Para el año 1524 Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque, se unen para llevar a cabo una expedición en busca de las tierras del Birú, en el imperio Inca en Perú. Tras 10 años de guerra contra los incaicos, el 23/3/1534, finaliza la conquista militar con la victoria española y la fundación de la ciudad de Cuzco. El 18/1/1535, Pizarro funda la Ciudad de los Reyes (Lima) y se establece en ella; a partir de aquí, comienzan los enfrentamientos por cuestiones de jurisdicción entre Almagro (Cuzco) y Pizarro (Lima); finalizando el conflicto en la batalla de Las Salinas en 1538 con la muerte de Almagro. Pizarro toma el poder y se dedica a consolidar la colonia; entre tanto, Pedro Gutierrez de Valdivia mano derecha de Pizarro, le solicita permiso para organizar una expedición y dirigirse a las tierras ubicadas al sur del Perú en Chile y que había descubierto Almagro en 1536.
Ningún prestamista quiso adelantarle dinero y los 15.000 $ (pesos oro) que pudo reunir para comprar armas y pertrechos se consumieron rápidamente. La empresa peligraba, pero apareció recién llegado de España, Francisco Martínez de Vergara; comerciante que traía para vender en el Perú: esclavos, armas, caballos, vestuario y pólvora. Valdivia le ofrece un porcentaje de las ganancias por las conquistas que realizaran, Vergara acepta y financia la expedición. Valdivia comienza a buscar hombres, pero, se encuentra con el problema que ninguno quiere participar debido a que la región había sido desacreditada por los que habían ido con Almagro algunos años antes y que dieron como resultado, la pérdida de 5.000 hombres (españoles, yanaconas y negros).
En medio de los preparativos, aparece Pedro Sancho de la Hoz, un antiguo secretario de Pizarro, con una provisión real del 8/2/1539, nombrándolo gobernador de las tierras que descubriera en los mares del Sur, siempre que ellas no estuvieran comprendidas en las que se les habían adjudicado a Pizarro, Almagro, Pedro de Mendoza y Francisco de Camargo. Para evitar inconventientes, Pizarro le sugiere a Valdivia y Vergara, que se asocien y lleven a cabo la expedición en conjunto con el recién llegado Sancho de la Hoz. Valdivia nombra como su teniente y capitán a Alonso de Monroy y como maestre de campo a Pedro Gomez de Don Benito, luego, envía a un emisario a la Plata y Porca (Charcas - Bolivia), otro emisario a la Ciudad de los Reyes y Huamanga (talvez se encontraba en la ciudad
Pedro del Castillo, ya que un año antes estaba en el lugar al momento de su fundación), y por último, Valdivia en persona va a la ciudad de Arequipa, para reclutar soldados para la conquista.
Al cabo de 8 meses de preparativos, con 10 hombres y 1.000 aborígenes, Valdivia parte desde Cuzco en enero de 1540. Los expedicionarios inician la marcha por el camino del valle de Arequipa, Moquegua, Tacna; más adelante, se le unen otros hombres y llegando al oasis de Tarapacá, la expedición se incrementa a un total de 70 españoles. En este lugar, se encuentran con los primeros inconvenientes y tras algunos enfrentamientos, muere el maestre de campo Álvar Gómez; además, Vergara debe ser trasladado a Arequipa gravemente herido.
Entre tanto, venía en camino al mando de otro grupo que se incorporaría a la expedición,
Francisco de Aguirre. Valdivia envía un emisario al encuentro de él, con la orden que se encuentren en Atacama. Valdivia parte de Tarapacá con destino a Atacama, al llegar al pueblo de Los Capiruzones, se encuentra con
Francisco de Villagra quien venía de Tarija y de haber estado bajo las órdenes de Pedro de Candia, sumándose al grueso de la expedición de Valdivia, junto con
Juan Jufré, Juan Bohon,
Jerónimo de Alderete, Pedro de Villagra, Juan Fernández de Alderete,
Juan de Cuevas, Rodrigo de Quiroga, el capellán Rodrigo González de Marmolejo y otros.
A principios de junio, Valdivia se adelanta hasta San Pedro de Atacama donde se reuniría con Aguirre que lo esperaba con algunos hombres más. Entre tanto, Valdivia decide acampar en Atacama la Chica, donde aparece el socio desaparecido Sancho de la Hoz junto a Juan y Diego de Guzmán, Antonio de Ulloa y 21 soldados más, con la intención de asesinarlo. En la noche, creyendo entrar en la tienda de Valdivia se introducen en la de Bartolomé Díaz; éste, ignorante de lo que se tramaba, los conduce a la tienda de Valdivia. En la oscuridad no advierten que Valdivia no duerme allí, y al acercarse al lecho son sorprendidos por la voz de Inés de Suárez, la mujer de Valdivia, quien ocupa la cama del conquistador en su ausencia. El campamento se revoluciona con los gritos y pronto acude Luis de Toledo y algunos soldados a prestar ayuda a la dama y casi enseguida, llega Pedro Gómez de Don Benito, quien está a cargo en ausencia de Valdivia y el complot es desbaratado.
Después de 11 meses de penurias, Valdivia y sus hombres llegan en la tarde del 20/12/1540, a orillas del río que los aborígenes llaman Mapuchuco (Mapocho) y funda el 12/2/1541, la ciudad de Santiago de la Nueva Extremadura (Santiago de Chile, Chile) y crea el Cabildo de la ciudad el 7/3/1541, nombrando como Alcaldes: Francisco de Aguirre y Juan Jufré. Regidores: Juan Fernandez Alderete, Juan Bohon, Martín de Solier, Gaspar de Villarroel, Juan Gomez, Jerónimo de Alderete y Francisco de Villagra. Mayordomo: Antonio Zapata. Procurador: Antonio de Pastrana. Escribano: Juan Pinel. Alférez Mayor: Pedro de Miranda. Maestre de Campo: Pedro Gomez de Don Benito. Además, conforman la expedición:
Alonso de Chinchilla, Antonio Tomé Bajano, Antonio de las Peñas, Alonzo Monroi, Alonzo de Córdoba, Alonzo del Campo, Alonzo Salguedo, Antonio Idalgo, Antonio de Ulloa, Antonio Diaz, Alonzo Sanchez, Alvar Nuñez, Alonzo Perez, Antonio Rendon, Antonio Correa, Antonio de Olmedo, Bartolome Márquez, Bartolomé Flores, Bartolomé Muñoz, Bartolomé Rodrigo Gonzalez Marmolejo, Bernabé Rodriguez, Cristóbal de las Cuevas, Diego de Oro, Diego Nuñez, Diego de Zéspedes, Diego Perez Cligo, Diego Medina, Diego Jaimes, Diego García de Cáceres, Diego de Velazco, Esteban Perez, Francisco Riveros, Fernando Ortiz, Francisco Cabrera, Francisco Carretero, Francisco Galdames, Francisco de Riberos, Francisco Raudona, Francisco de Leon, Francisco Ponce de León, Francisco de Arteaga, Gerónimo Bergara, Gabriel de la Cruz, García Diaz, Gil Gomez Dávila, Gerónimo de Vera, Gaspar de las Casas, Gabriel de Salazar, Hernán Pérez, Hernan Vallejos, Juan Negrete, Juan Bolaños, Juan Ruiz, Juan Ortiz, Juan Galaz, Juan Gutierres, Juan Carreño, Juan Perez, Juan Crespo, Juan Cabrera, Juan de Zorbano, Juan de Vera, Juan Godines, Juan Chaves, Juan Pacheco, Juan Funes, Juan Iguera, Juan Samora, Juan Lovos, Juan Alvarez, Jiraldo Gil, Lopez de Landa, Luis de la Peña, Lope de Ayala, Luis de Toledo, Martin de Castro, Marcos Veas, Martin Ibarola, Martin Velasquez, Mateo Dias, Pedro Pantoja, Pedro Gomez, Pascual Ginoves, Pedro Gonzalez, Pedro Dominguez, Pedro de Leon, Pedro Gamboa, Pedro Gomez, Pedro de Villagra, Pedro Sisternas, Ruiz Garcia, Rodrigo de Quiroga, Rodrigo de Araya, Rodrigo Gomez Chugo, Salvador Montoya, Santiago Perez, Santiago de Azocar.
Al mismo tiempo que se produce la caída del Imperio Inca, una guerra civil se desata entre los conquistadores; para concluirla, el rey Carlos I de España firma en Barcelona por Real Cédula del 20/11/1542, las llamadas
Leyes Nuevas de Indias y a partir de ellas, dispone la creación del
Virreinato del Perú en reemplazo de las antiguas gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva León; al mismo tiempo, la sede de la Real Audiencia de Panamá es trasladada a la nueva capital del virreinato en la ciudad de Lima y el 1/3/1543, asume el cargo de virrey Blasco Núñez Vela y Villalba. Con las Leyes Nuevas de Indias, es abolida la institución de la encomienda y es prohibida la esclavitud de los aborígenes; ante esto, se produce una sublevación conocida como la
"Rebelión de los Encomenderos", liderada por Gonzalo Pizarro, quien entra triunfante en Lima el 28/10/1544 y mata al Virrey. Pizarro se hace del control del virreinato y le envía una carta a Valdivia para que se sume a la sublevación y coopere con sus hombres para la formación de un nuevo ejército. El 20/10/1545, el Rey suprime el capítulo 30 de las Leyes Nuevas, donde se prohibe la encomienda hereditaria y para el 16/2/1546, es nombrado Presidente de la Real Audiencia de Lima, el licenciado Pedro de la Gasca.
Enterado Valdivia de la llegada de Gasca, organiza una expedición y se traslada al puerto de Valparaiso (Chile) el 1/12/1547, acompañado entre otros por Jufré; deja a Villagra en Santiago de Chile al mando de la gobernación. Villagra, debe hacer frente a varias rebeliones y la más violenta perjeneada por Sancho de la Hoz; a quién, luego de tomarlo prisionero le aplica la pena capital el 8/12/1547. El 12/12/1547, estando en el barco y presto a zarpar, llega el alférez Agamenón y le informa a Valdivia que Villagra había ejecutado a Sancho de la Hoz, siendo testigo de la noticia Jufré; al otro día, Valdivia y su ejército parte con destino a Andaguailas (Perú). Al llegar, Valdivia y Jufré se reúnen con Gasca, Jerónimo de Alderete y Antonio Beltrán, informándo que Sancho de la Hoz había sido ejecutado por Villagra, a lo que Gasca responde: "...
en verdad que Francisco de Villagra merece que Su Majestad le haga muchas mercedes por tan buena cosa como ha hecho, y si ansí lo hubieran hecho en este reino, no anduviéramos agora en lo que andamos...".
Entre tanto, a raíz de la sublevación de los aborígenes del norte, en la población conocida como La Serena (Chile), Villagra se encamina hacia esa ciudad para castigar a los sublevados y poner en orden la región. A su vez, al otro lado de la cordillera, en
Cuyo (Mendoza - Argentina), en la zona de Locloctuyta (Lagunas de Guanacache - Lavalle - Mendoza); el cacique Peltaguin muere y es sucedido en el cacicazgo por el cacique Tonuta. Uno de los integrantes de su tribu, Huchiquimi, parte con destino al valle de Huantata (Gran Mendoza) para desposarse con Inchuacce, que pertenece a la tribu del cacique Gues. A partir de la unión de la pareja, engendran un hijo al que ponen por nombre Ayguil y se quedan a vivir en la zona de Taitanquen (Belgrano y El Bermejo - Guaymallén - Mendoza). Además, el cacique Goazap le vende al cacique Pilectay y, a su esposa Estepe y su hijo Goaimalle, las tierras de Anancat (San José y Nueva Ciudad - Guaymallén) que son regadas por la Acequia de Goazap Mayu (+ o - calles Las Cañas y Allayme - Guaymallén), a cambio de una oveja de la tierra (guanaco).
Debido a su basta experiencia en guerra, Valdivia rápidamente se hace del control de las fuerzas leales al Rey y, comienza a ganarse varios enemigos dentro de su mismo ejército y que habían llegado junto a él desde Chile. Luego de varios enfrentamientos entre las fuerzas reales y las rebeldes, el 9/4/1548, en la batalla de Xaquixahuana (Perú) a 25 km de la ciudad de Cuzco, gracias a la información dada por el desertor
Juan Nuñez del Prado; las fuerzas comandadas por Gonzalo Pizarro son vencidas.
A fines de mayo de 1548, entra al puerto de Valparaíso una fragata que traía a bordo a Jufré, quien había sido enviado por Gasca para anoticiar a las autoridades del Cabildo de Santiago de Chile, que los rebeldes habían sido derrotados y había vuelto la tranquilidad al virreinato. Luego de la noticias traídas por Jufré, las autoridades en Chile, quedan a la espera de su gobernador y, a pesar que Valdivia tiene una destacada actuación contra las fuerzas rebeldes, se le inicia una causa judicial en su contra. Viendo que la situación de Valdivia es complicada, Gasca decide enviarlo de vuelta a Chile, confirmándolo en su cargo de gobernador; pero, no lo absuelve de los cargos por los cuales se le había iniciado una querella en su contra.
Organizado el nuevo virreinato y en recompensa por los servicios prestados, Gasca por real cédula del 19/6/1549, nombra a Nuñez del Prado para que organice una expedición y conquiste la región del Tucumán (Norte de Argentina); siendo rubricada el acta por el escribano Pedro de Avendaño y muy a pesar de Valdivia.
Descubrimiento
En mayo de 1549, Valdivia después de servir a Su Majestad en el Perú, llega a Valparaíso y de inmediato se traslada a Santiago de Chile para retomar nuevamente el cargo de gobernador. El 20/6/1549, Valdivia emite una provisión real y por la cual, faculta a Aguirre a fundar y poblar una ciudad en la zona de La Serena, siendo rubricado y pregonado el acto por el escribano Juan de Cárdenas; quién también, le informa a Villagra que debe prepararse para viajar a Perú.
El
9/7/1549 Valdivia manda en comisión a Villagra, para que reclute hombres, traiga caballos y se entreviste con Gasca para informarle de la situación en Chile. Para ello lo embarca en una fragata con destino al Perú; además, le ordena que a su regreso ingrese a la región del Tucumán y reclame el territorio por corresponderle a la gobernación de Chile.
Una vez llegado a la ciudad de los Reyes, Villagra tiene una entrevista con Gasca, quien, lo excime de culpa y cargo por la muerte de Sancho de la Hoz y, a su vez, le emite una provisión real en donde le encomienda los decubrimientos que haga en la región del Yungulo (Noroeste de Argentina), haciéndole entrega de pertrecho y dineros para que inicie su vuelta a Chile. El martes 20/8/1549, Villagra pregona la provisión correspondiente y comienza a reclutar hombres para su expedición.
Entre tanto, Aguirre llega a La Serena y retoma el control de la región que había sido despoblada por los enfrentamientos con los aborígenes de la zona y el 26/8/1549, funda la ciudad de San Bartolomé de La Serena, siendo testigos: Gonzalo de Peñaloza, Diego de Rojas, Cristóbal Martín, Esteban de Zabala y rubricado por el escribano Juan González.
El 15/9/1549 Valdivia sale al campo con algunos soldados y tiene un accidente, siendo despedido por su caballo, el cual, se le cae encima y le rompe todos los dedos del pie derecho, por lo que debe reposar en cama durante 3 meses. El 20/12/1549,
Valdivia asume nuevamente la gobernación de Chile y
dicta su testamento debido a que no se encontraba bien de salud a raíz de su accidente; y en el cual, al momento de su muerte es su voluntad que lo suceda en el cargo el capitán Jerónimo de Alderete y para el caso que Valdivia deje alguna deuda en vida será su responsabilidad pagarla con sus encomiendas y hacienda, Alderete no acepta tal condición y entonces se incluye en la lista sucesoria a Aguirre y en tercer lugar a Villagra. Entre tanto, Valdivia se traslada con un contingente al sur de Chile y el 5/10/1550, funda la ciudad de Concepción del Nuevo Extremo (Chile) frente a las costas del Pacífico, creando el Cabildo de la ciudad y repartiendo solares entre los 40 vecinos y soldados con los cuales había llegado a la región.
Cumpliendo con la real provisión dada por la Real Audiencia de Lima, Nuñez del Prado, organiza una expedición con la que ha de colonizar la región del Tucumán; para ello, comienza a reclutar hombres en la ciudad de Potosí (Bolivia), luego de algunos días, logra reunir una fuerza de 90 soldados y decide dar inicio a la expedición. Mientras tanto, deja a cargo del campamento a su maestre de campo Juan de Santa Cruz para que junte algunos hombres más y luego se los envíe para reforzar la expedición. Nuñez del Prado llega al valle de Chicoana (Bolivia) y allí levanta un campamento a la espera de los refuerzos que debe enviar Santa Cruz. A su vez, Villagra comienza a reclutar hombres en Lima con engaños, diciéndoles de las grandes riquezas que hay en Chile; luego de un tiempo, logra reunir una fuerza de 100 soldados y emprende su regreso en dirección sureste, para volver a Chile previo paso por la región del Tucumán.
Villagra llega a la ciudad de Huamanga en donde logra incorporar algunos hombres más a la expedición; después parte con destino al Cuzco. Al llegar se entrevista con el corregidor Juan de Saavedra y le muestra las provisiones emitidas por el licenciado Gasca, a su vez, envía a algunos de sus capitanes al suroeste a las ciudades de Arequipa y Collado, en donde incorporan más soldados. Llegados los capitanes, Villagra y la expedición siguen su marcha y llegan a Potosí y se encuentran con Santa Cruz, quien está abocado a la tarea de reclutar más hombres para Nuñez del Prado. Antes de seguir su camino, Villagra se reúne con el comerciante Juan Vélez de Lara quien le da en préstamo 30.000 $ en oro y ropa; también, recibe 8.000 $ en oro de Antón de Luna; y, Juan de Oviedo, Alonso de Moya y Antonio Nuñez, le hacen sendos préstamos de ropa y oro.
En la villa de Plata (Potosí), el corregidor Esquivel le ordena a Villagra que deje en libertad aquellos aborígenes que no quieren participar de la expedición. Es aquí donde Villagra se hace de los pertrechos y dineros necesarios que le faltaban para continuar con su largo viaje hacia Chile. Luego de unos días, emprende su marcha y llega al valle de Sococha (Bolivia); allí, Villagra le ordena a su maestre de campo, Gabriel de Villagra, que se dirija a Cotagaita (Bolivia) a la espera de Santa Cruz; allí, se encuentran con el alguacil Martín Monje, enviado por el licenciado Polo Ondegardo (Corregidor de Charcas) y le ordena a Villagra que le quite las cadenas a los aborígenes que lleva. Villagra no hace caso de la orden y se dirige al sur y llega a Humahuaca (Jujuy - Argentina); después pasan por Esteco, en donde, por el gran hambre que tienen deciden sacrificar algunos caballos y perros para alimentarse; desde allí, recorre 20 leguas hasta llegar a la provincia de Tuama.
Preocupado porque los refuerzos no llegan, Nuñez del Prado, envía a Miguel de Ardiles y Nicolás Carrizo, junto a 30 soldados a Potosí. Al mismo tiempo, Santa Cruz parte desde Potosí con algunos refuerzos más y luego de algunos días de marcha se encuentra con Ardiles y Carrizo en Cotagaita. A su vez, Nuñez del Prado y el resto de la expedición siguen en dirección sur, con el fin de llegar al Tucumán. El 24/6/1550, Gabriel de Villagra y 60 hombres, toman por sorpresa el campamento de Santa Cruz y tras un breve enfrentamiento se hacen del control de la situación, quitándole sus armas, pólvora, caballos y 28 hombres, dejando a Santa Cruz, Ardiles y Carrizo de a pie y librados a su suerte.
El 29/6/1550, luego de varios enfrentamientos con aborígenes de la región, Nuñez del Prado llega a destino y funda la ciudad del Barco (Santiago del Estero - Argentina, hoy Monteros al sur de Tucumán). Luego de nombrar el Cabildo de la ciudad y de realizar el repartimiento de tierras, Nuñez del Prado, envía al alcalde Martín de Rentería a explorar las zonas de Macherata, Collagasta, Mocata, Ligasta y Tomagasta (Tucumán - Argentina), siendo recibido cordialmente por los aborígenes de la región.
Llegado Gabriel de Villagra a Jujuy, junto a las tropas que habían desertado de Santa Cruz, sumado a las que ya tenía Villagra logran reunir unos 180 hombres, que después de reorganizarse parten y llegan al asiento de Tomagasta a fines de octubre de 1550, tomándola por la fuerza y sometiendo a los aborígenes del lugar.
A principios de noviembre, Nuñez del Prado, le ordena a Rentería que vaya nuevamente a visitar a los caciques comarcanos para afianzar los lazos de amistad. El 10/11/1550, Rentería levanta un campamento en el pueblo de Tepiro y un cacique amigo le informa que en Tomogasta hay soldados españoles que han sitiado la ciudad. Este día, Rentería llega a Tomagasta al cuarto de alba y se encuentra con Villagra y 100 hombres a su mando, se produce un enfrentamiento y, Rentería derrotado decide regresar a la ciudad del Barco, informándole a Nuñez del Prado que Tomagasta ha sido invadida por intrusos españoles. Al llegar Rentería a la ciudad se encuentra con Rui Sánchez de Vargas y este le informa que Gabriel de Villagra había sometido a Santa Cruz en Cotagaita. De inmediato, Nuñez del Prado organiza una expedición y se encaminan a Tomagasta, al llegar al lugar se da cuenta que el invasor es Villagra; entonces, visto y considerando que su situación es complicada, decide volver a la ciudad del Barco y envía a fray Alonso Trueno, de la Orden de Santo Domingo y 3 regidores del Cabildo de la ciudad para que hablen con Villagra. Los 3 regidores no son recibidos por Villagra, pero si el fraile, quien tras una entrevista no logra disuadirlo de su actitud. Haciendo caso omiso de los consejos del cura, Villagra se encamina a la ciudad del Barco para sitiarla. Al llegar a ella, Villagra y los expedicionarios se alojan en la casa de Lorenzo Diez y Lorenzo del Arco; entonces, Nuñez del Prado se presenta ante Villagra y sin oponer resistencia le solicita una entrevista. En la reunión, Villagra obliga a Nuñez del Prado a dejar la ciudad y que la misma quede dentro de la jurisdicción del reino de Chile y al mando del gobernador Valdivia.
Apaciguado los ánimos y con la ciudad bajo su control, Villagra reorganiza su ejército y se apropia de 800 aborígenes que estaban bajo el mando del cacique Lindo. Esa noche previo a su partida, Villagra manda a quemar la casa del Cacique con toda su familia y criados dentro. A partir de ello, Villagra decide volver a Chile a fin de cumplir con las órdenes de Valdivia, entonces, parte desde la ciudad del Barco, teniendo las siguientes posibilidades para llegar a su destino:
A) Al oeste pasando por Tucumán, luego Catamarca y después La Rioja (Argentina).
B) Al suroeste pasando por el sur de Catamarca y sur de La Rioja.
C) Al sur pasando por Córdoba (Argentina)...
Varios hombres que habían sido reclutados por Santa Cruz y Nuñez del Prado se incorporan a la expedición de Villagra y queda conformada por:
Alonso de Reinoso (maestre de campo), Alonso Hidalgo, Antonio de Bilbao, Baltasar de León, Baltasar Méndez, Bartolomé de Arenas, Bernardino de Mella, Cristóbal Varela, Cristóbal Rodríguez, Cristóbal Ruiz de la Ribera, ¿Cristóbal y Francisco de Buiza?, Diego de Maldonado, Diego Ortiz de Gatica, Diego de Herrera, Diego de Arana, Diego Cano, Diego de Rojas, Diego de Frías, Francisco Hernández, Gabriel de Villagra (maestre de campo), Gaspar de Villagra, García de Alvarado, Gaspar Pérez, Gonzalo Hernandez, García de Corrales, Hernando de Alvarado, Hernán Pérez de Quesada, Hernán Rodríguez, Juan Sanchez de Alvarado, ¿Lope de la Peña?, Juan Martin Gil, Juan de Lazarte, Jerónimo de Ayala, Juan de Matienzo, Juan Fernández, Jerónimo Nuñez, Juan Jiménez, Lorenzo Bernal de Mercado, Luis Bonifacio (clérigo - vicario general), Miguel de Avendaño y Velasco, Martín Hernández, Nuño de Abrego, Pedro de Salinas, Pedro de Avendaño, Pedro Guajardo y su esposa Elena Gómez, Pedro de Aguayo, Pedro de Rueda, Pedro de Castro, Sancho García, Salvador Martín, Sebastián Gonzalez, Tristán Sanchez y otros...
Los expedicionarios parten de la ciudad del Barco en la provincia de los Juries y llegan hasta la provincia de los Comechingones (Córdoba - La Rioja y San Juan). Por consejo del aborígen que los guía, quien afirma conocer grandes riquezas en la zona, la expedición se divide en dos grupos:
El primero al mando de Francisco de Villagra y conformado por 100 hombres:
Alonso de Reinoso, Baltasar Méndez, Bartolomé de Arenas, Cristóbal Varela, Diego de Maldonado, Diego Cano, Diego de Frías, Diego de Herrera, el vicario Luis Bonifacio, Miguel de Velasco y Avendaño, Martín Hernández, Pedro de Avendaño, Sancho García y otros...
El segundo al mando de Gabriel de Villagra y conformado por:
Alonso Hidalgo, Antonio de Bilbao, Cristóbal Rodriguez, Diego de Arana, Francisco Hernández, Hernán Rodriguez, Juan Fernández, Pedro de Castro y otros...
El primer grupo, inicia su marcha en dirección suroeste con el obejtivo de descubrir la provincia de Yungulo a espaldas de la cordillera y que había sido dada en merced a Villagra por Gasca. Al cabo de unos días, Villagra descubre el río Bermejo y viendo que no hay tales riquezas en la zona, decide asesinar al aborígen que los guía y le lanza su perro a otro aborígen que escapaba y lo mata.
El segundo grupo, se ubica en la retaguardia en la provincia de los Comechingones y lo sigue detrás a una distancia de 100 leguas. El día de San Juan (Evangelista, 27/12/1550) y a pedido de sus hombres, le solicitan esperar y marchar al otro día por ser fiesta de guardar; Gabriel de Villagra hace caso omiso al pedido y parte en la mañana temprano con un día claro y soleado, pero, después de recorrer una legua y media, se desata una tormenta de granizo, viento frío y niebla; después de la cual la expedición pierde varios caballos y mueren 200 aborígenes según dice Tristan Sanchez. Por otro lado, el primer grupo al mando de Villagra ya se encuentra en el
Valle de Ayo (Cuyo - Mendoza).
En los primeros meses de 1551, ambos grupos se encuentran en Cuyo buscando un camino para cruzar a Chile. Enterado Huchiquimi de la llegada de los invasores, se enfrenta a los españoles en la zona de Taitanquen, perdiendo la vida en la contienda. Villagra somete a los aborígenes de la región; a su vez, Inchuacce, esposa de Huchiquimi y su hijo Ayguil, y como es costumbre entre los aborígenes de la región (levirato), se transforma en la esposa del cacique Achagua, hermano de Huchiquimi; trasladándose a las Lagunas de Guanacache junto a su nuevo esposo. Luego de sometidos, son los Huarpes los que le informan que hay más gentes (tribus) en el camino que va a la Mar del Norte (Patagonia - Argentina).
El 18/5/1551, Villagra escribe una carta para el gobernador Valdivia y manda a Diego de Maldonado, Baltasar Méndez, Bartolomé de Arenas y 5 hombres más a Chile, para anoticar al gobernador Valdivia de los sucesos acontecidos en la zona y a la espera de instrucciones, ya sea para seguir descubriendo nuevas provincias o en su defecto volver a Chile. Los 9 hombres llegan a la cordillera de Los Andes (Uspallata - Las Heras) y desde allí siguen por el Camino del Inca, y viendo que se encuentra sin nieve, deciden cruzarla y llegan hasta un pueblo llamado Aconcagua (Chile).
En espera de una respuesta de Valdivia, Villagra organiza una expedición y junta a 60 de sus hombres, entre los que iba Miguel de Avendaño. Emprenden viaje hacia el sur; pasando por los valles de Cabay (Luján de Cuyo), Uco (Tupungato y Tunuyán - Mendoza) hasta llegar al río Diamante (limite entre San Carlos y San Rafael - Mendoza), en donde se encuentran con una estatua, y algunos aborígenes del lugar dicen que fue hecha por los Incas. Entre tanto, el resto de los hombres se quedan apostados en Cuyo, al mando de Gabriel de Villagra. Al regreso de la travesía, Villagra comenta que en la misma ha perdido varios yanaconas y caballos.
Maldonado sigue viaje y arriba a Santiago de Chile, se entrevista con Jerónimo de Alderete; luego de la reunión envía a un mensajero a Concepción para que le entregue la carta de Villagra al gobernador Valdivia. Alderete y Maldonado se quedan en la ciudad a la espera de las órdenes del Gobernador.
Llegado el emisario a Concepción se reúne con Valdivia y le hace entrega de la carta de Villagra; una vez leida, envía nuevamente al mensajero a Santiago de Chile con la orden para que Alderete, Maldonado y sus hombres, vayan a Concepción. A su vez, Valdivia le ordena a Rodrigo de Quiroga que se surta con provisiones, las lleve a Aconcagua y se las envie a Villagra.
Alderete y Maldonado llegan a Concepción y, luego de reunirse con Valdivia, les hace entrega de algunas cartas para que se las envien a Villagra y le avisen que debe retornar a Chile. Maldonado llega a Aconcagua y organiza una expedición con 60 yanaconas para darles las cartas a Villagra. A su vez, Villagra parte desde Cuyo dividiendo la expedición en dos grupos, el primero está a su mando, ordenándole a Miguel de Avendaño que vaya adelante y que con sus caballos y esclavos despeje el Camino del Inca que está cubierto con nieve. En este momento, Maldonado despacha a los yanaconas y se internan en la cordillera. Luego de la partida de los yanaconas, llega a Aconcagua con las provisones Quiroga y se la entrega a Maldonado.
Después de recorrer 9 leguas en la cordillera, los yanaconas de Maldonado se encuentran con Villagra y le hacen entrega de las cartas de Valdivia. Villagra lee las cartas y les dice a los yanaconas que regresen a Aconcagua y envía a un criado suyo que los acompañe, para que vuelvan con provisiones por el gran hambre que están pasando. Los yanaconas llegan a Aconcagua y se hacen de las provisiones, partiendo inmediatamente. Al encontrarse con Villagra, les ordena que sigan y abastezcan con comida al grupo rezagado, mandando a Sancho García para que los acompañe.
La expedición comandada por Villagra cruza la cordillera y luego de un viaje de 700 leguas (3.200 km) de recorrido y 2 años de pasar hambre, sed y grandes necesidades, llegan al valle del Aconcagua el 15/9/1551, siendo recibidos por Maldonado. Desde allí, Villagra despacha un emisario a la ciudad de Concepción y le envía algunas cartas a Valdivia. Leídas las cartas por el Gobernador, envía un emisario y le avisa a Villagra que se traslade a la ciudad de Concepción. A su arribo a la ciudad, Villagra se entrevista con Valdivia y le informa que en la zona descubierta de Cuyo se encuentran tierras fértiles y aborígenes dóciles; además, llega con 185 hombres: soldados, herreros, carpinteros, médicos, cirujanos; 500 cabalgaduras de yeguas, caballos, potros y mulas, muchas cabras y una gran cantidad de yanaconas y negros; siendo, Jerónimo Nuñez, uno de los que más habia invertido en la travesía con 8.000 $.
Valdivia queda debiendo por la expedición más de 60.000 $ y por los servicios prestados, le hace entrega a Villagra de una encomienda de 30.000 aborígenes que están ubicados entre los ríos Tolten y Cauten, siendo en gran beneficio para Villagra, ya que, pasa a cobrar una renta de 100.000 $. A su vez, según Alonso de Torres vecino de La Serena, a raíz que Villagra, trajo caballos y cabras en cantidad, bajaron los precios de estos animales en el mercado, ya que, hasta ese momento los valores ofrecidos eran muy altos.
Para el
25/9/1551, Valdivia le envía una carta al rey Carlos I y según texto original dice:
Dos días después que llegaron estos despachos de V.M., rescibí una carta, de los dieciocho de mayo deste presente año de quinientos cincuenta y uno, del capitán Francisco de Villagra, mi lugarteniente, que, como a V.M. escrebí, luego como di la vuelta de las provincias del Perú, cuando fui a servir contra la rebelión de Pizarro, le despaché con los dineros que pude a que me trajese la gente y caballos que pudiese, y en su compañía envié al capitán Diego Maldonado. Y él fue el que se atrevió con ocho gentiles hombres a atravesar la cordillera por me dar aviso desto, y quiso Dios que la halló sin nieve; escribióme cómo traía doscientos hombres, y entre ellos venían cuatrocientos caballos y yeguas, y quedaba en el paraje de la ciudad de Santiago de la otra parte de la nieve (Cuyo), e que no se determinaba de pasar hasta tener respuesta mía y ver lo que le enviaba a mandar y convenía que hiciese en servicio de V.M.
Enterado de los sucesos acaecidos en el Tucumán y convencido que la ciudad del Barco está dentro de su jurisdicción, el 8/10/1551, el gobernador Valdivia emite una provisión real al capitán Aguirre para que en su nombre se haga del gobierno de la ciudad a cargo de Núñez del Prado. Además, con el fin de extender el territorio de la gobernación de Chile, algunos colonizadores y en forma aislada, comenzaron a realizar viajes al valle de Cuyo y a tener contacto con los aborígenes de la región, para luego terminar llevándolos a Santiago de Chile, con el fin de ponerlos a trabajar bajo sus órdenes.
Poblamiento
El 26/6/1552, Valdivia le comunica al Rey que va a elegir a uno de sus capitanes para que lleve a cabo la conquista de Cuyo; entonces, el
6/11/1552 le da instrucciones a
Francisco de Riberos, para que organice una expedición y tome posesión legal de la región, nombrándolo Teniente Gobernador. El
17/11/1552 el gobernador Valdivia, hace entrega al vecino residente en Santiago de Chile,
Juan de Cuevas, de la encomienda de aborígenes del valle de Mahuelturata (Uspallata, Las Cuevas, Punta de Vacas - Las Heras y Potrerillos, Luján de Cuyo), conformada por los caciques y principales:
Ilchuna y Nicha; Cachino, Equilima y Coinincha; con todos sus indios y sujetos, quienes, comienzan a cruzar a Chile para trabajar en los
viñedos que posee Cuevas en la zona del valle de Aconcagua; además, Cuevas recibe encomiendas en el valle de Huantata: conformada por el cacique Tabalque y sus tierras (Area Fundacional - Ciudad de Mendoza) y por el cacique Callaupacatapa y sus tierras en las Lagunas de Guanacache. También, Valdivia hace entrega de encomiendas en Cuyo a Rodrigo de Araya y otros (¿Pedro Gómez de Don Benito?).
En diciembre de 1552, Valdivia organiza una expedición con la intención de llegar a la Mar del Norte y le ordena a Villagra hacerse cargo de la misma. Luego de reunir 70 hombres, entre los que se encontraban:
Alonso de Reinoso (maestre de campo), Alonso Hidalgo, Cristóbal Varela, Diego Cano, Enrique Rodríguez, García de Corrales, Hernando de Alvarado, Jerónimo Nuñez, Jerónimo de Ayala, Lorenzo Bernal de Mercado, Martín Ruiz de Gamboa, Pedro de Avendaño, Sebastián Martínez de Vergara y otros...
Parten desde la ciudad de Villarica hacia el nordeste y cruzan la cordillera de Los Andes (entre el Paso Icalma - Villa Pehuenia en el sur y el Paso Pino Hachado - Las Lajas en el norte, Neuquén - Argentina) y desde allí se dirigen hacia el este (pasando por Zapala y luego por Cutral Co - Neuquén). Después de marchar durante 20 días por caminos intransitables, llegan a dos ríos muy caudalosos que no logran cruzar (confluencia del río Limay y el río Neuquén - Ciudad de Neuquén); entonces, regresan en dirección oeste siguiendo el curso del río Neuquén. A partir de allí y en su afán de descubrir nuevas regiones, ingresan en los grandes valles de Maguei, Champunlle (Neuquén) y, por último, al valle de Malalhue (Malargüe), en donde se encuentran con un fuerte con 20 poelches (Puelches) y al querer hacer amistad con ellos, son atacados por los aborígenes dando muerte a 4 soldados españoles e hiriendo a Gamboa en un ojo y en la pierna; luego del combate, los naturales de la región son sometidos y tomados prisioneros, según cuenta Alonso de Reinoso:
"... é yendo en el dicho descubrimiento pasaron la gran cordillera, é veinte jornadas adelante de ella (+ o - 300 km) poco más, hallaron dos ríos muy caudalosos que fueron parte para los detener sin poder pasar adelante; visto esto, se volvió é tornó á tomar otro camino, en el cual para haber de pasar la sierra fué á dar cuarenta leguas más arriba (200 a 300 km al norte), hacia el estrecho de donde había pasado, por donde atravesó la cordillera con mucho trabajo é los indios de guerra que allí había les defendían el paso ..." (¿ Paso Pehuenche - Malargüe - Mendoza ? ubicado a 290 km al norte del Paso Pino Hachado). A fin de terminar con la travesía, Villagra se encamina a través de la cordillera y al pasar por una huella, su caballo trastabilla y caen juntos al fondo del barranco; sus soldados viendo que no se mueve, piensan que está muerto; luego de unos minutos, se reestablece y continuan con el viaje; cruzan la cordillera y se dirigen a la ciudad de Valdivia. Al llegar, los expedicionarios cuentan que fueron descubiertas muy buenas tierras desconocidas hasta ese momento, quedando esos descubrimientos bajo la jurisdicción de la ciudad de Valdivia.
Mientras tanto, el gobernador Valdivia se traslada a la ciudad de Concepción y organiza su ejército a fin de ordenar y controlar la región, que continuamente es atacada por los Mapuches; allí, el
3/1/1553, emite la provisión real de poblamiento de
Cuyo para Riberos, siendo rubricada por el escribano Antonio Lozano. En ella, Riberos se ha de trasladar a Santiago de Chile, para que la provisión sea pregonada públicamente en la Plaza Mayor; luego, si los vecinos quieren dar gente sea hasta un máximo de 20 y 5 han de ir a caballo; también, Riberos podrá encomendar los aborígenes que encuentre en Cuyo y para aquellos vecinos encomenderos que tienen encomienda en el valle de Uspallata deberán colaborar entregándoselos a Riberos para que se incorporen a la expedición. Una vez fundada la ciudad en Cuyo, Riberos podrá nombrar alcaldes y regidores, como así también, repartir solares y chacras, dando el primer solar para la iglesia mayor que estará bajo la advocación de
San Miguel el Angel (San Miguel Arcángel: patrono de los ejércitos celestiales). Una vez emitida la provisión, Riberos comienza a organizar la expedición y, para ello debe conseguir fondos para comprar provisiones y pertrechos de guerra.
A principios de 1553, por la provisión que había recibido de Valdivia, el capitán Aguirre parte con una expedición desde la ciudad de La Serena, cruza la cordillera de Los Andes y se dirige a la ciudad del Barco con el fin de conquistarla y despojar a Nuñez del Prado del control de la misma; al llegar, Aguirre apresa y deporta a Nuñez del Prado a Chile.
En octubre de 1553, Valdivia funda el fuerte de Tucapel a 19 leguas al este de la ciudad de Concepción, dejando en el lugar a algunos capitanes y soldados para la defensa del mismo. Valdivia regresa a Concepción y emite una provisión real y envía a Riberos a la ciudad de La Serena para que allí comparezca frente a las autoridades del Cabildo de aquella ciudad y le solicite 12.000 $, de los cuales, 6.000 $ serán destinados para la conquista de Cuyo. Riberos arriba a La Serena el 13/11/1553 y después de la sesión correspondiente, le entregan el dinero solicitado. Luego, Riberos envía al escribano Antonio de Valderrama a Tierra Firme (Panamá) en el navío de Campo Rey, para que compre las armas y provisiones necesarias para la conquista de Cuyo; una vez llegado a Panamá, Valderrama consigue mercaderías y pertrechos, entonces, emprende su regreso a Chile y cuando navegaba por la zona de Punta de la Galera (Colombia), el barco que lo transportaba naufraga y pierde toda la carga. Igualmente, Riberos está decidido a colonizar la región y hay mucha gente que quiere acompañarlo, por ser un buen capitán y para evitar ser incorporados a la guerra de Arauco. Muchos de los vecinos se anotan en la lista para la expedición con destino a Cuyo, entre los que se encuentra Juan de Carmona. Al ver Valdivia que cada vez se alistan más hombres, le ordena a Riberos que espere, porque sino, se quedará sin soldados para enfrentar los continuos ataques de los Mapuches.
En Santiago de Chile se reúne el Cabildo el 13/11/1553, y el Procurador le solicita al gobernador Valdivia que amplíe los términos de la ciudad de Santiago de Chile, desde el río Itata hasta Choapa, y desde la Mar (Sur, mar de Chile) hasta la Mar del Norte; en otra sesión, el mismo Procurador le suplica a Valdivia el señalamiento de los siguientes términos: desde Choapa hasta el río Maule y pasando la cordillera de los Andes, por el norte desde el valle de Tucumán y hasta el valle de
Diamante (Cuyo, Mendoza) por el sur. Valdivia confirma la solicitud e impone los términos solicitados.
Con Valdivia en la ciudad de Concepción, el fuerte de Tucapel es atacado por los Mapuches dando muerte a 3 capitanes y algunos soldados; enterado del suceso a partir de una carta enviada por Maldonado, Valdivia se encamina con 50 hombres en defensa del lugar. Al llegar, se encuentra superado en gran número por los aborígenes que al mando del
toki Lautaro le dan muerte el 27/12/1553.
Las autoridades del Cabildo de Concepción envían un emisario a Santiago de Chile, informando la muerte de Valdivia y pidiendo socorro. Al llegar el emisario, las autoridades del Cabildo, nombran a Quiroga para que tome el control de la situación en la capital de la gobernación en forma interina. Entre tanto, Quiroga envía a la ciudad de Concepción a los capitanes Riberos y Gaspar Orense, con soldados y caballos para el sustento de la ciudad, ante esta situación, Riberos desiste de colonizar la región de Cuyo.
En Santiago de Chile, las autoridades del Cabildo abren el testamento de Valdivia y al momento de leer la nómina sucesoria ven que el primero en la lista es Alderete, pero, se encuentra de viaje por España y, Aguirre el segundo, había sido enviado por Valdivia al Tucumán. En ese momento, Villagra envía a Santiago de Chile a Juan Gomez y a Maldonado, para que se entrevisten con las autoridades del Cabildo y lo nombren nuevo Capitán General y Justicia Mayor de Chile. Luego de 40 días, los emisarios regresan con la noticia que no fueron recibidos; entonces, Villagra decide emprender viaje hasta Arauco (sur de Chile). A su vez, la situación de Aguirre en el Tucumán se complica, debido a que, por real cédula del 13/2/1554 emitida por la Real Audiencia de Lima y rubricada por el escribano Francisco Hortigosa de Monjaraz, es repuesto en su cargo de gobernador Nuñez del Prado. Aguirre regresa a La Serena y Villagra viaja a Santiago de Chile. El 25/2/1554, Villagra le envía una carta al Rey en donde hace un detalle de todos sus servicios prestados en los reinos del Perú y Chile.
Ante los sucesos acaecidos, el gobierno de Chile queda acéfalo, es por ello que, las autoridades del Cabildo de Santiago de Chile: Juan Fernandez Alderete y Juan de Cuevas (alcaldes); Diego García de Cáceres, Francisco de Riberos, Rodrigo de Araya, Juan Godinez, Juan Bautista de Pastene y Alonso de Escobar (regidores); rubricado el acto por el escribano Diego de Orúe, se reúnen para elegir al sucesor de Valdivia el 29/8/1554. Los Cabildantes, viendo las marcadas diferencias entre Aguirre y Villagra, deciden convocar a los licenciados: Julián Gutierrez Altamirano y Antonio de las Peñas, para que ellos elijan el nuevo gobernador. Villagra presente en la sesión, aduce que ha sido elegido en 5 provincias (Concepción, Confines, Valdivia, Villarica y La Imperial) para el cargo y, por otro lado, Aguirre reclama como suyo el cargo por haber sido nombrado segundo en la nómina sucesoria por el mismo Valdivia al momento de dictar su testamento. Los licenciados Altamirano y Peñas, viendo que las diferentes regiones de Chile, podrían entrar en conflicto; deciden nombrar a Quiroga el 10/9/1554, como nuevo Gobernador Interino hasta tanto el Rey nombre al sucesor de Valdivia.
El 5/10/1554, estaban de copas las autoridades del Ayuntamiento: Alderete, Cuevas, Cáceres, Godinez, Pastene y Escobar, reunidos en la posada de Villagra; y, estando presente el escribano Orué, Villagra toma por la fuerza la gobernación y se hace nombrar capitán general y justicia mayor de Chile. Comienzan las disputas por el poder entre Aguirre y Villagra.
Para el 10/11/1554, en el asiento y minas de Potosí, se presenta Juan González en nombre y con un poder de Pedro del Castillo ante los Oficiales Reales, el tesorero Francisco de Izázaga y el contador Diego de Ibarra; con una provisión real de Su Majestad en donde ordena se le paguen dos mil pesos oro, contenidos en ocho barras de plata ensayadas y marcadas, que han dado los indios de Macha de tributo este año, que fueron del general Pedro de Hinojosa, difunto, y que ahora le pertenecen a Castillo; siendo rubricado el acto por el escribano Joán Leon, siendo testigos: Juan de Castro, Hernando de Aviles, Gonzalo Cerrato y Pero García.
En España, el Rey emite una provisión real el 29/5/1555 y nombra gobernador de Chile a Jerónimo de Alderete, primero en la nómina sucesoria de Valdivia, ordenándolo además caballero de la Orden de Santiago; con igual fecha, Villagra recibe una carta del Rey, en la que le agradece por los servicios prestados a la Corona Española, pero, le informa que el nombramiento de Gobernador de Chile ya había sido dispuesto para Alderete con anterioridad.
El 15/10/1555, Alderete se embarca de regreso a Chile para asumir en el cargo, en la misma flota que conduce al nuevo virrey del Perú,
Andrés Hurtado de Mendoza y Cabrera. El contingente hace una escala en Panamá y, Alderete se contagia con fiebre amarilla y cae gravemente enfermo, muriendo en la isla de Taboga el 7/4/1556. El 29/6/1556, asume en el cargo de virrey del Perú, Andrés Hurtado.
El 1/1/1557, son nombradas las nuevas autoridades del Cabildo de Santiago de Chile; alcaldes: Juan Fernández de Alderete y Juan Jufré; regidores:
Arnao Cegarra Ponce de León, Francisco de Riberos, Juan Bauptista de Pastene, Juan de Cuevas y Gonzalo de los Ríos; siendo aceptada y en un todo de acuerdo por Villagra.
El Virrey enterado de los problemas y conflictos suscitados entre Aguirre y Villagra, por el control de la gobernación de Chile; nombra el 9/1/1557, a su hijo
García Hurtado de Mendoza y Manriquez como nuevo Gobernador. Para retomar el control de Chile, el Virrey elige a Iñigo de Bocanegra, como encargado de proveer los barcos, mercaderías, caballos y carretas, armas y pertrechos de guerra, para el ejército en formación. Para el 5/3/1557, es conformado un ejército de 500 hombres y 12 clérigos (orden de San Francisco, Santo Domingo y Nuestra Señora de la Merced), integrado entre otros por
Pedro del Castillo, Hernando de la Cueva, Alonso Campofrío de Carvajal, Martin de Santander, Anze de Fabre, Juan de Villegas, Gaspar Ruiz de Rojas, Martín Pérez de Mercotegui, Pedro de Meza,
Juan Pérez de Zurita, Pedro de Lisperguer, Juan Remón, Rafael Guillamas de Mendoza, Miguel Martín, Rodrigo de Vega, Arias Pardo Maldonado, Francisco Becerra, Francisco de Irrazábal, Hernando de Ibarra, Bautista Ventura, Alonso de Ercilla y Zuñiga, Pedro Cortéz y Monroy, Francisco de Niebla, Martín de Herrera Albornoz, Baltazar de Castro, Luis Gonzalez, Alonso Martín, Luis Chirinos de Loaiza, Gaspar Gómez de Acosta, Pedro Ordoñez Delgadillo, Francisco Rengifo, Rodrigo Bravo, Juan de Riva Martin, Luis de Toledo, García de León, Hernando de Santillán, Juan de Bastidas, Baltasar Verdugo, Tristán de Silva Campofrío, Lorenzo Vaca de Silva, Felipe de Mendoza (hermano de García Hurtado) y otros.
Después de organizar las tropas y planificar las diferentes estrategias, García Hurtado se embarca con destino a La Serena con 150 hombres en 4 barcos, uno de los cuales llamado San Luis está al mando del capitán Guillamas; además, envía por tierra a 450 soldados y 500 caballos, para hacerse del control del gobierno y de la región.
Entre tanto, el capitán Castillo recibe la orden de salir con una expedición de pocos hombres y con el objetivo de dar aviso del nombramiento de García Hurtado como nuevo gobernador de Chile en los diferentes pueblos al norte de Chile hasta llegar a la ciudad de La Serena. Para llevar a cabo la misión, Castillo recibe 3 caballos (Costo: un castaño ensillado 150 $, un tordillo ensillado 70 $ y otro caballo ensillado 60 $) y parte desde el Perú con destino a La Serena al mando de una compañia de caballería conformada por 50 arcabuceros. Luego de iniciada la marcha, Castillo pasa por los pueblos de Arica, Turapacá, valle de Pica, valle de Atacama, valle de Copayapo; dando aviso a las autoridades y vecinos que se sometan a la autoridad del nuevo gobernador García Hurtado. Luego, Castillo le ordena a Hernando de Ibarra que se adelante al grueso de la expedición y que llegue hasta la ciudad de La Serena para darle aviso a Aguirre y las autoridades del Cabildo que depongan sus armas; entonces, Ibarra emprende la marcha y al poco de andar, desiste y no hace caso de la orden de Castillo, por lo que es encarcelado al llegar a La Serena. A raíz del desacato, el licenciado Fernando de Santillán le inicia una querella judicial a Ibarra; en la cuál, hacen de testigos el capitán Castillo y Martín Pérez de Mercotegui.
El 23/4/1557, García Hurtado desembarca en La Serena, siendo recibido por los vecinos y se aloja en la casa de Aguirre; dos días después, se presenta ante las autoridades del Cabildo de la ciudad; los alcaldes, Pedro de Cisterna y Alonso de Torres y los regidores, Pedro de Herrera y Sancho García; en la sesión está presente Aguirre, quien es arrestado inmediatamente por García Hurtado.
Luego de reorganizar e imponer su autoridad en la ciudad, organiza una expedición con 100 soldados, entre los que iban el capitán Castillo, Gaspar Ruiz de Rojas, Anzé de Fabre y un clérigo, al mando del capitán Zurita, con una provisión real que lo autoriza a hacerse cargo del Tucumán y pacificar la región. Además, envía por tierra al capitán Remón a la ciudad de Santiago de Chile. García Hurtado se embarca nuevamente en dirección sur llegando a la ciudad de Coquimbo (Chile).
El 6/5/1557, el capitán Remón se presenta ante las autoridades del Cabildo de Santiago de Chile, con una provisión real en donde comunica el nombramiento de García Hurtado como nuevo gobernador de Chile; además, en el mismo acto comparece Meza, comendador de la orden de San Juan; y, presenta una provisión real del nuevo gobernador García Hurtado, en donde lo nombra en el cargo de teniente y justicia mayor de la ciudad de Santiago de Chile, siendo aceptado ambos cargos conforme a derecho por las autoridades del ayuntamiento. El 29/5/1557, el capitán Remón en nombre del gobernador García Hurtado, restituye en su cargo de alcalde del Cabildo de Santiago a Juan Fernández de Alderete y,
Rodrigo de Araya sustituye a Jufré en su cargo de alcalde de segundo voto y lo incorpora al ejército del gobernador, perdiendo así todos los privilegios que había recibido de Valdivia. A su vez, son restituidos en sus cargos de regidores: Cegarra, Cuevas y Riberos, y sustituye a Ríos por Alonso de Escobar y a Pastene por Juan Gomez. Villagra es encarcelado a punta de arcabuz por Remón y Mesa y, todos sus bienes y encomiendas le son quitados y es enviado preso a La Serena en la flota comandada por el capitán Liesperguer.
García Hurtado sigue en su derrotero hacia al sur partiendo del puerto de Coquimbo. El 21/6/1557, Aguirre y Villagra llegan al puerto del Callao (Perú) siendo recibidos por el virrey Andrés Hurtado.
Por orden de García Hurtado, el 5/10/1557, es nombrado el padre Hernando de la Cueva, como nuevo cura y vicario de La Serena, con un sueldo de 700 $ al año.
García Hurtado no desembarca en la ciudad de Santiago de Chile a revalidar su título de gobernador, sino que, sigue en su trayecto hasta la ciudad de Concepción. Al llegar, se establece en la región con el objetivo principal de retomar el control del sur de Chile y el 8/11/1557, tiene su primer enfrentamiento contra los Mapuches comandados por el toki Rengo y el toki Galvarino, en la batalla de Lagunillas.
Debido a que el virrey Andrés Hurtado, tiene grandes diferencias con los funcionarios de la Real Audiencia de Lima, más, el descontento generalizado de los ciudadanos por su forma de gobernar; el rey Felipe II por real cédula del 2/5/1559 decide reemplazarlo con Diego de Acevedo y Fonseca y, ordena también, que ningún barco vaya a América hasta tanto el nuevo Virrey se embarque en España y llegue a Lima. Por carta enviada desde Valladolid (España) el 7/12/1558, se notifica que Villagra ha sido sobreseido de todos los cargos que se le impuntan.
En la ciudad de Villarica (Chile), las autoridades del Cabildo integradas por Pedro del Castillo, Nuno da Silva, Juan de Haro, Juan López, Bernardino Zárate, Juan de Oviedo, Diego Pérez, Iñigo de Naveda y el escribano Francisco Vázquez; envían una carta el
15/1/1559 al Consejo de Indias, en donde hacen mención a la buena labor que está realizando en el reino de Chile el gobernador García Hurtado, indicando que el Gobernador a su llegada a las provincias de Arauco pacificó las ciudades de Concepción, Cañete y Osorno; y, reformó las ciudades de La Imperial, Valdivia y Villarica; y también, pobló la ciudad de Londres en la zona de Nueva Inglaterra (Catamarca); y,
ahora envía a poblar otra ciudad en la provincia de Cuyo.
El licenciado Fernando de Santillán, oidor de la Real Audiencia de Lima, hace una denuncia contra Jufré, en donde lo culpa por hacer una sociedad con algunos criadores de ganado, para labrar y beneficiar las lanas y, las ropas que se confeccionan se reparten entre los encomenderos y los criadores, poniendo a los indios a hilar y tejer, sin darles nada a cambio y, además, se los oprime y encierran. A raíz de ello, García Hurtado emite una serie de ordenanzas en favor de los aborígenes que estén en las ciudades de: Concepción, Imperial, Cañete, Valdivia, Villarica y Osorno.
Por real cédula del rey Felipe II del 15/3/1559,
Villagra es repuesto en su cargo de Gobernador; pero, Andrés y García Hurtado, deben permanecer en ejercicio de sus cargos de Virrey y Gobernador respectivamente; y Villagra con dolores intensos de huesos, no puede retomar sus funciones al frente de la gobernación de Chile, hasta tanto, arribe al Perú el nuevo Virrey designado.
En la ciudad de Villarica, el
7/8/1559, las autoridades del Cabildo encabezadas por Pedro del Castillo, envian otra carta al Consejo de Indias recomendando al gobernador García Hurtado por sus buenas obras; entre las que se incluyen, la pacificación de las ciudades de Concepción, Cañete y Osorno; y, el poblamiento de las provincias de los Diaguitas: Londres y
Mendoza.
El 14/8/1559 en la ciudad de La Serena por orden del gobernador García Hurtado, se reúnen las autoridades del Ayuntamiento; los alcaldes,
Pedro Moyano Cornejo y Luis de Cartagena; y los regidores, Diego Sánchez Morales y Alonso de Torres, para conseguir una casa en la cual instalar un hospital, siendo rubricado el acto por el escribano Nicolás de Garnica.
El nuevo virrey Diego de Acevedo y Fonseca fallece en Bruselas (Bélgica) antes de embarcarse con destino al Perú; en su lugar, es designado
Diego López de Zúñiga y Velazco al frente del virreinato. Retrasado por problemas administrativos, el virrey Zuñiga se embarca en el puerto de Cádiz (España) el 28/1/1560. Al pasar por el istmo de Panamá, se contagia con fiebre tropical y debe esperar allí hasta tanto se mejore de su afección.
Fundación
Apremiado por la inminente y cercana asunción de Villagra en el cargo de Gobernador; el 7/6/1560 estando en la ciudad de Concepción, García Hurtado firma el nombramiento en favor de Rodrigo de Quiroga en el cargo de Gobernador Interino de Chile. Llegada la noticia de la muerte del virrey Fonseca, García Hurtado, se traslada a Santiago de Chile. Algunos caciques Mapuches, lo siguen en su viaje por considerarlo un buen gobernante y con la intención de informarse acerca de la situación de ellos ante la llegada de Villagra, con el cual habían estado en guerra unos años antes y temían por las represalias del nuevo Gobernador. García Hurtado al llegar a la ciudad, hace aportes de dinero para realizar algunas obras arquitectónicas para organizar la ciudad, logrando recuadar 20.000 $ para ser invertidos en la Iglesia Matriz de la ciudad y, también, destina fondos para la construcción de algunos hospitales y otras obras menores.
Entre tanto, algunos
aborígenes del valle de Cuyo llegan a Santiago de Chile a comprar ovejas de Castilla, munidos de oro y plata para pagar las mercancías adquiridas; entonces, piden hablar con García Hurtado y en la entrevista, le solicitan que envie españoles a poblar la región, ya que están cansados de venir a servir a sus encomenderos en Santiago de Chile; y a su vez, dan cuenta que en la zona hay minas de oro y plata.
Cuevas, Araya y otros vecinos que tienen títulos de encomiendas se oponen a la conquista de Cuyo, aduciendo que la región en cuestión está dentro de la jurisdicción del Cabildo de Santiago de Chile y que el gobernador Valdivia había emitido la correspondiente provisión real repartiendo toda la zona entre los vecinos de la ciudad; todo ello asentado en el Libro de Cabildo y que cualquier orden que al respecto diera García Hurtado no se ajustaba a derecho, y sería agraviada por el Procurador y las autoridades del Ayuntamiento.
El 8/9/1560 con graves problemas de salud, Andrés Hurtado emite su testamento en Lima y el 14/9/1560 en franca agonía testa sus bienes y los reparte entre sus familiares; muriendo a los pocos días.
García Hurtado se decide a organizar un contingente y comienza a reclutar hombres y fondos para comprar pertrechos y provisiones, para llevar a cabo la expedición y asi, conquistar el valle de Cuyo y hacerse del control de las supuestas riquezas de aquella región; dando inicio así, a una carrera contra reloj en donde los tiempos lo apuran y motivado por:
A) El afán de conquistar y fundar ciudades.
B) Molestar al descubridor de la región Villagra.
C) La guerra de Arauco contra los Mapuches y la falta de mano de obra aborígen para trabajar.
D) Juan de Cuevas se había hecho del control de la región con sus encomiendas...
E) Participar de la conquista de Cuyo para evitar ser reclutado en la guerra de Arauco...
F) Los Huarpes querían ser colonizados por los españoles...
G) Someter a los Huarpes como mano de obra...
H) La noticia de la existencia de minas de oro y plata...
García Hurtado le ofrece al comendador Meza hacerse cargo de la expedición; pero, se rehúsa aduciendo problemas de enfermedad. En su lugar, nombra el
20/11/1560 a Castillo, como Capitán General y Teniente Gobernador para fundar una ciudad en la región de Cuyo. La expedición es costeada por Castillo y los soldados que participan de la misma, con dinero de su propio bolsillo, sin tocar las arcas de Su Majestad; comprando armas, munciones, pertrechos de guerra y ganado, por lo que Castillo contrae una deuda de 10.000 $. El
11/12/1560, Castillo se presenta ante las autoridades del Cabildo de Santiago de Chile, con los títulos correspondientes que le había otorgado su mandante García Hurtado y le solicita a los licenciados Altamirano y Juan de Escobedo suscriban sujeto a derecho el dicho nombramiento y que lo pregonen públicamente en la ciudad para así anoticiar a los vecinos. Ese mismo día, en presencia del escribano Pedro de Salcedo y por voz de Francisco de Figueroa, es pregonada la provisión correpondiente en la Plaza Mayor, siendo testigos del acto:
Juan de Maturana, Diego García de Cáceres, Gonzalo de los Ríos, Juan Delgado y Pedro de Villagra.
Ante la protesta de los integrantes del Cabildo de Santiago de Chile que tenía jurisdicción sobre Cuyo, García Hurtado en una carta fechada el 17/1/1561, les respondería y expondría en ella, los verdaderos motivos de la fundación de una ciudad en Cuyo; uno de ellos, era que los aborígenes eran obligados a pasar a Chile y cruzar la cordillera de los Andes a riesgo de sus vidas desde el año 1552, y también, para sensarlos y sabér cuántos habían, sumando a ello, que en esos cruces que hacían los aborígenes daban cuenta de la existencia de metales preciosos.
El
24/1/1561, Castillo recibe una última provisión del gobernador, por la cual, es facultado para encomendar aborígenes y repartir tierras en la zona de Cuyo, con el agregado que los integrantes de la expedición que reciban encomiendas, no deberán regresar a Chile a
confirmar los títulos de propiedad, dentro de los 6 meses posteriores a la entrega como era costumbre. Con esta orden, Castillo tiene la libertad absoluta de manejar la región según disponga y, a su vez,
lo complica a Villagra en cualquier decisión a futuro que tome sobre Cuyo cuando asuma como gobernador. La única restricción que García Hurtado impone a Castillo, es la de no entrar en los territorios del Tucumán, por corresponderle al capitán Zurita.
Llevado a cabo todos los preparativos y organizada la gente para el viaje, integrada en su gran mayoría por yanaconas y negros; Castillo parte desde Santiago de Chile en dirección este, con rumbo hacia la cordillera de Los Andes, junto a su expedición conformada por:
Alonso Campofrío de Caravajal, Alonso Moro Xirón, Alonso de Torres, Antonio Cambranes, Antonio Chacón, Anze de Fabre, Bartolomé Copin, Bartolomé Flores, Cristóbal Molina, Diego Cabrera y/o Diego de Frías, Diego Lucero, Federico de Peñaloza, Felipe Inga, Francisco de Urbina, Gaspar de Lemos, Gabriel de Cepeda y Niño, Gabriel de Sosa, Gaspar Ruiz de Rojas, Gerónimo de Sayavedra, Gonzalo Ruiz de Arce, Gonzalo Hernández, Hernando Arias de Sayavedra, Hernando Ruiz de Arce, Juan de Contreras, Juan Eugenio de Mallea, Juan de Maturana, Juan de Rivas, Juan de Villegas, Juan Gómez de Don Benito, Juan Gómes Galán, Juan Gómez Isleño, Juan o Gonzalo Marquez, Juan Martín Gil, Lope de la Peña, Marina Gallego, Martín de Elvira, Martín de Santander, Mateo Dias, Martín Pérez de Mercotegi, Martín Inga, Pedro de Rivas, Pedro de Villegas, Pedro de Zárate, Pedro González de Hevia, Pedro Hernández, Pedro Moyano Cornejo, Pedro o Gonzalo Márquez, Pedro Gueleguelen y Ventura de la Cueva.
Luego de recorrer 12 leguas, llegan al valle del Aconcagua y levantan un campamento. Castillo envía a algunos aborígenes que estaban en el lugar, para que crucen la cordillera y den aviso a los aborígenes que están en Uspallata, que va en camino una expedición con españoles; en ese momento, se incorpora al contingente el padre y vicario Hernando de la Cueva que había sido nombrado por el obispo Rodrigo González. Al volver los emisarios y viendo Castillo que puede proseguir su viaje sin peligro, se reorganiza y realiza el cruce de la cordillera de Los Andes por:
A) El paso de Los Patos (Norte: Ligua - Chile a Calingasta - San Juan).
B) El paso del Aconcagua (Centro: Santa Rosa de Los Andes - Chile a Las Heras - Mendoza)...
C) El paso de El Portillo (Sur: San Gabriel - Chile a Tunuyán - Mendoza).
Pasada la cordillera, Juan Gómez de Don Benito que venía caminando en la retaguardia de la expedición, se encuentra con un cacique que le dice ser de la encomienda de Cuevas y, junto a él, otro cacique que le dice ser de la encomienda de Rodrigo de Araya. Al llegar al valle de Uspallata, los residentes encabezados por el cacique Conecho y su hijo Chacha, reciben a Castillo amistosamente y le ofrecen leña, agua y yerba para sus caballos y ganados. Los expedicionarios se quedan algunos días y hacen amistad con los aborígenes del lugar, entregando algunas objetos o cosillas y hablándoles de la santa fe católica.
A su vez, los aborígenes le dicen que han estado en guerra con otros españoles y le piden a Castillo que los ampare y defienda de ellos. En este momento, Castillo debe tomar una decisión para determinar en qué zona habría de fundar la ciudad en Cuyo. El panorama que tiene en sus manos es por demás complejo, pero, seguramente la decisión ya estaba gestada a partir del conocimiento que tenia Cuevas y algunos vecinos encomenderos de Cuyo que hasta ese momento manipulan el sistema aborígen en beneficio de Su Majestad y en detrimento de Huarpes, Puelches y Pehuenches. La posibles zonas con las cuales cuenta Castillo para fundar una ciudad son las siguientes:
A) Valle de Mahuelturata (Huarpes).
B) Valle de Huanacache (Guanacache, Huarpes).
C) Valle de Huantata (Guentota, Huarpes)...
D) Valle de Uco (Huarpes).
E) Valle de Jaurua (Xaurua, Huarpes).
F) Valle de Diamante (Puelches y Pehuenches).
G) Valle de Malalhue (Puelches y Pehuenches).
Al igual que en el asiento de Aconcagua, Mateo Dias dice que Castillo le pide a los aborígenes que vayan a los asentamientos del valle de Huantata y hablen con los caciques Huarpes, dando aviso de su llegada y así, evitar algún tipo de hostilidad con una parte de los aborígenes y con algunos españoles partidarios de Villagra que tienen encomiendas en Cuyo, como es el caso de Cuevas; y, de las cuales se benefician en gran medida y no están dispuestos a perder.
Una vez que Castillo dispone levantar el campamento, algunos yanaconas que son de la encomienda de Cuevas, entre ellos Chacha, se suman a la expedición y son encomendados a los capitanes Lope de la Peña y Pedro Moyano Cornejo. Diego Lucero, dice que uno de los yanaconas encomendados se queja por la actitud de Castillo y le pide que lo deje regresar a Santiago de Chile a servir a Cuevas. Al momento de tomar la decisión y a partir de Uspallata, Castillo puede haber tomado 3 rutas posibles:
A) Hacia el nordeste: pasando por Villavicencio y luego por Canota (Ruta Provincial 92 - Las Heras)...
B) Hacia el centro-este: pasando por El Challao y luego por Ciudad de Las Heras (Ruta Provincial 13 - Las Heras)...
C) Hacia el sureste: pasando por Potrerillos y luego por Vistalba (Ruta Nacional 7 y 40 - Luján de Cuyo).
Al llegar al valle de Huantata luego de recorrer
10 leguas, Castillo entabla una relación amistosa con los caciques más importantes: Ocoyunta (¿ Coyo o Coyocanta ?),
Allaime, Gueymare (Goaimalle),
Anato, Tabaleste (Tabalque), el gran señor
Esteve (Esteme) y Ayguil, que algunos años antes había perdido a su padre (Huchiquimi) en una batalla contra las fuerzas de Villagra. Se produce un intercambio de obsequios y, con la venia de los naturales de la región, Castillo luego de analizar varios lugares se establece en el valle, por consideralo el más apto por ser lugar fértil y abastecido, no menos sanos en sus aires, que apasible en su entorno.
El 7/2/1561, la Real Audiencia de Lima a cargo interinamente del gobierno del virreinato del Perú, anticipándose a la llegada del nuevo Virrey y que a su vez, traía el nombramiento para Villagra, emite una provisión real en donde le entrega 2.000 $ y lo autoriza a Villagra para que envie un contingente armado al Tucumán y se haga del control de región. Para ello le ordena al capitán Gregorio de Castañeda que consiga gente para organizar una expedición y así emprender su viaje a la gobernación del Tucumán para retomar el control del norte que estaba al mando de Zurita, quien había sido enviado por García Hurtado.
Una vez instalado en el valle de Huantata, Castillo comienza a analizar la situación geográfica del lugar y, lo más importante, con qué acequia iba a abastecerse de agua. Castillo tiene 5 posibilidades hídricas que eran abastecidas por el Río de la Ciudad (Canal Zanjón Cacique Guaymallén), para proveer de agua al ejido público y al ejido para huerta y viña. A partir de la ubicación actual de la plaza Pedro del Castillo y teniendo en cuenta la pendiente del terreno oeste-este y sur-norte:
A) Acequia de Allaime al oeste (calles: Almirante Brown - Godoy Cruz y Tiburcio Benegas - Ciudad de Mendoza).
B) Acequia de Tabalque al centro (calle Salta - Ciudad de Mendoza, luego Acequia de la Ciudad).
C) Acequia que pasa por este Pucará o Anato (Canal Zanjón Cacique Guaymallén, luego Acequia del Molino).
D) Acequia de Goaimalle al este, cruzando por las zonas de Peipolota (+ o - calle Las Cañas - Dorrego y Las Cañas), Anancat (Exacequia de Goazap Mayu, + o - calle Allayme - San José y Nueva Ciudad) y, más al nordeste, Taitanquen (Acequia Alta de Taintanquen, + o - calle Allayme - Belgrano y El Bermejo)...
E) Acequia de los Carrizales (+ o - calle Avellaneda - Guaymallén).
Entonces, a ruego y pedido del cacique
Goaimalle, que era dueño de las tierras de Anancat; las cuáles, habían sido compradas por el padre de Goaimalle (cacique Pilectay) al tío de Esteve (cacique Goazap); y que, al morir Pilectay heredó Goaimalle; y al ser tan pocas las tierras de Anancat y la tribu de Goaimalle tan grande, se fueron extendiendo hasta llegar a las tierras de
Peipolota; en donde,
Castillo y su expedición se establecen. Comienzan los trabajos de mensura de los terrenos, empezando por el predio donde se ubicará la Plaza Mayor y en el centro de ella se erigirá el Rollo de Justicia; con la intención de tomar posesión jurídica del lugar elegido lo antes posible.
En Santiago de Chile, García Hurtado recibe la noticia que su padre, el virrey Andrés Hurtado, había fallecido. Comienza a organizarse para dejar la ciudad y regresar a Lima, confirmando a Quiroga en su reemplazo y en forma interina y a Francisco de Riberos como Teniente de Santiago de Chile. García Hurtado se recluye en el convento de la Orden de San Francisco y envía un pequeño barco de propiedad de Gonzalo de los Ríos hacia Ligua, distante 22 leguas de Santiago de Chile; allí, junto a dos de sus criados se embarca y emprende su regreso a Perú.
El
22/2/1561, el muy magnífico señor capitán teniente general en estas dichas provincias y sus comarcanas por el ilustre señor don García Hurtado de Mendoza, gobernador y capitán general en las provincias de Chile por Su Majestad, y por sus provisiones que para ello tiene, y son notorias, y por ante mi, Juan de Contreras, escribano público y de cabildo en las dichas provincias y testigos suscriptos dijo: que por el dicho proveimiento él ha venido, como al presente comparece, a estas provincias con gentes y cosas necesarias para poblarlas, y en ellas, con buen ejemplo y doctrina cristina, y traer a los naturales de ellas a vivir cristianamente, encomendándolos a cristianos españoles que consigo tienen, y con este santo fin y buen propósito, él, por indios que del camino les ha enviado, les ha hecho las amonestaciones, como Su Majestad lo manda, y los dichos naturales han salido de paz y lo están al presente; por tanto, en nombre de la sacra católica real majestad del rey de Castilla don Felipe, y por aquella vía que de derecho a su real nombre convenga, como su vasallo, tomaba la posesión en el dicho asiento por él y por todas las demás asientos y provincias comarcanas, para que de ellas y en ellas Su Majestad, como su real patrimonio, haga, disponga lo que servido sea; y usando de la dicha posesión en el dicho asiento, quieta y pacíficamente y alzado y tendido de damasco carmesí con una cruz negra, que en sus manos trajo Alonso Campofrío de Caravajal, alférez, dió muchas vueltas a caballo por una
plaza que en el dicho asiento estaba, apellidando él y los demás españoles el real nombre del dicho rey de Castilla, nuestro señor, en cuyo nombre y por quien la dicha posesión tomaba, como su vasallo que era, dando a entender por lengua que se habla en Chile, por Bartolomé Flores (traductor), español, que consigo traía a este su cacique y señor principal del dicho valle y asiento (cacique Esteve) y a otros muchos caciques y principales e indios que al presente estaban, eran y habían de ser vasallos y sujetos al dicho rey don Felipe, nuestro señor, y a la Corona Real de Castilla, para agora y para siempre jamás que el mundo durase, y ellos, por la dicha lengua dijeron: que lo habían entendido y que en su nombre y por los demás caciques y demás indios presentes y de todas demás comarcanas provincias, eran y querían ser vasallos, sujetos al dicho Rey Don Felipe, nuestro señor, y a la Corona Real de Castilla a la cual siempre reconocerían servidumbre, y así lo decían y dirían a sus hijos e indios que de ello no tenían voz, y dieron su mano al dicho señor capitán teniente general en lugar de subjeción y vasallaje al dicho Rey don Felipe, nuestro señor, y a la Corona Real de Castilla, y aprehendida y tomada la dicha posesión quieta y pacíficamente por el dicho capitán y teniente general, y habiéndo pasado y besado muchos de los dichos caciques debajo del estandarte real, se les dijo por la dicha lengua que él venía y había venido a poblar las dichas provincias, a los amparara y no vejar, a doctrinar en las cosas de nuestra santa fe católica, y usando con ellos en el hacer justicia lo que con sus hermanos españoles cristianos que traía, y que si por alguno de ellos y por otra persona les fuese hecho algún agravio, se viniese a quejar ante él, que él los desagraviaría y ternia en justicia, y que por temor y ni venganza ni otra cosa le dejasen de hacer, y que entre ellos tuviesen amor, paz y amistad, y a los dichos caciques les encomendó el buen tratamiento y amor en sus inferiores, y después de todo esto les dijo y encomendó lo que era obligados a guardar en la paz que le había dado; y quebrantándola por su culpa tenían y se les habían de dar y hacer grandes castigos, como se habían hecho en otras provincias que la habían quebrantado y sobre seguro muerto españoles, por que él de su parte, le terná y guardará como les ha prometido y antes dicho, los cuales, por la dicha lengua, dijeron así harán y cumplirán, estando en todo ello presentes por testigos... estantes a caballo en el dicho asiento, y el dicho señor Capitán y teniente general pidió a mi el dicho escribano se lo diese por testimonio y firmolo aquí de su nombre con los dichos testigos que supieron firmar... Ante mí, Juan de Contreras, Escribano Público y de Cabildo.
A partir de aquí y en los días posteriores, Castillo sale a visitar a caciques y naturales, en un radio de 40 leguas en torno al casco urbano y hace amistad con todos ellos, hablándoles de la santa fe católica y que por su intermedio, ya no tendrán que preocuparse por guerras con los españoles; además, comienza a encomendar los aborígenes de las zonas visitadas entre los hombres de su expedición. Al llegar a las Lagunas de Guanacache, Castillo y Pedro de Ribas, son recibidos por el cacique Callaupacatapa y el yanacona Aileta, quien les dice que pertenecen a la encomienda de Cuevas. Al regreso de su viaje, Castillo se aloja frente a la Plaza Mayor (¿rancho o tienda de campaña?), en el solar destinado a la Santa Iglesia Mayor, ubicados delante de los solares del vicario Hernando de la Cueva y su sobrino Ventura de la Cueva, hijo de su hermana Juana y de Villagra.
Luego de ponerse de acuerdo con los caciques comarcanos, comienza la ceremonia de fundación con una misa a cargo del vicario Hernando de la Cueva, con ornamentos y adherezos comprados por Castillo en Chile; finalizada la misa y estando en el asiento y valle de Huantata, provincia de Cuyo de esta otra parte de la gran cordillera nevada, el
2/3/1561; ante mi, Francisco de Urbina escribano de juzgado en estas dichas provincias y testigos suscriptos, el muy magnífico señor Pedro del Castillo, capitán y teniente general en ellas por el muy ilustre señor don García Hurtado de Mendoza, gobernador y capitán general en las provincias de Chile, por Su Majestad, y usando de los poderes y comisión que para ello tiene, dijo: que él había venido a poblar estas dichas provincias y en ellas adoctrinar con ejemplo a los naturales de ellas, de las cuales he tomado posesión en nombre de Su Majestad del rey de Castilla don Felipe, nuestro señor, y los dichos naturales le han dado la paz, y para mejor sustentarse de comidas y lo necesario, han acordado,
hasta ver la disposición de la tierra, poblar en este dicho asiento una ciudad, haciendo las diligencias que en tal caso se requieren; por tanto, que él en nombre de Dios, nuestro señor, y Su Majestad, tomaba y tomó por advocación de la iglesia que en la dicha ciudad hubiera a señor
San Pedro, y en nombre de posesión de la dicha Santa Iglesia tomó y alzó en sus manos una cruz alta, la cual puso en la puerta de la iglesia, y pidió a mí el dicho escribano se lo diese por testimonio y lo firmó de su nombre, siendo testigo el padre y vicario Hernando de la Cueva y todos los expedicionarios. Y después de los susodicho, el capitán Castillo dijo: que usando los dichos poderes que tiene y en nombre de Su Majestad del Rey, nuestro señor, y como su vasallo que era, alazaba y alzó en sus manos un árbol gordo por Rollo y árbol de Justicia, para que en él se ejecute su justicia real para ahora y siempre jamás, y dando a entender a todos los caballeros, soldados, pobladores y conquistadores, que presentes estaban y por lo arriba dicho, tomó y recibió juramento en forma debida de derecho en un libro misal que en sus manos tiene el padre Hernando de la Cueva, de todos los expedicionarios presentes; y, a la conclusión del dicho juramento, fundó la
Ciudad de Mendoza, nuevo valle de Rioja; por respeto de Don Garcia de Mendoza que habia reservado este titulo para echar el sello para las fundaciones de las ciudades, que edificó en Chile, queriendo cumplir primero con los dictados de sus
padres y abuelos, que con su propio renombre por el cual era conocido. A continuación, estando al pie del árbol de justicia, Castillo le entrega al escribano Urbina, un medio pliego de papel sellado y cerrado, y le ordena que lo abra y lo lea públicamente ante todos los presentes; y en el cual, nombra a los representantes del Cabildo:
Alcaldes: Alonso Campofrío de Caravajal y Juan de Villegas.
Regidores: Pedro de Zárate, Gabriel de Cepeda y Niño, Lope de la Peña, Pedro Moyano Cornejo, Hernando Ruiz de Arce y Francisco de Urbina.
Procurador y Mayordomo: Pedro Márquez.
Oficiales Reales: Antonio Cambranes y Alonso de Torres.
Alguacil Mayor: Gaspar Ruiz de Rojas.
Alférez Real: Alonso Campofrío de Caravajal.
Escribano Público y de Cabildo: Juan de Contreras.
Y a cada una de las autoridades nombradas, Castillo le toma el juramento debido, y al terminar todos dijeron
"si juro, y amén"; y encarga en nombre de Dios, nuestro señor, y de Su Majestad, y por el juramento dado que guarden al servicio de Dios y de Su Majestad, haciendo justicia a las partes que se las pidan y de su oficio lo que son obligados, por el bien y provecho de la Ciudad. Luego, Castillo entrega las varas de justicia a los Alcaldes y Regidores, siendo testigos: Alonso de Torres, Martín de Elvira, Pedro González de Hevia y Juan de Maturana; rubricado el acto por el escribano Urbina.
Habiendo asumido legalmente en sus cargos, el escribano Contreras y las autoridades del Cabildo: Campofrío, Villegas, Zárate, Cepeda, Peña, Cornejo, Arce y Urbina, se juntan en el Ayuntamiento y le ordenan al procurador Márquez, que llame al capitán Castillo; el que se presenta ante los capitulares y exhibe una provisión real emitida por el gobernador García Hurtado y refrendada por el escribano Francisco Hortigosa de Monjaraz, y que, conforme a ella ordena sea recibido en el cargo de Capitán General y Justicia Mayor de Mendoza. Los escribanos
Contreras y Urbina, ponen mucho énfasis en la confección de las actas labradas hasta ese momento a partir de una descripción muy detallada de los sucesos acaecidos, lo que no era muy común hacer al momento de fundar una ciudad.
Traslado
En una sesión del Cabildo de Mendoza en la que se encontraban Castillo, Villegas, Cepeda, Peña, Cornejo, Arce y Urbina; tratan las diligencias y necesidades de sustentar la nueva ciudad que ha sido poblada en nombre de Su Majestad el rey Felipe, y, vista la disposición de la tierra, deciden
reubicar la ciudad de Mendoza y mudarse a otra parte. El gran jefe Esteve, Goaimalle y Castillo, tienen una reunión y, a partir de ella, Esteve hace entrega a Castillo de unas tierras que están más abajo de Peipolota (norte o nordeste), llamadas
Taitanquen; que corren entre acequias (dos: Goaimalle y Carrizales más al este) que nacen en un Desagüe que se bifurca del Río de la Ciudad (Canal Zanjón Cacique Guaymallén, entre el tramo que va desde la Cerveceria Andes hasta el Cementerio de Godoy Cruz). A partir de su reunión con Esteve, el capitán Castillo soluciona el problema de la ubicación del casco urbano; pero, se encuentra con el inconveniente que las tierras del cacique Esteve no son suficientes para trazar el ejido para huerta y viña, que debían ser abastecidos por la acequias nombradas. Estas tierras que Castillo necesita para poder tener sus propias sembraderas, son la otra parte de las tierras de Taitanquen que pertenecen al cacique
Coyo. Por intermedio de
Estepe, madre de Goaimalle, le vende al cacique Coyo una oveja de la tierra (oveja de castilla o llama o guanaco), a cambio de algunas tierras para sembrar en la otra parte de las tierras de Taitanquen que limitan con las ya dadas por el cacique Esteve. A partir de ello, el cacique Coyo hace entrega a Castillo del terreno para establecerse y así poder contar con las tierras necesarias para huerta y viña. Las que están en Guaymallén y comprendidas en el siguiente rectángulo: empieza en el vértice sudeste, luego va al vértice nordeste y sigue al vértice noroeste, termina en el vértice sudoeste:
"...que las tierras Bacas (vacías) q ay para los cristianos corren desde unos paredones e puerta q ba por el camino de tierras (+ o - calle Pedro Molina y Avellaneda, vértice Sudeste) azia donde el dho casique Ayllallao tiene sus tierras y asiento (Villa Nueva o Capilla del Rosario o Rodeo de la Cruz) e azia una asequia que ba agoa abajo que ba a dar a un carrizal (+ o - calle Avellaneda hasta llegar a Mathus Hoyos, vértice Nordeste) y asta una asequia alta llamada Tantayguen (+ o - calle Mathus Hoyos hasta llegar a Allayme, vértice Noroeste) q es azia donde estaua poblado el dho casique Goaymaye (+ o - calle Allaime hasta Pedro Molina, vértice Sudoeste) q alinda con tierras y pueblos del dho casique Don Diego Nato (El Zapallar, El Plumerillo y El Algarrobal, Las Heras) e que estas tierras los susso dhos las dieron y señalaron al dho capitan Pedro del Castillo quando bino a la dha poblazon..." (Acta del año 1696; transcripción de la Junta de Caciques del año 1574. Leer documento completo al pie de página)
El sitio encontrado por Castillo y Goaimalle es más apasible, más sano, más fértil y de menor daño para los naturales que han de ser adoctrinados. Una vez trasladada la ciudad, Castillo y las autoridades del Cabildo, ordenan que el casco urbano sea utilizado sólo para poblamiento, quedando prohibido hacer chacras o sementeras. Con el paso de los días pusieron manos a la obra y, el alcalde Villegas y algunos Regidores, comienzan con los trabajos de mensura de las tierras del ejido público y el ejido para chacra y viña.
Entre tanto, el 6/3/1561 García Hurtado llega al Perú y al mismo tiempo en un barco procedente desde Panamá, arriba el nuevo virrey Zuñiga para ponerse al frente del virreinato; García Hurtado y Villagra se encuentran en Lima y conviven en la ciudad por espacio de una quincena. El virrey Zuñiga recibe a Villagra y le entrega la real cédula y nombramiento como Gobernador de Chile y el 18/3/1561 parte desde Perú en el mismo barco en el que había llegado Zuñiga, para reasumir en su cargo.
Entrado el otoño y con el descenso de las temperaturas en alta montaña, el paso a través de la cordillera de Los Andes, se cierra por las nevadas y las comunicaciones entre Mendoza y Chile, pasaron a ser nulas. Entre tanto y ya determinado el lugar de residencia, Castillo y los expedicionarios, deben haber empezado a vivir en tiendas de campaña o, talvez, en rancherías o toldos facilitadas por los Huarpes; además, se produce un intercambio de productos para su sustento y en donde Castillo ofrece cabras, puercos, mantas y chaquiras (collares y pulseras); a su vez los Huarpes, les ofrecen maíz, trigo, cebada y aves para alimentarse. Además, Castillo y los expedicionarios adoctrinan a los niños Huarpes y cuando hay tiempo hacen lo mismo con los caciques y lugareños, hasta llegar algunos a pedir ser bautizados y asistir a misa.
El 17/4/1561, Zuñiga jura y asume el cargo de virrey del Perú. El 7/5/1561, García Hurtado se presenta ante la Real Audiencia de Lima y solicita elevar un pedido de informes de sus servicios prestados a Su Majestad en los 6 años de su estadía en América y que se le haga la merced que le corresponde.
El 18/5/1561, Castillo encomienda a Gaspar Ruiz, el cacique Caracara, los principales Alquipri, Achuay y Arún, de la tierra de Octoyán; el cacique Calalapis y su tierra de Ocoya; el cacique Chorunda y su tierra de Semis; el cacique Calopus y su tierra de Lanqueta; el cacique Toxo y su tierra de Mié; el cacique Choranta y su tierra de Semeta, tomando posesión de la encomienda el 4/6/1561. También, Castillo hace entrega a Gaspar de Lemos de tierras en Tibulebuli, junto a las lagunas de Guanacache y, al capitán Lope de la Peña de la encomienda de los caciques Tabalque y Viñala.
Villagra se embarca en Perú y llega a La Serena. Allí, recibe desde Santiago de Chile por orden de Jufré, dineros, caballos y bastimentos llevados por Pedro Alonso. Una vez organizado parte desde La Serena por tierra y llega a Santiago de Chile el 19/6/1561; ya en la ciudad, entra por la calle principal que estaba ornamentada y vestida de gala, siendo recibido por sus camaradas. Villagra se dirige en su caballo negro al Cabildo de la ciudad, donde ya había sido preparado el lugar para la ceremonia de asunción. En la puerta del Ayuntamiento, se arma una mesa con un mantel de terciopelo carmesí y un libro misal para tomarle juramento. Villagra vestido con ropa francesa de terciopelo negro, jura en el cargo y luego, es llevado a la Iglesia Matriz y posteriormente, a la casa de Jufré en donde se iba a alojar.
Villagra reasume nuevamente en el cargo de Gobernador de Chile; ya en su puesto y con los avales otorgados por el Rey y con el apoyo del Virrey, se hace del control de la región y, debido a su resentimiento hacia García Hurtado que lo había destituido, encarcelado y desterrado, comienza a delinear el nuevo futuro para la región de Chile, Cuyo y el Tucumán, con el objetivo de extender lo más posible los dominios de la gobernación sobre la zona en cuestión. Villagra parte hacia la ciudad de Concepción y deja como teniente de Santiago de Chile a Jufré en reemplazo del comendador Meza.
Castillo desconociendo los sucesos acaecidos en Chile, comienza a organizarse y planifica los pasos a seguir para el desarrollo de la ciudad. Ya en invierno, los expedicionarios ayudados por los Huarpes, se crean algunas expectativas en torno a la región y los avances en todos los sentidos, aunque muy precarios son alentadores; tanto que, el alcalde Villegas termina con la mensura de los terrenos y Juan Gómez de Don Benito dice que las autoridades del Cabildo de Mendoza, comienzan a repartir y distritubir las tierras entre los integrantes de la expedición.
Para el 24/7/1561, en la víspera de la festividad de
Santiago Apóstol, Castillo le ordena al alférez Campofrío que saque el estandarte real por las calles de la ciudad y al día siguiente, el alférez lo lleva a la ceremonia religiosa en honor y conmemoración del Santo Patrono de las Españas. (1,T1,149)
En el Tucumán, Castañeda se hace del control de la ciudad y deporta a Zurita a Chile. El 24/8/1561, el gobernador Villagra dicta un nuevo paquetes de Leyes de Minas en reemplazo de las que había emitido Valdivia en 1546 y en las que contemplaba:
- Modo para adquirir una propiedad.
- Amparar los trabajos.
- Número, extensión y ubicación de las pertenencias.
- Personas que podían dedicarse a labores.
- La manera de gozar y distribuir las aguas.
Reubicación y Refundación
A principios de setiembre de 1561, llega a Mendoza desde el ¿ Tucumán ? o desde ¿ Chile ?, la noticia de la asunción de Villagra en el cargo de gobernador; en este momento, Castillo enterado de los problemas que había tenido Zurita, envía a Chile al emisario con una carta para Villagra.
Después de algunos días, Castillo envía a Martín de Santander y al alférez Campofrío, con algunas cartas para que sean entregadas al gobernador Villagra, en donde le informa todos los acontecimientos acaecidos en la ciudad, dando cuenta de lo mucho y bien que han servido a Su Majestad en la sustentación de la nueva ciudad y a su vez, le solicita lo reciba en Chile. El regidor Cepeda reemplaza a Campofrío en el cargo de alcalde.
Para el 8/9/1561 y anticipándose a los sucesos que en un futuro no muy lejano sucederían, el vecino Juan Martín Gil se presenta en nombre del capitán Castillo ante Villegas, alcalde del Cabildo de Mendoza, y eleva una foja de servicios prestados a Su Majestad en el asiento del valle de Huantata, para que se le haga la merced correspondiente y quede registrado en forma legal y con copia para Castillo. Junto con Gil, se presentan los testimonios de Antonio Chacón, Pedro de Villegas, Gaspar Ruiz y el vicario Hernando de la Cueva, siendo rubricado el acto y en un todo de acuerdo por el escribano Contreras.
El 17/9/1561, Villagra nombra a Meza para llevar la orden de destitución y hacerse cargo interinamente de la ciudad y, el 19/9/1561, escribe una carta para que Meza se la entregue a las autoridades del Cabildo de Mendoza. Al llegar a la ciudad de Peteroa (Curicó - Chile), Villagra nombra el 27/9/1561 a Jufré como nuevo Teniente Gobernador de Cuyo.
El 6/10/1561, el escribano Contreras le entrega a Gil el poder y provanza de los servicios prestados por Castillo, siendo testigos del acto los regidores Cepeda, Cornejo y Arce; este mismo día, en la ciudad de Lima, García Hurtado le envía una carta al Rey, solicitándole licencia para poder viajar a España.
ara el 9/10/1561 y sin ninguna noticia respecto de la situación en Chile, Castillo hace la distribución del ejido para chacra y viña contiguo al casco urbano, por los poderes y provisiones otorgados por su mandante el exgobernador García Hurtado, siendo rubricado legalmente el acto por el escribano Contreras.
Entre tanto, Villagra emite y entrega las provisiones correspondientes para Meza y parte desde Chile con destino al valle de Huantata; algunos días después, arriban a Santiago de Chile, Santander y Camporfrío, quienes son recibidos por Villagra.
El
22/10/1561, Meza llega a Mendoza y se presenta ante los integrantes del Cabildo: Villegas, Cepeda, Zárate, Peña, Cornejo, Arce, Urbina y Marquez; con una carta y provisión real del Rey Felipe II y del Consejo de Indias, en donde hace constar el nombramiento de Villagra como gobernador de Chile, firmado por el escribano Diego Ruiz de Oliver de la gobernación de Chile y por Nicolás de Garnica, escribano del Cabildo de la ciudad de Santiago de Chile; a su vez, Meza presenta una provisión real del gobernador Villagra, sustituyendo a Castillo y nombrándolo nuevo teniente gobernador interino de Cuyo y Huantata. Una vez leídos los mandatos correspondientes y por los cuales, el gobernador ordena que Meza sea nombrado en el cargo y oficio, relevando en forma definitiva al capitán Castillo. Después, Meza entrega un sobre cerrado al escribano Contreras y al abrirlo lo lee a las autoridades presentes y en el cual, Villagra expresa su reconocimiento al esfuerzo hecho por los vecinos de la ciudad y que los gratificará por los servicios prestados a Su Majestad; además, les informa que Jufré ha sido elegido para hacerse cargo de la provincia de Cuyo y, el capitán Castañeda en el asiento del Tucumán. Leída la carta por el escribano, el alcalde Villegas le toma el juramento correspondiente y nombra a Meza, teniente gobernador de Cuyo. Acto seguido,
Meza le ordena a los alcaldes Cepeda y
Villegas, que le entreguen las varas que tienen en sus manos y
dejen sus cargos hasta tanto él decida a quien ha de nombrar en su reemplazo. Luego, los alcaldes destituídos le suplican a Meza, que tenga a bien respetar sus libertades y beneficios que les corresponden por sus cargos antes ocupados. Por último,
Meza destituye al escribano Contreras. Ese mismo día y luego de entrevistarse con las autoridades destituídas,
Meza restituye en sus funciones a Cepeda,
Villegas y Contreras. A partir de aquí, Castillo toma la decisión de dejar la ciudad y decide regresar a Chile con destino a la ciudad de Villarica; al llegar, es obligado a dejar el repartimiento que posee en favor de doña Cándida la esposa de Villagra.
El 1/12/1561 en la ciudad de La Imperial, Villagra le entrega a Jufré un poder y provisión para encomendar aborígenes y regresar a Santiago de Chile dentro de los 6 meses posteriores a quien las reciba para confirmar los títulos de propiedad; y también podrá nombrar alcaldes y regidores; en contra de todos los beneficios dados por su enemigo García Hurtado y así, borrar todo lo hecho por Castillo en Cuyo. Jufré parte a Santiago de Chile, en donde deberá conseguir los hombres para la expedición.
Entre tanto en Mendoza, Gaspar Ruiz se presenta ante el alcalde Villegas y el escribano Contreras, para solicitar se le extienda un certificado que acredite su participación en la conquista de Cuyo, siendo testigos del acto: el padre Hernando de la Cueva, Francisco de Urbina, Juan de Maturana, Antonio Cambranes, Alonso de Torres, Lope de la Peña, Diego Lucero, Mateo Dias y Pedro Márquez.
A principios de enero de 1562, Jufré parte desde Santiago de Chile y emprende el viaje con destino al valle de Cuyo, junto a su expedición conformada por:
Alonso de Videla, Alvaro Cortez, Antonio Cardoso, Baltasar Pinto Leite, Bartolomé de Medina, Cristóbal de Buiza, Cristóbal Sánchez de Yesti, Cristóbal Malo de Molina, Cristóbal Ortiz, Diego Márquez, Diego de Velasco, Diego Jufré de Loayza, Diego Ronquillo, Francisco Gómez Durán, Francisco Hernández, Francisco de la Peña, Francisco Rubio, García Hernandez, Hernando de Robles, Hernando Diaz Puebla, Juan de Ahumada, Juan de Avila, Juan de Coria Bohorques, Juan de la Gama, Juan Gómez de Yébenes, Juan Sanchez, Juan de Villalobos, Lorenzo Payo, Luis Tenorio o Ternero, Martín Hernández de los Ríos, Martín de Santa Cruz, Melchor Pacho, Nicolás López de Aguirre, Rodrigo Jufré de Loayza, Sebastián de Villanueva, Tomás Nuñez, Ursula de Araya.
Al mismo tiempo, el 21/1/1562, Villagra le envía una carta al Rey dando cuenta de su gestión y le informa que ha pacificado la región que con gran desorden había dejado García Hurtado y que, no cuenta con mucho dinero debido a los gastos que en exceso había hecho el exgobernador.
Jufré llega al valle de Huantata y de inmediato se presenta ante el escribano Contreras y le entrega las provisiones y mandatos que el gobernador Villagra le había dado. Vistos los papeles y tras una breve ceremonia de asunción, Jufré se erige como nuevo teniente gobernador de Cuyo.
Una vez establecidos los nuevos expedicionarios, Jufré deja a su hermano Diego a cargo de la gobernación y emprende una expedición junto a 50 soldados hacia el valle del Conlara a 60 leguas (300 km) al nordeste (San Luis y Córdoba) en compañia de: Hernando Arias de Sayavedra, Juan de Ahumada y otros. Al llegar Jufré, se encuentra con tierras estériles y arenales, con aguas de yagüeles y muy pestilentes.
El 14/2/1562, desde la ciudad de Osorno el vecino Juan Salvador le envía una carta a la Real Audiencia de Lima, en donde informa de la situación crítica que viven las ciudades del sur de Chile, tras la llegada de Villagra; dando cuenta de varios ilícitos cometidos contra los vecinos de aquella zona de 3 meses a esta parte. Lo acusa de haber sacado dinero de Su Majestad y que a todos los pueblos que ha ido los vecinos lo han recibido a los palos. A una hija del exgobernador Quiroga le ha quitado su encomienda y se la ha dado a su criado Diego Ruiz. En la ciudad de Villarica, le ha sacado las tierras a 6 vecinos fundadores que las han trabajado durante 14 años. En la ciudad de Osorno, le ha quitado la encomienda de Bautista Ventura y se la ha dado a Juan de la Reinaga bajo amenaza de quemarlo vivo. En la ciudad de la Imperial, le ha sacado a varios vecinos sus encomiendas para darlas a su gente y que habían sido dadas por García Hurtado, quien había pacificado estas tierras cuando era gobernador. El repartimiento del capitán Castillo se lo ha dado a un hijo bastardo y ha mandado al capitán Jufré a Cuyo, para cambiarle el nombre al pueblo y borrar todo lo hecho por García Hurtado. También han querido ajusticiar a los capitanes de Garcia Hurtado; en la ciudad de Valdivia, le han dado dos cuchilladas al capitán Juan de Obregón; en la ciudad de Cañete, han afrentado al capitán Lope Ruiz de Gamboa; en la ciudad de Infantes, le han dado una estocada al capitán Juan de Leiva y en la ciudad de Villarica, al capitán Castillo lo han humillado y denostado.
En la ciudad de Mendoza, con los ánimos bastante caldeados y a pedido de Urbina; el
18/2/1562, se realiza una sesión especial de Cabildo para hacer un traslado de las 18 hojas que conforman el
Libro de Cabildo, es decir, una copia fiel al original; que tenía hasta ese momento las actas:
- Provisiones reales emitidas por García Hurtado en Chile para Castillo.
- Toma de posesión jurídica en Peipolota.
- Fundación de la ciudad y elección de autoridades del Cabildo.
- Distribución de solares en el casco urbano en Peipolota.
- Distribución de tierras en el ejido para chacra y viña.
- Traslado de Mendoza a Taitanquén.
- Provisiones reales emitidas por Villagra en Chile para Meza.
- Destitución de Castillo y asunción de Meza.
- Provisiones reales emitidas por Villagra en Chile para Jufré.
- Sustitución de Mesa y asunción de Jufré.
"... fecho y sacado, corregido y concertado, fué este dicho traslado del libro original del dicho libro de Cabildo, en presencia del dicho señor alcalde Juan de Villegas, alcalde ordinario en la dicha ciudad, en dieciocho días del mes de hebrero deste presente año de mill é quinientos y sesenta y dos años (18/2/1562), en lo cual y en cada cosa y parte dello su merced dijo que interponía e interpuso su abtoridad é decreto judicial tanto cuanto puede y ha lugar de derecho; y lo firmó de su nombre, estando al verlo corregir y concertar y á todo lo arriba dicho presentes por testigos Juan de Maturana é Antonio Cambranes é Gaspar Ruiz é Martín Pérez de Marcotegui, vecinos de la ciudad de Mendoza. Firmado por Juan de Villegas.
E yo Juan de Contreras, escribano público y de cabildo de esta dicha ciudad de Mendoza del nuevo valle de Rioja, fice sacar del libro del Cabildo desta dicha Cibdad, original, que en mi poder queda, los abtos arriba contenidos, y en relación lo demás que en él parece, de mandamiento del dicho señor alcalde, que estuvo presente al ver corregir é concertar con los dichos testigos; é yo el dicho escribano, doy fee va cierto y verdadero, y en ello y en cada cosa é parte dello fuí presente y va autorizado del señor alcalde, que aquí firmó de su nombre, lo cual va en dieciocho hojas de papel con este en que va mi signo; é de pedimiento del dicho Francisco de Horbina fice aquí este mío signo, que es á tal, en testimonio de verdad. Firmado por Juan de Contreras escribano público y de Cabildo ..."
El alférez real Campofrío pierde su estancia en Anancat y, Diego Jufré al mando de la ciudad, comienza a tratar mal a los hombres de Castillo; al padre Hernando de la Cueva le pega un golpe en la cabeza y al escribano Urbina lo insulta; además, le quita a varios vecinos sus caballos y transportes, para que no puedan ir a pedir justicia; es por ello que, varios de ellos deciden dejar la ciudad y regresan a Chile. Mateo Dias parte junto a sus yanaconas; cuando realiza el cruce de la cordillera, y, por el frío reinante en la zona, pierde a 3 de sus sirvientes y sufre el congelamiento de sus pies, por tal motivo, deben ser amputados algunos dedos.
Ya en Chile, Francisco de Urbina va a pedir justicia por su encomienda y repartimiento que había sido dado a Diego Jufré y por la cual no recibe renta alguna. Lope de la Peña y Pedro Márquez, al querer pedir licencia estuvieron a punto de ser encarcelados. El padre Hernando de la Cueva, es enviado a buscar a su hermana Juana de la Cueva, amante de Villagra, para hacerle entrega del repartimiento de Castillo en Cuyo a su hijo mestizo.
El 6/3/1562, los capellanes Juan de Torralba, Cristóbal de Rabaneda y Antonio de Caravajal del convento de Nuestra Señora del Socorro en Santiago de Chile, le escriben una carta al obispo de Chiapa (Castilla - España) Bartolomé de las Casas, haciendo referencia a que habiendo estado García Hurtado en estas tierras había paz y a la llegada de Villagra, los vecinos se han revelado y han tomado las armas en sus manos y pasan mucha necesidad por las enfermedades y el hambre.
A su regreso a Mendoza, Jufré manifiesta que ha venido a esta provincia con poderes especiales y hace alusión, que el sitio elegido por Castillo, no es competente y para el bien, aumento y conservación de los vecinos que han de estar y residir en ella, conviene por estar metido en una
olla y no darle los vientos; siendo necesarios y convenientes para la salud de los que viven y han de perpetuarse en ella y en búsqueda de otro lugar, que sea y tenga las calidades arriba dichas, es que a
dos tiros de arcabuz, poco más o menos en este dicho valle, hallé este otro mejor lugar.
Los Jufré, oriundos de Medina de Ríoseco (Valladolid - España), una ciudad que se caracteriza por ser después del Vaticano, la que más conmemoraciones y festejos pascuales realiza en todo el mundo, sumado a las fuertes tradiciones y religiosidad de los riosecanos; es que Jufré, elige ese nombre para perpetuar dicha festividad en el nuevo mundo y en la víspera del domingo de Pascua de Resurrección; el sábado
28/3/1562, Jufré toma un árbol gordo por Rollo, para que en él se ejecute la leal justicia y por el cual, todos los presentes juran y se obligan a sostener y defender la ciudad; más, el poder otorgado por Dios, el rey Don Felipe y el gobernador Villagra, la rebautiza con el nombre de
Ciudad de la Resurrección Provincia de los Guarpes y luego, reemplaza a los miembros del anterior Cabildo por los nuevos integrantes:
Alcades: Diego Jufré y García Hernandez.
Regidores: Juan de Villalobos, Antonio Chacón, Martín de Santander, Hernando Arias de Sayavedra, Diego Lucero.
Procurador y Mayordomo: Alonso de Videla.
A su vez, Jufré decreta que a partir de ese momento todos los documentos públicos emanados del gobierno, llevarán el nuevo nombre de la ciudad,
borrando de las actas el nombre de Mendoza. Por último, define los límites de la ciudad y hasta donde tendrá jurisdicción; al norte: las Lagunas de Guanacache, al sur: el río Diamante, al oeste: la Gran Cordillera Nevada y al este: el Cerro que esta junto a la tierra del cacique Cuyocanta y así, se da por concluida la ceremonia, siendo rubricado el acto por el escribano público de Cabildo, Contreras.
Villagra destituye a su contador y mano derecha Arnao Cegarra Ponce de León y no le paga los sueldos atrasados que le debía; entonces, el contador Arnao envía un documento al Consejo de Indias, en el cual, hace una muy fuerte acusación por una gran cantidad de ilícitos cometidos por el Gobernador en su nueva gestión de gobierno. El documento en cuestión está dividido en 4 partes; primero, 63 acusaciones por ilícitos varios; segundo, los repartimientos que había entregado García Hurtado en Osorno, Santiago de Chile, Tucapel, Concepción, Villarica, Infantes, La Imperial, Valdivia, Confines y Cuyo, fueron quitados y dados a sus hombres; tercero, 49 asesinatos; y cuarto, un desfalco a las arcas de Su Majestad de 74.000 $. Con respecto a Cuyo, el contador Arnao dice:
- Querer mudar a Osorno, y quitar los nombres a Cañete y a los Infantes y a
Mendoza del Río, y llamarlas Tucapel, los Confines y la
Resurrección, en la cual Juan
Jufré mudó la plaza, obra de 3 cuadras porque pareciese era ciudad nueva.
- En Cuyo
se mandó no se diese testimonio de cosa alguna de las que pasaban.
- Les quitó los repartimientos dados por Castillo en 1561 en favor de Jufré:
Francisco de Urbina a Diego Jufré.
Juan de Maturana a Juan de Villalobos.
Alonso Campofrío de Caravajal a Pedro de Meza y Rodrigo Jufré.
Lope de la Peña a Cristóbal de Buiza y Hernando de Robles.
Juan de Villegas a Pedro de Zárate.
Mateo Dias a Juan Gómez de Yebénes.
Antonio Cambranes a Hernando de Robles y Alonso de Videla.
Pedro de Villegas a Federico de Peñaloza.
Antonio Chacón a Federico de Peñaloza.
Pedro Moyano Cornejo a Diego de Velazco.
Pedro Márquez a Garcí Hernandez.
Alonso de Torres a Alonso de Videla.
Diego Lucero a Hernando Arias de Sayavedra.
Gaspar Ruiz de Rojas a Francisco Rubio.
Martín de Elvira a Gaspar Ruiz de Rojas.
El 30/4/1562, el licenciado Juan de Herrera, nombrado por Villagra en reemplazo del contador Arnao, en los cargos de teniente general y juez de residencia de la gobernación de Chile; le envía una rendición de cuentas a los miembros del Consejo de Indias, en la que indica que no ha recibido salario este último tiempo y además, informa de un supuesto fraude del exgobernador García Hurtado en donde ha sacado fondos de la caja de Su Majestad por más de 130.000 $. Junto con la rendición de cuentas, envía dos cartas escritas por García Hurtado a su secretario, indicando en ellas que convenciera a Herrera para que cometiera cohecho.
En la Resurrección, el escribano Tomás Nuñez por orden de Jufré, hace merced a Diego de Velasco de la encomienda del cacique Anato y su tierra de Amaycate que está ubicado en el valle de Huantata; y, el cacique Sumac y sus tierras de Tuoboto y Tunián; y, el cacique Coyocanta y su tierra de Olvo; y, el cacique Relanta con todos sus indios y sujetos, el 1/5/1562. Para el 5/6/1562, se hace la distribución de tierras para estancia y ganado, contiguo al casco urbano, siendo rubricado el acto por el escribano público de Cabildo, Juan de Coria Bohorques. Una vez organizado y redistribuidos los solares en la ciudad, Jufré organiza una expedición conformada por:
Antonio Cardoso, Anze de Fabre, Bartolomé Flores, Baltasar Pinto Leite, Cristóbal de Buiza, Cristóbal Sánchez de Yesti, Diego Márquez, Diego Ronquillo, Diego Lucero, Francisco Gómez Durán, Francisco Hernández, Francisco de la Peña, García Hernandez, Gaspar de Lemos, Gaspar Ruiz de Rojas, Gonzalo Ruiz de Arce, Hernando Diaz Puebla, Hernando Arias de Sayavedra, Hernando Ruiz de Arce, Hernando de la Cueva, Juan de Ahumada, Juan de Avila, Juan de la Gama, Juan de Contreras, Juan Eugenio de Mallea, Juan de Villegas, Juan Gómez Isleño, Juan Martín Gil, Juan Gómez de Yébenes, Lorenzo Payo, Luis Tenorio o Ternero, Martín de Elvira, Martín de Santander, Martín Hernández de los Ríos, Nicolás López de Aguirre, Pedro o Gonzalo Márquez, Rodrigo Jufré de Loayza, Sebastián de Villanueva, Tomás Nuñez.
Parten con rumbo nordeste, dejando a Diego Jufré como teniente interino de la Resurrección y, el día 13/6/1562, fundan la ciudad de San Juan de la Frontera (San Juan) que estaba en poder de los indios del norte y de los del Valle de Calchaquí, para luego conquistarlos y así abrir el comercio con el Perú y la Ciudad de La Plata (Potosí).
El 30/6/1562, comparece Diego de Velasco ante el escribano Nuñez y Diego Jufré, para solicitar se le confirme la posesión de la encomienda de fecha 1/5, son testigos del acto: Hernando de Robles, Gaspar Ruiz y Cristóbal Sánchez de Yesti.
Al poco tiempo de establecido en la nueva ciudad de San Juan, Jufré recibe la orden de trasladarse con destino a Chile, para asumir en el cargo de teniente gobernador de la ciudad de Santiago de Chile, acompañado por su mano derecha Martín de los Ríos.
De paso por la Resurrección, Jufré encomienda a Diego de Velasco los caciques Choronta y su tierra en Sanigues; y, el cacique Salán y su tierra en Omaintasia cerca del pueblo de Zambra, siendo rubricado el acto por el escribano Martín de los Ríos. Luego, parte con destino a Chile y a su llegada a Uspallata, el 7/9/1562, hace merced de las encomiendas de los caciques: Xamio y sus tierras Tojoyometa en las lagunas de Hanacache; y reconfirma la encomienda del cacique: Choronta por una confusión con la pronunciación del nombre, en favor de Diego de Velazco. El 11/9/1562 estando en Uspallata, Jufré emite una provisión por la cual, le hace merced al alcalde Juan de Villegas vecino de la ciudad de la Resurrección, que pobló en este año el Valle de Uco, de unas tierras cercanas para sembrar, señalándole 40 varas de cabezeda que corren de norte a sur y 320 de largo (este-oeste), de 30 pies la vara y 12 puntos por pie, conforme al repartimiento de los demás vecinos y que lindan con las tierras de Pedro de Villegas. Por el mismo título le otorga un solar en la traza de la dicha ciudad que linda con el solar de Pedro de Villegas.
Una vez llegado a Santiago de Chile, Jufré asume en su cargo y algunos hombres que habían sido de la expedición de Castillo, son despojados de sus encomiendas. Lope de la Peña, Juan de Villegas, Pedro Márquez y Juan de Maturana, solicitan permiso para viajar a Perú para ir a pedir justicia por las pérdidas de sus encomiendas. Jufré les niega el permiso y los obliga a trasladarse al sur y ponerse a las órdenes de Villagra y luchar contra los Mapuches. Haciendo caso omiso de la orden, solicitan asilo en el convento de San Francisco. Luego de algunos días de reclusión en el convento, emprenden su viaje al Perú y Jufré al darse cuenta los arresta. Después de un tiempo, Jufré sale de viaje y deja la ciudad; así, los cuatro fugitivos logran huir y se encaminan al Perú. Márquez se queda en La Serena a las órdenes de Aguirre.
El 8/10/1562 en la ciudad de Osorno, el vecino Miguel Martín, le envía una carta al Rey en donde reclama 250 indios que tenía en encomienda y que fueron dados por García Hurtado, siendo despojado de ellos por el gobernador Villagra. Además, Antonio Pacheco al ir a solicitar justicia por agravios al ayuntamiento, es herido de muerte por un soldado de Villagra.
Entre tanto, Castillo llega a Perú y el 24/12/1562, contrata al escribano Joan de Padilla, quien se presenta en el Cabildo de la Ciudad de Lima, ante el alcalde Francisco Velázquez de Talavera, informando que tiene una carta y provisión real original emitida por la Real Audiencia de Lima y dice:
"...
que por cuanto él tiene necesidad de inviar la dicha provisión real fuera destos reinos á otras partes é se teme que en el camino ó en la mar ó en otra manera se podría perder ó rasgar ó maltratar por fuego ó por agua ó por otro caso fortuito, de que se le podría seguir é recrescer daño y pérdida, é para que conste é se cumpla y ejecute lo en ella contenido, tiene nescesidad de sacar un treslado, dos ó mas de la dicha provisión real é abtos; por tanto, pedía al dicho señor alcalde mande á mí el dicho escribano que dé la dicha provisión real original é auctos lo saque é dé treslados que me pidiese é menester hobiere, y en los cuales y en cada uno dellos interponía su autoridad é decreto judicial para que valgan é hagan fee como la dicha provisión real original; sobre que pidió justicia con imploración de oficio, é lo pidio de testimonio... ".
El acto es rubricado por el escribano público y de Cabildo Joán García de Nogal y son testigos Joán Deaos y Gonzalo de Castroverde. Vista la provisión por el alcalde Talavera, manda al escribano Nogal a que saque varias copias y las legalice a todas.
Las autoridades del Cabildo de Santiago de Chile: Francisco de Riberos, Antonio de Azoca, Juan y Pedro Gomez, Juan Godínez, Alonso de Escobar y Pedro de Miranda, envían una carta al Rey el 18/2/1563, dando cuenta del mal gobierno que está realizando el gobernador Villagra; y que, de 24 años a esta parte cuando era gobernador Valdivia y luego García Hurtado, que fueron leales vasallos y muy buenos gobernantes, porque fundaron, poblaron y sustentaron muchas ciudades; y, a partir del nombramiento de Villagra, este reino a caido en desgracia con su forma de gobernar y los naturales están revelados, despoblándose varias ciudades por miedo a ser atacados. Riberos y Escobedo, llevan la carta a España.
En la ciudad de Santiago de Chile el 14/4/1563, Jufré y Villagra intiman a los vecinos de Cuyo: Diego Ronquillo de Peñaloza, Cristóbal de Buiza, Alonso de Videla, Francisco de la Peña, Juan Martín Gil, Nicolás de Aguirre, Juan Fernandez Herrador, Hernando Arias, Diego de Velasco, Martín de Santander, Antonio Cardoso, García Hernández, Francisco Rubio y Diego Lucero, que regresen a sustentar sus vecindades, encomiendas y poblar sus
casas en las dichas provincias, a riesgo de perder sus repartimietos en favor de otros vecinos de la ciudad. Con fecha 15/4/1563, es pregonada la real provisión por Francisco de Figueroa en la Plaza Mayor y, luego, el escribano Juan de la Peña, notifica a los nombrados siendo testigos Nicolás de Aguirre y Juan Martín Gil.
A los pocos meses y con graves problemas de salud, Villagra es derivado al médico Bazán, quien con algunos remedios lo trata de curar. El doctor, se queda en forma permanente con Villagra y le prohibe tomar agua; un día debe ausentarse y Villagra sediento, le pide a su criado que lo convide con agua y ante la negativa, su cuñado Mazo de Alderete, le acerca agua y Villagra toma en exceso, comienza a sentirse mal y exige regrese el médico para que lo atienda. Una vez llegado Bazán y al constatar que Villagra había tomado agua, le toma el pulso y viendo que su salud se complicaba cada vez más, hace venir al cura, para que le administre los sacramentos y se confiese. Villagra llama al escribano de la ciudad y le dicta su testamento en donde nombra como nuevo gobernador a Pedro de Villagra. El 22/6/1563, Villagra muere en la ciudad de Concepción.
En la Resurrección, el procurador Antonio Chacón, envía una carta a Chile, en donde informa que los vecinos padecen y tienen gran necesidad de tierras en donde poder sembrar la comida necesaria para su sustento y mantenimiento por causa de la esterilidad que tienen de ellas y estar los indios de sus encomiendas lejos del sitio y la fundación de la dicha ciudad y que junto a ella está un pedazo de tierra vacío que tiene 80 cuadras de largo y ancho (127 hectáreas ubicadas al suroeste del Area Fundacional: calles Salta, Beltrán, Tiburcio Benegas y Peltier + o -); el cual, repartiéndose entre dichos vecinos y personas que residen en la ciudad, sería de gran ayuda y beneficio para su sustentación y mantenimiento. En respuesta al pedido de Chacón el nuevo gobernador Villagra, le hace merced de las tierras solicitadas el 25/8/1563.
El 29/11/1564, el gobernador Pedro de Villagra y el escribano del Cabildo de Santiago de Chile, Diego Ruiz de Oliver, hacen merced a Diego de Velazco, de una encomienda de 500 indios y, también, de la encomienda del difunto Alonso de Torres: "...
y ansimismo, juntamente con el dicho Allalme Algarrobero, en la provincia y tierra de Icanio, que servía al dicho Alonso de Torres, os encomiendo todos los caciques, indios y principales á ellos subjetos, que sirvieron al dicho Alonso de Torres, sacados dellos docientos indios de visitación que se han de sacar y dar a don Gonzalo Ronquillo de Peñaloza, los cuales se han de sacar ante todas cosas al dicho don Gonzalo, y los unos caciques y los otros con sus indios y subjetos, vos doy y encomiendo con cuatrocientos indios de visitación y no más, para que os sirvais de ellos ..." "... y mando a las justicias de Su Majestad que son o fueren en la ciudad de la Resurrección o de Mendoza, en cuyos términos los dichos indios, ó á los demás de esta gobernación, que luego questa encomienda les fuere mostrada, vos metan y amparen en la posesión de todos los dichos indios, caciques é principales y os amparen e defiendan en ella, so pena de dos mil pesos de oro para la cámara de Su Majestad..."
Documentos complementarios al relato
Toma de posesión del valle de Guentata el 22/2/1561
En el nombre de Dios amen en el asiento de Guentata que es a las espaldas de la gran cordyllera nebada en veynte y dos del mes de hebrero año del nascimyo de nro salvor H Xpo de myll y qos e sesenta y vn año el muy magco señor capt he general en estas dhas probinçias e sus comarcanas por el Yllmo sor don Ga Hurtado de Mendoça gobor y capt genal en las provinçias de Chile por su magt e por sus probisiones q para ello tiene que son notas y por ante my Joan de Contreras zcro puco e del cabo en las dhas prouas e tos dixo que por el dho proveymyo , el a venydo como al prente pare a estas dhas prouinçias con gente y costa necesarias a las poblar y en ellas con buen exemplo y dotrina xpianos traer a los naturales della a pulicia natural e buyr xpianamente encomendándolos a xpianos y españoles que consigo tiene e con este sto fin e buen posyto el por indios que del camyno les a enviado les hazer las amonestaciones como su magd lo manda y los dhos naturales han salido de paz y lo están al psente, por tanto en nombre de la sacra católica real mgt del rrey de Castilla (fol 172v ) Don Felipe e por aquella via que de su rreal nombre convenga e como su vasallo , tomaba y aprehendia la posesión en el dho, asto por el y por todos los demás asientos y prouias comarcanas para que dellas y en ellas su magd como su rreal patrimyo haga e disponga lo q sdo sea e husando de la dha posesion en el dho ne, quieta e pazficamte e alçado e tendido vn estandarte de damasco carmesí con vna cruz negra que entre manos truxo Also de Campofrio de Carvajal, alférez dio muchas bueltas a caballo por una plaça que en el dho asiento estaba, apellidando el y los demas españoles el real nombre del dho rey de Casta nro señor en su ne e por quien la dha posesion tomaua como su vasallo que hera, dando a entender por lengua que se habla en Chile por Bme Florez español q consigo traya a Esteme caçique e señor principal del dho valle e asyento e a otros muchos caçiques e prinzpales e yndios q presentes estavan, heran y abian de ser vasallos e subjetos al dho rrey don Felype nro sor de la corona real de Castilla para agora e siempre jamas que el mundo durase y ellos obedesciendo por la dha lengua dixeron que lo auian entendido e que en su nombre e por los demas caçiques e yndios presentes e no presentes e de todas las demás comarcanas prouincias heran y querian vasallos subjetos al dho rey don Felipe nro sor e a la corona real de Castilla a la qual syempre reconoscerian (fol ) seruydumbre y anssi lo dezian e dizian a sus hijos e indios que dello no tenyan nota e dieron sus manos al dho captt tenye genl en lugar de subjezion e vasallaje al dho rey don Felipe nro señor e a la corona real de Casta, e ay rendida e tomada la dha posesión quieta e pacíficamente por el dho sor captt e thenye gen e aviendo pasado e vesado muchos de los dhos caciques debaxo del estandarte real, se les dixo por la dha lengua, el venya e auia venydo a poblar las dhas prouinçias a los anparar y no bexar e dotrinar en las cosas de nra Sta Fee católica e husando con ellos en hazer justa lo que con sus hermanos españoles xpianos que traya e que si por alguno de ellos e por otra persona le fuese hecho algún agrauyo se binyesen a quexar antel, que el los desagraiaria e ternya su justa e que por temor ny bergüenza ny otra cosa no lo dexasen de hazer, e que entre ellos tuviesen amor y paz y amistad y a los dhos caçiques les encomendó el buen tratamyo e amor a sus inferiores y después de todo esto, les dixo y encomendo lo que heran obligdos a guardar pa la paz que ellos vian dado e quebrantandola por su culpa tenyan se le auian de dar e hazer grandes castigos como se avia fecho en otras prouincias que la avian quebrantado e sobre seguro muerto españoles porquel de su pte la terna e guardara como les a prometido e ante dhos ( fol 173v) Los quales por la dha lengua dixeron asy harán y cumplirán, estando en todo ello presentes por tos el muy rdo padre Hdo de la Queba bisytador general y cura y vicario en estas dhas probinçias e Also de Campofrio de Caravajal, alferez general e Po de Çarate e Federico de Peñaloza, Juo de Villegas e Lope de la Peña e Gabriel de Cepeda P° Moyano Cornejo e Alo de Torres e Hdo Ruiz de Arce, Mateo Diez, Gaspar Ruiz alguazil mayor, Gabriel de Sosa, Anto Cambranes, Anto Chacon, P° Marquez, Po de Ribas, P° de Villegas e P° de Elvia, Juo Gomez e Hdo Arias, Myn Perez de Yguceta, Diego Lucero, Myn de Elvira, Anze de Fabre, Myn de Santander, Bme Copin, Gaspar de Lemos, Juo de Malla, Juo Myn Peres, Be Flores, Juo Gomez, P° Hdes, Diego de Frias, Diego Cabrera, P° Ruiz de Arce, Juo de Maturana e Franco de Horbina estantes a cauallos en dho asiento y el dho sor captt e tenye general pidió a my el dho scriuo se lo diese por testimonyo e firmolo aqui de su nombre con los dhos tos que supieron firmar. P° del Castillo, Hdo de la Queba, Alo de Campofrio de Caravajal P° de Çarate, Fedrico de Peñalosa, Juo de Villegas, Gabriel de Çepeda, Po Moyano Cornejo, Alo de Torres, Hdo de Arce, Mateo Diaz, Gaspar Ruiz P° Marquez, P° de Villegas, Anto Cambranes, D° Luzero, Anto Chacon, Myn Perez de Marcotegui, Anze de Fabre, Myn delvira, Bme Copin, Juo Myguel Gil, Hdo Arias, Bme Flores, Joan Gomes, don Benyto Benyto Lope de la Peña, Juo de Maturana, Do de Frias Do Cabrera, G de Arze Franco de Horuina, ante my m de Contreras scro puco y del cauildo. (12)
Junta de Caciques del año 1574, transcripta en un Acta del año 1696
Antonio Bello escribano publico y de cabildo desta ciudad de Mendoza probincia de cuyo por su magestad doy fee verdadero testimonio a todos los señores que la presente vieren como en veinte y ocho dias del mes de agosto deste presente año de mill y quinientos e setenta e quatro años estando en esta dha ciudad en su cabildo e ayuntamiento segun que lo an de y usso y costumbre conbiene a sauer los muy manificos señores justicia e regimto della q son el capitan Antonio Chacon corregidor e justa mayor desta dha ciud e prouincias por su magt e Fran Saenz de Mena alcalde hordinario en esta dha ciud y sus terminos por su magd e Lope de la Peña e Ju de Contreras y Diego de Loaysa e Ju Nuñez de Cepeda regidores e por ante mi el dho esno parecio en dho cauildo Franco de Urbina vez° desta ciud e prova de ella e por su petizon que en el presento pidio diciendo q en esta ciud abia muchas personas e no tienen tierras de que poder hazer zementeras de que se consigue mucho bien a el noblezimto desta dha ciud e bien de los naturales que para q ayan las dhas tierras y sus mrdes. Mandassen a hazer
Junta de los Cassiques comarcanos en esta ciud y que ansi juntos declarasen que tierras abian bacas y no fuesen de naturales y que siendo declaradas por los dhos comarcanos mandasen sus merzedes azer repartimto conforme a dro como mas largamte por el dho escripto e poson e razon a que me refiero a los dhos señores hauiendo visto lo pedido por el dho Franco de Urbina P desta dha ciud mandaron q se juntasen los dhos casiques comarcanos y que ansi juntos sus merzedes preguntarian y se informarian acerca dello por el dho essno pedido de que ansi juntos los dhos casiques acerca amarcanos que son Don Phelipe Estene y Don Ernando Goymaye y Don Diego Anato y el cacique Ayallo e otros caciques principales comarcanos e ansi juntos el dho es sus merzedes preguntaron q declarasen y dijesen que tierras abian bacas en esta ciud q tierras y que señalasen las tierras que abian dado al capitan Christoual del Castillo poblador desta dha ciud de Mendoza al tiempo y razon que la fundo e poblo y respondio el dho Dn Phelipe Esteme y dijo que el como señor deste valle e tierras hauia dado y señalado al dho captan Cristoual del Castillo al tiempo que fundo e poblo esta dha ciud ciertas tierras que corrian por unas azequias que salian del
Rio desta dha ciud y los dhos y demas caciques q presentes estauan dijeron que era verdad todo lo q dho Dn Phelipe abia declarado hazerca de las dhas tierras e visto por sus mercedes la Dha declarazon echa por los dhos casiques acordaron que fuesen el dho alcalde Franco Saenz de Mena y los señores Lope de la Peña e Ju de Contreras e Ju Nuñez de Cepeda rejidores con los dhos casiques a las dhas tierras e que allí señalasen e amojonasen desde a esta Dha ciud y como cossa suya las dhas tierras que ansi abian dado al dho capitan Pedro del Castillo en el dho tiempo y sus mrdes fueron con los dhos casiques arriba dhos a ellas y estando en ellas e queriéndolas señalar e amojonar según dho es dijo el dho casique Gaymaye como abia conprado a vn indio tio del dho Dn Phelipe Esteme llamado Goazap una asequia q esta desta otra parte de la estancia donde Alonso de Reynoso vezino desta dha ciud tiene sus ovejas en la qual dha asequia se llamaua Goazap Mayu e corre y riega desde la dha estancia asta el
Rio desta ciud a lo qual respondio el dho Don Phelipe Estema e dijo que su tierra del dho casique Goaymaye hera en tiempo antiguo en unas arenales e algarrouales lejos y que el auia embiado a llamar al dho Goymaye e a sus indios e que se biniesen a las dhas tierras e que el dho Goazap su tio del dho Dn Phelipe bendio a un casique llamado Pilectay padre del dho Dn Hernando Goaymaye las tierras de anancat Que es adonde estubo la estancia de Alonso Canpofrio de Carauajal con la dha asequia llamada Goazap Mayo en las quales dijo le bendio por una oveja de la tierra e que como echo Goaymaye y sus indios heran tantos y las dhas tierras eran tan pocas se an benido estendiendo el dho Goaymaye e sus indios a esta las tierras llamadas Peypolota donde agora de presentes Estan e que bien pudo vender el dho su tio las dhas tierras e que cuando el dho capitan Pedro del Castillo bino a poblar esta dha ciud con los españoles estaua el dho Goaymaye y sus indios poblados en las dhas tierras llamadas Peypolota y que les dijo quando el dho capitan Pedro del Castillo bino a la dha poblazon q se estuviesen en ellas por que el se olgaua de ello e que agora se a buelto el dho Goaymaye e sus indios al dho asiento e tierras de Poypolenta y luego el dho cassique Goaymaye respondio y dijo que hera verdad que el dho Dn Phelipe les dijo antes antes que el dho capan Pedro del Castillo biniese a la dha poblazon q se viniesen a sembrar y estar en las dhas tierras de Poypolenta el y sus indios y que ansi se binieron y estubieron en ellas y que cuando el dho capitan Pedro del Castillo bino a la dha poblazon todauia se estubieron en ellas como dho es y que despues que benidos A la dha poblazon el dho capitan y los que con el benian se pasaron con el dho Goaymaye y sus indios mas abajo a unas tierras llamadas Tantayque que eran del dho Dn Phelipe y el dho Don Phelipe respondio e dijo ser verdad todo lo que el dho Goaymaye dezia. Y luego el dho Goaymaye dijo que su madre llamada
Estepe dio al casique Coyo una oveja de la tierra porque les dejasse a el e a sus indios sembrara en las dhas tierras de Tantayguen e que el y sus indios en dho tiempo se abian pasado e ydo a las dhas tierras de Tantayguen e poder mejor serbir de darles y enseñarles a los cristianos que con el dho capitan binieron en aquella sazon a la dha poblazon e luego el dho Don Phelipe dijo e respondio ser todo verdad e que las dhas tierras de Tantayguen bien la pudo
bender el dho casique Coyo e que en aquel tiempo
no se sauia entre ellos de alquilleres ni arendamtos porque se las dauan por bia de ofrezimto y amistad a lo qual el dho Goaymaye dijo q
no se dio la dha oveja por bia de ofrezimto ni amistad sino por bia de venta a todo lo qual los dhos casiques Don Diego Anato y Allalloa y demas principales comarcanos antiguos q presente estubieron a todo ello dijeron ser todo verdad y hauer passado ansi segun dho es y luego se conformaron los dhos casiques Don Phelipe Esteme e Goaymaye e Allalloa y el principal Ulitian y Aomayen y demas cassiques y principales que presentes Eran ezepto el dho Don Diego Anato que se abia ydo a su tierra en aquel instante y estando asi juntos unanimes y mas en conformes y de un parezer e libre y agradable volund dijeron que las tierras Bacas q ay para los cristianos corren desde unos paredones e puerta q ba por el camino de tierras azia donde el dho casique Ayllallao tiene sus tierras y asiento e azia una asequia que ba agoa abajo que ba a dar a un carrizal y asta una asequia alta llamada Tantayguen q es azia donde estaua poblado el dho casique Goaymaye q alinda con tierras y pueblos del dho casique Don Diego Nato e que estas tierras los susso dhos las dieron y señalaron al dho capitan Pedro del Castillo quando bino a la dha poblazon y que las pudiese repartir como consta Baca y que mas ni menos y de la misma forma e manera las bolbian a señalar todo lo qual sobre q se haze dominazon. A que comunicado todos los dhos casiques e principales comarcanos dijeron y declararon en presencia de sus merzedes estando en las dhas tierras de Poypolenta y las de Tantayeguen por lengua del dho S.Jul Nunez de Zepeda regidor q abla y entiende bien la lengua de los naturales desta tierra estando prentes a todo ello Alonso de Reinoso vezino desta dha ciud en quien estan encomendados el dho casique Don Hernando Goaymaye e casiques Allallao e otros principales Ulitian y luego en la dha conformidad e volund en presencia de sus merzedes y el dho Alonso de Reinosso los dhos casiques e principales 21 encomendados en el dho Alonso de Reynosso amojonaron y señalaron las dhas tierras que ansi estauan bacas p repartirlo todo el dho Alonso de Reinosso en persona adonde sus merzedes pidio ami el dho esno se lo diese todo por testimo en goarda de sus encomenderos siendo testigos Miguel Catalan residente en esta ciudad q es fcho en dha ciud de Mendoza en prim dia del mes de set de mil e quintos e setenta y quatro a y em fe de ello le escreui y signe por ante mi e por ende fize aquí este mi signo en testim de verdad Antonio Bello escriuano publico e de cauildo. (Z, Fondo Real Audiencia. Volumen N° 1892. Pieza N° 7. Folios 16 al 22. Copia efectuada por el general Juan de Urdinola, Mendoza 1696) (12).
Acta de Fundación de Mendoza del 2/3/1561 por Castillo:
En el nombre de Dios. En el asiento y valle de Guentata, provincia de Quyo, desta otra parte de la gran cordillera Nebada, en dos días del mes de Março, año del nacimiento de nuestro Salvador Jhesu Christo, de mill e quinientos y sesenta e un años, el muy magnífico señor Pedro del Castillo, capitán, theniente general en las dichas provincias y sus comarcanas por el illustrísimo señor don García Hurtado de Mendoça, Governador y Capitán General en las provincias de Chile por Su Majestad, e ante mi Francisco de Urbina, escrivano de juzgado en las dichas provincias, dixo que, por quanto él ha benido a estas dichas provincias a las poblar y reducir al servicio de Dios nuestro Señor y de su majestad, como por las provisiones dello tiene consta y le es mandado y tiene dellas tomada posesión en nombre de la majestad del rey de Castilla don Felipe nuestro Señor, y mucha parte de los naturales della han dado la obidiencia y están en paz, y porquel tiempo que ha questá en ellas ha sido breve, en el qual no ha podido hallar asiento ni lugar para donde fundar una ciudad con mero ynperio, y porque de no fundarla e alçar rollo y nombrar Cabildo y regimiento, podrían redundar ynconbenientes y daños, ansí en lo que toca al servicio de Dios y de su magestad como contra los naturales y españoles que en esta provincias están y para que cesen los dichos ynconbenientes y esta tierra se perpetúe y pueble y se puedan encomendar los yndios en los españoles basallos de su magestad que en su servicio en este dicho asiento están para que los puedan dotrinar y enseñar las cosas de nuestra santa fee y mostrarles a bibir políticamente guardándoles y haziéndoles en todo justicia, me pareció convenía en este dicho asiento y valle alçar rollo y nombrar alcaldes y regidores y procurador de la çiudad y ofiçiales de Su Magestad e demás ofiçios que son anexos para el mejor gobierno della, y ante todas cosas señalando la avocaçión de la yglesia Mayor de la dicha çiudad, la qual se ha de llamar y nombrar señor San Pedro, a quien tomó por patrón e abogado en esta dicha ciudad, y por mayordomo della a Juan de Maturana, la qual dicha çiudad se ha de llamar y nombrar la ciudad de Mendoça, nuebo valle de Rioja, en todas las escrituras y demás cosas que fuere neçesario nombrarse, a la qual doy por términos y jurisdiçión, con mero misto ymperio, desde la gran cordillera Nebada aguas vertientes a la mar del Norte, y todos los repartimeintos de los vezinos que a ella se repartieron el qual dicho asiento y nombramiento de allcaldes y regidores y oficiales de su magestad y vezinos y moradores della hago dándoles y señalándoles solares en esta traça de la dicha çiudad como ban señaladas y nombrados y escritos. Los quales dichos solares han de ser de grandor en quadra de frente de dosçientos y veinte y çinco pies de doze puntos y las calles de treynta y çinco pies de ancho.
Yo por virtud de los poderes que para ello thengo y en nombre de su magestad y como mejor conbenga para el derecho de los conquistadores y pobladores y vezinos y moradores destas dichas provinçias y desta dicha çiudad, hago el dicho nombramiento y les doy, señalo y nombro, en nombre de su magestad por propios suyos y de sus herederos y subcesores, los dichos solares que arriba están declarados para agora y para siempre jamás, para que puedan bender trocar y enajenar y hazer dellos a su voluntad, como cosa abida y thenida por derecho y justo título como esta lo es, guardando en ello y en nada cosa dello las hordenanças de su magestad y porque como he dicho conbiene nombrar la dicha çiudad, y alçar rollo y hacer allcaldes y regidores y demás ofiçios en este dicho asiento para su mejor sustentación por estar de lo que asta oy se ha visto más en comarca de todos los naturales y donde ay más comidas para que menos con bexación de los dichos naturales se puedan sustentar los españoles y de donde se pueda mejor beer y bisitar la tierra y buscar si obiere otro sitio y lugar que sea mejor para poblar la dicha çiudad y para lo que tocare al serviçio de Dios y de su magestad y bien de los naturales y conservaçión de los españoles conqurriendo en el sitio y lugar más calidades que en el sitio y lugar deste, y así mudándose esta dicha çiudad el nombre desta y de allcaldes y rejidores y demás ofiçios tenga donde se mudare que tiene en esta guardándoles los solares a los vezinos y moradores en la parte que en la traça desta los tienen azia los vientos que están señalados en la margen de la dicha traça que es fecha ut supra. Y el dicho señor Capitán y teniente general lo firmó de su nombre. Pedro del Castillo.
Acta de Fundación de la Resurrección del 28/3/1562 por Jufré:
En el nombre de Dios. En este asiento de balle de Cuyo, provinçia de los Guarpes, ques de esta otra parte de la gran cordillera Nevada, en veynte e ocho días del mes de Março, año del Señor de mil e quinientos e sesenta e dos años, ante mi Joan de Contreras, escrivano público y del Cabildo desta dicha provincia, el Muy Magnífico señor capitán Joan Jufré, Teniente General en estas dichas provincias de Cuyo, Caria, Famatina, Tucumán e Nolonqasta, desde las vertientes de la gran Cordillera Nevada hasta el mar del Norte por el muy yllustre señor mariscal don Francisco de Villagrá, governador e Capitán general en los reinos de Chile e destas provinçias por su magestad, etc. dixo que él viene a estas dichas provincias con poderes muy bastantes de los quales ha hecho demostración a la justiciae regimiento de este dicho asiento e sitio que Pedro del Castillo tenía señalado en este dicho valle, el qual está apartado deste asiento e suerte, e por quanto el dicho asiento no estaba e parte competente e para el bien e aumento e conservación de los vezinos e moradores que en ella an destar e residir conbenía por estar metido en una hoya e no dalle los bientos que son necesarios e convenibles para la sanidad de los que en ella biben e an de bibir e perpetuarse en ella, e andando a buscar otro mejor sitio que sea y tenga las calidades arriba dichas halló estar otro mejor asiento y más ayroso que el quel dicho Pedro del Castillo abía nombrado dos tiros de arcabuz poco más o menos en este dicho valle y el dicho señor general por birtud de los poderes que de su magestad el rey don Felipe nuestro señor e del dicho señor goberandor en su real nombre alçava e alçó con sus manos un árbol gordo por rollo e picota e árbol de justiçia para que en él se execute la real justiçia para agora e sienpre jamás e dando a entender a todos los cavalleros soldados pobladores que presentes estaban lo arriba dicho e juraron de sustentar e defender todo lo dicho y el dicho señor general siendo este dicho día que el dicho rollo e picota alçó bíspera de Pasqua de Resurrecçión, dixo que en nombre de Dios y del rey de Castilla don Phelipe nuestro señor y del dicho señor gobernador le daba e dió por nombre la çibdad de la Resurrección, probinçia de los Guarcos el qual dicho nombre mandaba y mandó que en todos los abtos y escrituras públicas y testamentos y en todos aquellos que se acostumbran y suelen poner con día, mes y año, se ponga e nombre como dicho tiene e no de otra manera so pena de la pena en que caen e yncurren los que poneen en escrituras públicas nombres de çibdad que no está poblada en nombre de su magestad e subgetó a su dominio real a la qual dicha çibdad de la Resurrección daba e dió por término de norte sur por la bande del norte hasta el balle que se dize de Guanacache e por aquella comarca del dicho balle hazía abaxo e por la banda del sur hasta el valle de Diamante e por la vanda el Este hasta el cerro questá junto a la tierra de Cuyocanta e por la banda del hueste hasta la cordillera Nevada, los quales dichos términos les señalaba e señaló con mero e misto inperio como dicho tiene para agora e sienpre jamás, la cual dicha çibdad arriba declarada dixo que la asentaba e asentó, fundada e fundó en nombre de la magestad real del rey don Felipe nuestro señor e del dicho señor gobernador don Francisco Villagrá.
Bibliografía
1) Actas Capitulares de Mendoza: Tomos (T) 1 al 4.
2) Bibar, Gerónimo de (1558): Crónica y relación copiosa y verdadera historia de los Reynos de Chile.
3)Mariño de Lovera, Pedro (1865): Crónica del Reino de Chile, Tomo VI.
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7) Errázuris, Crescente (1915): Historia de Chile.
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9) Canals Frau, Salvador (1942): Acotaciones etnológicas a un pleito sobre indios mendocinos del siglo XVI.
10) Espejo, Juan Luis (1954): La Provincia de Cuyo del Reino de Chile I y II.
11) Santos Martínez, Pedro (1995): Mapas, planos, croquis y dibujos sobre Cuyo durante el período hispánico (1561 - 1810).
12) Palacios, Ernesto (2018): Mendoza, la ciudad perdida.
X) Archivo General de la Provincia de Mendoza: Carpetas y Documentos (C,D), Protocolos (P).
Y) Archivo de la Nación Argentina.
Z) Archivo Nacional de Chile.