. Al llegar Rentería a la ciudad se encuentra con Rui Sánchez de Vargas y este le informa que Gabriel de Villagra había sometido a Santa Cruz en Cotagaita. De inmediato, Nuñez del Prado organiza una expedición y se encaminan a Tomagasta, al llegar al lugar se da cuenta que el invasor es Villagra; entonces, visto y considerando que su situación es complicada, decide volver a la ciudad del Barco y envía a fray Alonso Trueno, de la Orden de Santo Domingo y 3 regidores del Cabildo de la ciudad para que hablen con Villagra. Los 3 regidores no son recibidos por Villagra, pero si el fraile, quien tras una entrevista no logra disuadirlo de su actitud. Haciendo caso omiso de los consejos del cura, Villagra se encamina a la ciudad del Barco para sitiarla. Al llegar a ella, Villagra y los expedicionarios se alojan en la casa de Lorenzo Diez y Lorenzo del Arco; entonces, Nuñez del Prado se presenta ante Villagra y sin oponer resistencia le solicita una entrevista. En la reunión, Villagra obliga a Nuñez del Prado a dejar la ciudad y que la misma quede dentro de la jurisdicción del reino de Chile y al mando del gobernador Valdivia.
Apaciguado los ánimos y con la ciudad bajo su control, Villagra reorganiza su ejército y se apropia de 800 aborígenes que estaban bajo el mando del cacique Lindo. Esa noche previo a su partida, Villagra manda a quemar la casa del Cacique con toda su familia y criados dentro. A partir de ello, Villagra decide volver a Chile a fin de cumplir con las órdenes de Valdivia, entonces, parte desde la ciudad del Barco, teniendo las siguientes posibilidades para llegar a su destino:
A) Al oeste pasando por Tucumán, luego Catamarca y después La Rioja (Argentina).
B) Al suroeste pasando por el sur de Catamarca y sur de La Rioja.
C) Al sur pasando por Córdoba (Argentina)...
Varios hombres que habían sido reclutados por Santa Cruz y Nuñez del Prado se incorporan a la expedición de Villagra y queda conformada por:
Alonso de Reinoso (maestre de campo), Alonso Hidalgo, Antonio de Bilbao, Baltasar de León, Baltasar Méndez, Bartolomé de Arenas, Bernardino de Mella, Cristóbal Varela, Cristóbal Rodríguez, Cristóbal Ruiz de la Ribera, ¿Cristóbal y Francisco de Buiza?, Diego de Maldonado, Diego Ortiz de Gatica, Diego de Herrera, Diego de Arana, Diego Cano, Diego de Rojas, Diego de Frías, Francisco Hernández, Gabriel de Villagra (maestre de campo), Gaspar de Villagra, García de Alvarado, Gaspar Pérez, Gonzalo Hernandez, García de Corrales, Hernando de Alvarado, Hernán Pérez de Quesada, Hernán Rodríguez, Juan Sanchez de Alvarado, ¿Lope de la Peña?, Juan Martin Gil, Juan de Lazarte, Jerónimo de Ayala, Juan de Matienzo, Juan Fernández, Jerónimo Nuñez, Juan Jiménez, Lorenzo Bernal de Mercado, Luis Bonifacio (clérigo - vicario general), Miguel de Avendaño y Velasco, Martín Hernández, Nuño de Abrego, Pedro de Salinas, Pedro de Avendaño, Pedro Guajardo y su esposa Elena Gómez, Pedro de Aguayo, Pedro de Rueda, Pedro de Castro, Sancho García, Salvador Martín, Sebastián Gonzalez, Tristán Sanchez y otros...
Los expedicionarios parten de la ciudad del Barco en la provincia de los Juries y llegan hasta la provincia de los Comechingones (Córdoba - La Rioja y San Juan). Por consejo del aborígen que los guía, quien afirma conocer grandes riquezas en la zona, la expedición se divide en dos grupos:
El primero al mando de Francisco de Villagra y conformado por 100 hombres:
Alonso de Reinoso, Baltasar Méndez, Bartolomé de Arenas, Cristóbal Varela, Diego de Maldonado, Diego Cano, Diego de Frías, Diego de Herrera, el vicario Luis Bonifacio, Miguel de Velasco y Avendaño, Martín Hernández, Pedro de Avendaño, Sancho García y otros...
El segundo al mando de Gabriel de Villagra y conformado por:
Alonso Hidalgo, Antonio de Bilbao, Cristóbal Rodriguez, Diego de Arana, Francisco Hernández, Hernán Rodriguez, Juan Fernández, Pedro de Castro y otros...
El primer grupo, inicia su marcha en dirección suroeste con el obejtivo de descubrir la provincia de Yungulo a espaldas de la cordillera y que había sido dada en merced a Villagra por Gasca. Al cabo de unos días, Villagra descubre el río Bermejo y viendo que no hay tales riquezas en la zona, decide asesinar al aborígen que los guía y le lanza su perro a otro aborígen que escapaba y lo mata.
El segundo grupo, se ubica en la retaguardia en la provincia de los Comechingones y lo sigue detrás a una distancia de 100 leguas. El día de San Juan (Evangelista, 27/12/1550) y a pedido de sus hombres, le solicitan esperar y marchar al otro día por ser fiesta de guardar; Gabriel de Villagra hace caso omiso al pedido y parte en la mañana temprano con un día claro y soleado, pero, después de recorrer una legua y media, se desata una tormenta de granizo, viento frío y niebla; después de la cual la expedición pierde varios caballos y mueren 200 aborígenes según dice Tristan Sanchez. Por otro lado, el primer grupo al mando de Villagra ya se encuentra en el
Valle de Ayo (Cuyo - Mendoza).
En los primeros meses de 1551, ambos grupos se encuentran en Cuyo buscando un camino para cruzar a Chile. Enterado Huchiquimi de la llegada de los invasores, se enfrenta a los españoles en la zona de Taitanquen, perdiendo la vida en la contienda. Villagra somete a los aborígenes de la región; a su vez, Inchuacce, esposa de Huchiquimi y su hijo Ayguil, y como es costumbre entre los aborígenes de la región (levirato), se transforma en la esposa del cacique Achagua, hermano de Huchiquimi; trasladándose a las Lagunas de Guanacache junto a su nuevo esposo. Luego de sometidos, son los Huarpes los que le informan que hay más gentes (tribus) en el camino que va a la Mar del Norte (Patagonia - Argentina).
El 18/5/1551, Villagra escribe una carta para el gobernador Valdivia y manda a Diego de Maldonado, Baltasar Méndez, Bartolomé de Arenas y 5 hombres más a Chile, para anoticar al gobernador Valdivia de los sucesos acontecidos en la zona y a la espera de instrucciones, ya sea para seguir descubriendo nuevas provincias o en su defecto volver a Chile. Los 9 hombres llegan a la cordillera de Los Andes (Uspallata - Las Heras) y desde allí siguen por el Camino del Inca, y viendo que se encuentra sin nieve, deciden cruzarla y llegan hasta un pueblo llamado Aconcagua (Chile).
En espera de una respuesta de Valdivia, Villagra organiza una expedición y junta a 60 de sus hombres, entre los que iba Miguel de Avendaño. Emprenden viaje hacia el sur; pasando por los valles de Cabay (Luján de Cuyo), Uco (Tupungato y Tunuyán - Mendoza) hasta llegar al río Diamante (limite entre San Carlos y San Rafael - Mendoza), en donde se encuentran con una estatua, y algunos aborígenes del lugar dicen que fue hecha por los Incas. Entre tanto, el resto de los hombres se quedan apostados en Cuyo, al mando de Gabriel de Villagra. Al regreso de la travesía, Villagra comenta que en la misma ha perdido varios yanaconas y caballos.
Maldonado sigue viaje y arriba a Santiago de Chile, se entrevista con Jerónimo de Alderete; luego de la reunión envía a un mensajero a Concepción para que le entregue la carta de Villagra al gobernador Valdivia. Alderete y Maldonado se quedan en la ciudad a la espera de las órdenes del Gobernador.
Llegado el emisario a Concepción se reúne con Valdivia y le hace entrega de la carta de Villagra; una vez leida, envía nuevamente al mensajero a Santiago de Chile con la orden para que Alderete, Maldonado y sus hombres, vayan a Concepción. A su vez, Valdivia le ordena a Rodrigo de Quiroga que se surta con provisiones, las lleve a Aconcagua y se las envie a Villagra.
Alderete y Maldonado llegan a Concepción y, luego de reunirse con Valdivia, les hace entrega de algunas cartas para que se las envien a Villagra y le avisen que debe retornar a Chile. Maldonado llega a Aconcagua y organiza una expedición con 60 yanaconas para darles las cartas a Villagra. A su vez, Villagra parte desde Cuyo dividiendo la expedición en dos grupos, el primero está a su mando, ordenándole a Miguel de Avendaño que vaya adelante y que con sus caballos y esclavos despeje el Camino del Inca que está cubierto con nieve. En este momento, Maldonado despacha a los yanaconas y se internan en la cordillera. Luego de la partida de los yanaconas, llega a Aconcagua con las provisones Quiroga y se la entrega a Maldonado.
Después de recorrer 9 leguas en la cordillera, los yanaconas de Maldonado se encuentran con Villagra y le hacen entrega de las cartas de Valdivia. Villagra lee las cartas y les dice a los yanaconas que regresen a Aconcagua y envía a un criado suyo que los acompañe, para que vuelvan con provisiones por el gran hambre que están pasando. Los yanaconas llegan a Aconcagua y se hacen de las provisiones, partiendo inmediatamente. Al encontrarse con Villagra, les ordena que sigan y abastezcan con comida al grupo rezagado, mandando a Sancho García para que los acompañe.
La expedición comandada por Villagra cruza la cordillera y luego de un viaje de 700 leguas (3.200 km) de recorrido y 2 años de pasar hambre, sed y grandes necesidades, llegan al valle del Aconcagua el 15/9/1551, siendo recibidos por Maldonado. Desde allí, Villagra despacha un emisario a la ciudad de Concepción y le envía algunas cartas a Valdivia. Leídas las cartas por el Gobernador, envía un emisario y le avisa a Villagra que se traslade a la ciudad de Concepción. A su arribo a la ciudad, Villagra se entrevista con Valdivia y le informa que en la zona descubierta de Cuyo se encuentran tierras fértiles y aborígenes dóciles; además, llega con 185 hombres: soldados, herreros, carpinteros, médicos, cirujanos; 500 cabalgaduras de yeguas, caballos, potros y mulas, muchas cabras y una gran cantidad de yanaconas y negros; siendo, Jerónimo Nuñez, uno de los que más habia invertido en la travesía con 8.000 $.
Valdivia queda debiendo por la expedición más de 60.000 $ y por los servicios prestados, le hace entrega a Villagra de una encomienda de 30.000 aborígenes que están ubicados entre los ríos Tolten y Cauten, siendo en gran beneficio para Villagra, ya que, pasa a cobrar una renta de 100.000 $. A su vez, según Alonso de Torres vecino de La Serena, a raíz que Villagra, trajo caballos y cabras en cantidad, bajaron los precios de estos animales en el mercado, ya que, hasta ese momento los valores ofrecidos eran muy altos.
Para el
25/9/1551, Valdivia le envía una carta al rey Carlos I y según texto original dice:
Dos días después que llegaron estos despachos de V.M., rescibí una carta, de los dieciocho de mayo deste presente año de quinientos cincuenta y uno, del capitán Francisco de Villagra, mi lugarteniente, que, como a V.M. escrebí, luego como di la vuelta de las provincias del Perú, cuando fui a servir contra la rebelión de Pizarro, le despaché con los dineros que pude a que me trajese la gente y caballos que pudiese, y en su compañía envié al capitán Diego Maldonado. Y él fue el que se atrevió con ocho gentiles hombres a atravesar la cordillera por me dar aviso desto, y quiso Dios que la halló sin nieve; escribióme cómo traía doscientos hombres, y entre ellos venían cuatrocientos caballos y yeguas, y quedaba en el paraje de la ciudad de Santiago de la otra parte de la nieve (Cuyo), e que no se determinaba de pasar hasta tener respuesta mía y ver lo que le enviaba a mandar y convenía que hiciese en servicio de V.M.
Enterado de los sucesos acaecidos en el Tucumán y convencido que la ciudad del Barco está dentro de su jurisdicción, el 8/10/1551, el gobernador Valdivia emite una provisión real al capitán Aguirre para que en su nombre se haga del gobierno de la ciudad a cargo de Núñez del Prado. Además, con el fin de extender el territorio de la gobernación de Chile, algunos colonizadores y en forma aislada, comenzaron a realizar viajes al valle de Cuyo y a tener contacto con los aborígenes de la región, para luego terminar llevándolos a Santiago de Chile, con el fin de ponerlos a trabajar bajo sus órdenes.
El 26/6/1552, Valdivia le comunica al Rey que va a elegir a uno de sus capitanes para que lleve a cabo la conquista de Cuyo; entonces, el
6/11/1552 le da instrucciones a
Francisco de Riberos, para que organice una expedición y tome posesión legal de la región, nombrándolo Teniente Gobernador. El
17/11/1552 el gobernador Valdivia, hace entrega al vecino residente en Santiago de Chile,
Juan de Cuevas, de la encomienda de aborígenes del valle de Mahuelturata (Uspallata, Las Cuevas, Punta de Vacas, Las Heras y Potrerillos, Luján de Cuyo), conformada por los caciques y principales:
Ilchuna y Nicha; Cachino, Equilima y Coinincha; con todos sus indios y sujetos, quienes, comienzan a cruzar a Chile para trabajar en los
viñedos que posee Cuevas en la zona del valle de Aconcagua; además, Cuevas recibe encomiendas en el valle de Huantata: conformada por el cacique Tabalque y sus tierras (Area Fundacional, Ciudad de Mendoza) y por el cacique Callaupacatapa y sus tierras en las Lagunas de Guanacache. También, Valdivia hace entrega de encomiendas en Cuyo a Rodrigo de Araya y otros (¿Pedro Gómez de Don Benito?).
En diciembre de 1552, Valdivia organiza una expedición con la intención de llegar a la Mar del Norte y le ordena a Villagra hacerse cargo de la misma. Luego de reunir 70 hombres, entre los que se encontraban:
Alonso de Reinoso (maestre de campo), Alonso Hidalgo, Cristóbal Varela, Diego Cano, Enrique Rodríguez, García de Corrales, Hernando de Alvarado, Jerónimo Nuñez, Jerónimo de Ayala, Lorenzo Bernal de Mercado, Martín Ruiz de Gamboa, Pedro de Avendaño, Sebastián Martínez de Vergara y otros...
Parten desde la ciudad de Villarica hacia el nordeste y cruzan la cordillera de Los Andes (entre el Paso Icalma - Villa Pehuenia en el sur y el Paso Pino Hachado - Las Lajas en el norte, Neuquén - Argentina) y desde allí se dirigen hacia el este (pasando por Zapala y luego por Cutral Co - Neuquén). Después de marchar durante 20 días por caminos intransitables, llegan a dos ríos muy caudalosos que no logran cruzar (confluencia del río Limay y el río Neuquén - Ciudad de Neuquén); entonces, regresan en dirección oeste siguiendo el curso del río Neuquén. A partir de allí y en su afán de descubrir nuevas regiones, ingresan en los grandes valles de Maguei, Champunlle (Neuquén) y, por último, al valle de Malalhue (Malargüe), en donde se encuentran con un fuerte con 20 poelches (Puelches) y al querer hacer amistad con ellos, son atacados por los aborígenes dando muerte a 4 soldados españoles e hiriendo a Gamboa en un ojo y en la pierna; luego del combate, los naturales de la región son sometidos y tomados prisioneros, según cuenta Alonso de Reinoso:
"... é yendo en el dicho descubrimiento pasaron la gran cordillera, é veinte jornadas adelante de ella (+ o - 300 km) poco más, hallaron dos ríos muy caudalosos que fueron parte para los detener sin poder pasar adelante; visto esto, se volvió é tornó á tomar otro camino, en el cual para haber de pasar la sierra fué á dar cuarenta leguas más arriba (200 a 300 km al norte), hacia el estrecho de donde había pasado, por donde atravesó la cordillera con mucho trabajo é los indios de guerra que allí había les defendían el paso ..." (¿ Paso Pehuenche - Malargüe - Mendoza ? ubicado a 290 km al norte del Paso Pino Hachado). A fin de terminar con la travesía, Villagra se encamina a través de la cordillera y al pasar por una huella, su caballo trastabilla y caen juntos al fondo del barranco; sus soldados viendo que no se mueve, piensan que está muerto; luego de unos minutos, se reestablece y continuan con el viaje; cruzan la cordillera y se dirigen a la ciudad de Valdivia. Al llegar, los expedicionarios cuentan que fueron descubiertas muy buenas tierras desconocidas hasta ese momento, quedando esos descubrimientos bajo la jurisdicción de la ciudad de Valdivia.
Mientras tanto, el gobernador Valdivia se traslada a la ciudad de Concepción y organiza su ejército a fin de ordenar y controlar la región, que continuamente es atacada por los Mapuches; allí, el
3/1/1553, emite la provisión real de poblamiento de
Cuyo para Riberos, siendo rubricada por el escribano Antonio Lozano. En ella, Riberos se ha de trasladar a Santiago de Chile, para que la provisión sea pregonada públicamente en la Plaza Mayor; luego, si los vecinos quieren dar gente sea hasta un máximo de 20 y 5 han de ir a caballo; también, Riberos podrá encomendar los aborígenes que encuentre en Cuyo y para aquellos vecinos encomenderos que tienen encomienda en el valle de Uspallata deberán colaborar entregándoselos a Riberos para que se incorporen a la expedición. Una vez fundada la ciudad en Cuyo, Riberos podrá nombrar alcaldes y regidores, como así también, repartir solares y chacras, dando el primer solar para la iglesia mayor que estará bajo la advocación de
San Miguel el Angel (San Miguel Arcángel: patrono de los ejércitos celestiales). Una vez emitida la provisión, Riberos comienza a organizar la expedición y, para ello debe conseguir fondos para comprar provisiones y pertrechos de guerra.
A principios de 1553, por la provisión que había recibido de Valdivia, el capitán Aguirre parte con una expedición desde la ciudad de La Serena, cruza la cordillera de Los Andes y se dirige a la ciudad del Barco con el fin de conquistarla y despojar a Nuñez del Prado del control de la misma; al llegar, Aguirre apresa y deporta a Nuñez del Prado a Chile.
En octubre de 1553, Valdivia funda el fuerte de Tucapel a 19 leguas al este de la ciudad de Concepción, dejando en el lugar a algunos capitanes y soldados para la defensa del mismo. Valdivia regresa a Concepción y emite una provisión real y envía a Riberos a la ciudad de La Serena para que allí comparezca frente a las autoridades del Cabildo de aquella ciudad y le solicite 12.000 $, de los cuales, 6.000 $ serán destinados para la conquista de Cuyo. Riberos arriba a La Serena el 13/11/1553 y después de la sesión correspondiente, le entregan el dinero solicitado. Luego, Riberos envía al escribano Antonio de Valderrama a Tierra Firme (Panamá) en el navío de Campo Rey, para que compre las armas y provisiones necesarias para la conquista de Cuyo; una vez llegado a Panamá, Valderrama consigue mercaderías y pertrechos, entonces, emprende su regreso a Chile y cuando navegaba por la zona de Punta de la Galera (Colombia), el barco que lo transportaba naufraga y pierde toda la carga. Igualmente, Riberos está decidido a colonizar la región y hay mucha gente que quiere acompañarlo, por ser un buen capitán y para evitar ser incorporados a la guerra de Arauco. Muchos de los vecinos se anotan en la lista para la expedición con destino a Cuyo, entre los que se encuentra Juan de Carmona. Al ver Valdivia que cada vez se alistan más hombres, le ordena a Riberos que espere, porque sino, se quedará sin soldados para enfrentar los continuos ataques de los Mapuches.
En Santiago de Chile se reúne el Cabildo el 13/11/1553, y el Procurador le solicita al gobernador Valdivia que amplíe los términos de la ciudad de Santiago de Chile, desde el río Itata hasta Choapa, y desde la Mar (Sur, mar de Chile) hasta la Mar del Norte; en otra sesión, el mismo Procurador le suplica a Valdivia el señalamiento de los siguientes términos: desde Choapa hasta el río Maule y pasando la cordillera de los Andes, por el norte desde el valle de Tucumán y hasta el valle de
Diamante (Cuyo, Mendoza) por el sur. Valdivia confirma la solicitud e impone los términos solicitados.
Con Valdivia en la ciudad de Concepción, el fuerte de Tucapel es atacado por los Mapuches dando muerte a 3 capitanes y algunos soldados; enterado del suceso a partir de una carta enviada por Maldonado, Valdivia se encamina con 50 hombres en defensa del lugar. Al llegar, se encuentra superado en gran número por los aborígenes que al mando del
toki Lautaro le dan muerte el 27/12/1553.
Las autoridades del Cabildo de Concepción envían un emisario a Santiago de Chile, informando la muerte de Valdivia y pidiendo socorro. Al llegar el emisario, las autoridades del Cabildo, nombran a Quiroga para que tome el control de la situación en la capital de la gobernación en forma interina. Entre tanto, Quiroga envía a la ciudad de Concepción a los capitanes Riberos y Gaspar Orense, con soldados y caballos para el sustento de la ciudad, ante esta situación, Riberos desiste de colonizar la región de Cuyo.
En Santiago de Chile, las autoridades del Cabildo abren el testamento de Valdivia y al momento de leer la nómina sucesoria ven que el primero en la lista es Alderete, pero, se encuentra de viaje por España y, Aguirre el segundo, había sido enviado por Valdivia al Tucumán. En ese momento, Villagra envía a Santiago de Chile a Juan Gomez y a Maldonado, para que se entrevisten con las autoridades del Cabildo y lo nombren nuevo Capitán General y Justicia Mayor de Chile. Luego de 40 días, los emisarios regresan con la noticia que no fueron recibidos; entonces, Villagra decide emprender viaje hasta Arauco (sur de Chile). A su vez, la situación de Aguirre en el Tucumán se complica, debido a que, por real cédula del 13/2/1554 emitida por la Real Audiencia de Lima y rubricada por el escribano Francisco Hortigosa de Monjaraz, es repuesto en su cargo de gobernador Nuñez del Prado. Aguirre regresa a La Serena y Villagra viaja a Santiago de Chile. El 25/2/1554, Villagra le envía una carta al Rey en donde hace un detalle de todos sus servicios prestados en los reinos del Perú y Chile.
Ante los sucesos acaecidos, el gobierno de Chile queda acéfalo, es por ello que, las autoridades del Cabildo de Santiago de Chile: Juan Fernandez Alderete y Juan de Cuevas (alcaldes); Diego García de Cáceres, Francisco de Riberos, Rodrigo de Araya, Juan Godinez, Juan Bautista de Pastene y Alonso de Escobar (regidores); rubricado el acto por el escribano Diego de Orúe, se reúnen para elegir al sucesor de Valdivia el 29/8/1554. Los Cabildantes, viendo las marcadas diferencias entre Aguirre y Villagra, deciden convocar a los licenciados: Julián Gutierrez Altamirano y Antonio de las Peñas, para que ellos elijan el nuevo gobernador. Villagra presente en la sesión, aduce que ha sido elegido en 5 provincias (Concepción, Confines, Valdivia, Villarica y La Imperial) para el cargo y, por otro lado, Aguirre reclama como suyo el cargo por haber sido nombrado segundo en la nómina sucesoria por el mismo Valdivia al momento de dictar su testamento. Los licenciados Altamirano y Peñas, viendo que las diferentes regiones de Chile, podrían entrar en conflicto; deciden nombrar a Quiroga el 10/9/1554, como nuevo Gobernador Interino hasta tanto el Rey nombre al sucesor de Valdivia.
El 5/10/1554, estaban de copas las autoridades del Ayuntamiento: Alderete, Cuevas, Cáceres, Godinez, Pastene y Escobar, reunidos en la posada de Villagra; y, estando presente el escribano Orué, Villagra toma por la fuerza la gobernación y se hace nombrar capitán general y justicia mayor de Chile. Comienzan las disputas por el poder entre Aguirre y Villagra.
Para el 10/11/1554, en el asiento y minas de Potosí, se presenta Juan González en nombre y con un poder de Pedro del Castillo ante los Oficiales Reales, el tesorero Francisco de Izázaga y el contador Diego de Ibarra; con una provisión real de Su Majestad en donde ordena se le paguen dos mil pesos oro, contenidos en ocho barras de plata ensayadas y marcadas, que han dado los indios de Macha de tributo este año, que fueron del general Pedro de Hinojosa, difunto, y que ahora le pertenecen a Castillo; siendo rubricado el acto por el escribano Joán Leon, siendo testigos: Juan de Castro, Hernando de Aviles, Gonzalo Cerrato y Pero García.
En España, el Rey emite una provisión real el 29/5/1555 y nombra gobernador de Chile a Jerónimo de Alderete, primero en la nómina sucesoria de Valdivia, ordenándolo además caballero de la Orden de Santiago; con igual fecha, Villagra recibe una carta del Rey, en la que le agradece por los servicios prestados a la Corona Española, pero, le informa que el nombramiento de Gobernador de Chile ya había sido dispuesto para Alderete con anterioridad.
El 15/10/1555, Alderete se embarca de regreso a Chile para asumir en el cargo, en la misma flota que conduce al nuevo virrey del Perú,
Andrés Hurtado de Mendoza y Cabrera. El contingente hace una escala en Panamá y, Alderete se contagia con fiebre amarilla y cae gravemente enfermo, muriendo en la isla de Taboga el 7/4/1556. El 29/6/1556, asume en el cargo de virrey del Perú, Andrés Hurtado.

El 1/1/1557, son nombradas las nuevas autoridades del Cabildo de Santiago de Chile; alcaldes: Juan Fernández de Alderete y Juan Jufré; regidores:
Arnao Cegarra Ponce de León, Francisco de Riberos, Juan Bauptista de Pastene, Juan de Cuevas y Gonzalo de los Ríos; siendo aceptada y en un todo de acuerdo por Villagra.
El Virrey enterado de los problemas y conflictos suscitados entre Aguirre y Villagra, por el control de la gobernación de Chile; nombra el 9/1/1557, a su hijo
García Hurtado de Mendoza y Manriquez como nuevo Gobernador. Para retomar el control de Chile, el Virrey elige a Iñigo de Bocanegra, como encargado de proveer los barcos, mercaderías, caballos y carretas, armas y pertrechos de guerra, para el ejército en formación. Para el 5/3/1557, es conformado un ejército de 500 hombres y 12 clérigos (orden de San Francisco, Santo Domingo y Nuestra Señora de la Merced), integrado entre otros por
Pedro del Castillo, Hernando de la Cueva, Alonso Campofrío de Carvajal, Martin de Santander, Anze de Fabre, Juan de Villegas, Gaspar Ruiz de Rojas, Martín Pérez de Mercotegui, Pedro de Meza,
Juan Pérez de Zurita, Pedro de Lisperguer, Juan Remón, Rafael Guillamas de Mendoza, Miguel Martín, Rodrigo de Vega, Arias Pardo Maldonado, Francisco Becerra, Francisco de Irrazábal, Hernando de Ibarra, Bautista Ventura, Alonso de Ercilla y Zuñiga, Pedro Cortéz y Monroy, Francisco de Niebla, Martín de Herrera Albornoz, Baltazar de Castro, Luis Gonzalez, Alonso Martín, Luis Chirinos de Loaiza, Gaspar Gómez de Acosta, Pedro Ordoñez Delgadillo, Francisco Rengifo, Rodrigo Bravo, Juan de Riva Martin, Luis de Toledo, García de León, Hernando de Santillán, Juan de Bastidas, Baltasar Verdugo, Tristán de Silva Campofrío, Lorenzo Vaca de Silva, Felipe de Mendoza (hermano de García Hurtado) y otros.
Después de organizar las tropas y planificar las diferentes estrategias, García Hurtado se embarca con destino a La Serena con 150 hombres en 4 barcos, uno de los cuales llamado San Luis está al mando del capitán Guillamas; además, envía por tierra a 450 soldados y 500 caballos, para hacerse del control del gobierno y de la región.
Entre tanto, el capitán Castillo recibe la orden de salir con una expedición de pocos hombres y con el objetivo de dar aviso del nombramiento de García Hurtado como nuevo gobernador de Chile en los diferentes pueblos al norte de Chile hasta llegar a la ciudad de La Serena. Para llevar a cabo la misión, Castillo recibe 3 caballos (Costo: un castaño ensillado 150 $, un tordillo ensillado 70 $ y otro caballo ensillado 60 $) y parte desde el Perú con destino a La Serena al mando de una compañia de caballería conformada por 50 arcabuceros. Luego de iniciada la marcha, Castillo pasa por los pueblos de Arica, Turapacá, valle de Pica, valle de Atacama, valle de Copayapo; dando aviso a las autoridades y vecinos que se sometan a la autoridad del nuevo gobernador García Hurtado. Luego, Castillo le ordena a Hernando de Ibarra que se adelante al grueso de la expedición y que llegue hasta la ciudad de La Serena para darle aviso a Aguirre y las autoridades del Cabildo que depongan sus armas; entonces, Ibarra emprende la marcha y al poco de andar, desiste y no hace caso de la orden de Castillo, por lo que es encarcelado al llegar a La Serena. A raíz del desacato, el licenciado Fernando de Santillán le inicia una querella judicial a Ibarra; en la cuál, hacen de testigos el capitán Castillo y Martín Pérez de Mercotegui.
El 23/4/1557, García Hurtado desembarca en La Serena, siendo recibido por los vecinos y se aloja en la casa de Aguirre; dos días después, se presenta ante las autoridades del Cabildo de la ciudad; los alcaldes, Pedro de Cisterna y Alonso de Torres y los regidores, Pedro de Herrera y Sancho García; en la sesión está presente Aguirre, quien es arrestado inmediatamente por García Hurtado.
Luego de reorganizar e imponer su autoridad en la ciudad, organiza una expedición con 100 soldados, entre los que iban el capitán Castillo, Gaspar Ruiz de Rojas, Anzé de Fabre y un clérigo, al mando del capitán Zurita, con una provisión real que lo autoriza a hacerse cargo del Tucumán y pacificar la región. Además, envía por tierra al capitán Remón a la ciudad de Santiago de Chile. García Hurtado se embarca nuevamente en dirección sur llegando a la ciudad de Coquimbo (Chile).
El 6/5/1557, el capitán Remón se presenta ante las autoridades del Cabildo de Santiago de Chile, con una provisión real en donde comunica el nombramiento de García Hurtado como nuevo gobernador de Chile; además, en el mismo acto comparece Meza, comendador de la orden de San Juan; y, presenta una provisión real del nuevo gobernador García Hurtado, en donde lo nombra en el cargo de teniente y justicia mayor de la ciudad de Santiago de Chile, siendo aceptado ambos cargos conforme a derecho por las autoridades del ayuntamiento. El 29/5/1557, el capitán Remón en nombre del gobernador García Hurtado, restituye en su cargo de alcalde del Cabildo de Santiago a Juan Fernández de Alderete y,
Rodrigo de Araya sustituye a Jufré en su cargo de alcalde de segundo voto y lo incorpora al ejército del gobernador, perdiendo así todos los privilegios que había recibido de Valdivia. A su vez, son restituidos en sus cargos de regidores: Cegarra, Cuevas y Riberos, y sustituye a Ríos por Alonso de Escobar y a Pastene por Juan Gomez. Villagra es encarcelado a punta de arcabuz por Remón y Mesa y, todos sus bienes y encomiendas le son quitados y es enviado preso a La Serena en la flota comandada por el capitán Liesperguer.
García Hurtado sigue en su derrotero hacia al sur partiendo del puerto de Coquimbo. El 21/6/1557, Aguirre y Villagra llegan al puerto del Callao (Perú) siendo recibidos por el virrey Andrés Hurtado.
Por orden de García Hurtado, el 5/10/1557, es nombrado el padre Hernando de la Cueva, como nuevo cura y vicario de La Serena, con un sueldo de 700 $ al año.
García Hurtado no desembarca en la ciudad de Santiago de Chile a revalidar su título de gobernador, sino que, sigue en su trayecto hasta la ciudad de Concepción. Al llegar, se establece en la región con el objetivo principal de retomar el control del sur de Chile y el 8/11/1557, tiene su primer enfrentamiento contra los Mapuches comandados por el toki Rengo y el toki Galvarino, en la batalla de Lagunillas.
Debido a que el virrey Andrés Hurtado, tiene grandes diferencias con los funcionarios de la Real Audiencia de Lima, más, el descontento generalizado de los ciudadanos por su forma de gobernar; el rey Felipe II por real cédula del 2/5/1559 decide reemplazarlo con Diego de Acevedo y Fonseca y, ordena también, que ningún barco vaya a América hasta tanto el nuevo Virrey se embarque en España y llegue a Lima. Por carta enviada desde Valladolid (España) el 7/12/1558, se notifica que Villagra ha sido sobreseido de todos los cargos que se le impuntan.
En la ciudad de Villarica (Chile), las autoridades del Cabildo integradas por Pedro del Castillo, Nuno da Silva, Juan de Haro, Juan López, Bernardino Zárate, Juan de Oviedo, Diego Pérez, Iñigo de Naveda y el escribano Francisco Vázquez; envían una carta el
15/1/1559 al Consejo de Indias, en donde hacen mención a la buena labor que está realizando en el reino de Chile el gobernador García Hurtado, indicando que el Gobernador a su llegada a las provincias de Arauco pacificó las ciudades de Concepción, Cañete y Osorno; y, reformó las ciudades de La Imperial, Valdivia y Villarica; y también, pobló la ciudad de Londres en la zona de Nueva Inglaterra (Catamarca); y,
ahora envía a poblar otra ciudad en la provincia de Cuyo.
El licenciado Fernando de Santillán, oidor de la Real Audiencia de Lima, hace una denuncia contra Jufré, en donde lo culpa por hacer una sociedad con algunos criadores de ganado, para labrar y beneficiar las lanas y, las ropas que se confeccionan se reparten entre los encomenderos y los criadores, poniendo a los indios a hilar y tejer, sin darles nada a cambio y, además, se los oprime y encierran. A raíz de ello, García Hurtado emite una serie de ordenanzas en favor de los aborígenes que estén en las ciudades de: Concepción, Imperial, Cañete, Valdivia, Villarica y Osorno.
Por real cédula del rey Felipe II del 15/3/1559,
Villagra es repuesto en su cargo de Gobernador; pero, Andrés y García Hurtado, deben permanecer en ejercicio de sus cargos de Virrey y Gobernador respectivamente; y Villagra con dolores intensos de huesos, no puede retomar sus funciones al frente de la gobernación de Chile, hasta tanto, arribe al Perú el nuevo Virrey designado.
En la ciudad de Villarica, el
7/8/1559, las autoridades del Cabildo encabezadas por Pedro del Castillo, envian otra carta al Consejo de Indias recomendando al gobernador García Hurtado por sus buenas obras; entre las que se incluyen, la pacificación de las ciudades de Concepción, Cañete y Osorno; y, el poblamiento de las provincias de los Diaguitas: Londres y
Mendoza.
El 14/8/1559 en la ciudad de La Serena por orden del gobernador García Hurtado, se reúnen las autoridades del Ayuntamiento; los alcaldes,
Pedro Moyano Cornejo y Luis de Cartagena; y los regidores, Diego Sánchez Morales y Alonso de Torres, para conseguir una casa en la cual instalar un hospital, siendo rubricado el acto por el escribano Nicolás de Garnica.
El nuevo virrey Diego de Acevedo y Fonseca fallece en Bruselas (Bélgica) antes de embarcarse con destino al Perú; en su lugar, es designado
Diego López de Zúñiga y Velazco al frente del virreinato. Retrasado por problemas administrativos, el virrey Zuñiga se embarca en el puerto de Cádiz (España) el 28/1/1560. Al pasar por el istmo de Panamá, se contagia con fiebre tropical y debe esperar allí hasta tanto se mejore de su afección.
Apremiado por la inminente y cercana asunción de Villagra en el cargo de Gobernador; el 7/6/1560 estando en la ciudad de Concepción, García Hurtado firma el nombramiento en favor de Rodrigo de Quiroga en el cargo de Gobernador Interino de Chile. Llegada la noticia de la muerte del virrey Fonseca, García Hurtado, se traslada a Santiago de Chile. Algunos caciques Mapuches, lo siguen en su viaje por considerarlo un buen gobernante y con la intención de informarse acerca de la situación de ellos ante la llegada de Villagra, con el cual habían estado en guerra unos años antes y temían por las represalias del nuevo Gobernador. García Hurtado al llegar a la ciudad, hace aportes de dinero para realizar algunas obras arquitectónicas para organizar la ciudad, logrando recuadar 20.000 $ para ser invertidos en la Iglesia Matriz de la ciudad y, también, destina fondos para la construcción de algunos hospitales y otras obras menores.
Bibliografía
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10) Espejo, Juan Luis (1954): La Provincia de Cuyo del Reino de Chile I y II.
11) Santos Martínez, Pedro (1995): Mapas, planos, croquis y dibujos sobre Cuyo durante el período hispánico (1561 - 1810).
12) Palacios, Ernesto (2018): Mendoza, la ciudad perdida.
X) Archivo General de la Provincia de Mendoza: Carpetas y Documentos (C,D), Protocolos (P).
Y) Archivo de la Nación Argentina.
Z) Archivo Nacional de Chile.